LA PREDICA DEL ODIO
“Empujada por los cambios en la manera de
adquirir, usar y retener el poder, la humanidad debe encontrar, y encontrará, nuevas fórmulas para gobernarse.”
Moisés Naim
Nuevamente
el régimen muestra sus colmillos ensangrentados. Nuevamente atiza la prédica
del odio tratando de inocular el veneno de espíritus resentidos a todo el
cuerpo social. La expresión típica del odio es el ensañamiento contra
todos los que pongan en peligro el
objeto de sus deseos: el poder.
Nos
decía sabiamente el profesor Alfonso Ávila Mayor que “cuando temerariamente los
tiranos concitan el odio en los pueblos tardíamente se dan cuenta que la pasión
generada en las masas oprimidas se vuelca contra ellos y los derroca”. Esa
obsesión desmedida por el poder que hace que el régimen se sienta siempre
amenazado, los lleva a sentir un odio patológico que los impulsa al deseo
violento de aniquilar a quienes considera sus enemigos. Muchos inocentes han
caído ya ante las balas asesinas de los delincuentes acobijados por el poder.
Es un odio satánico, ciego, irreflexivo y estúpido ya que no comprende que el
ser humano siempre llega a sentir odio contra todo lo que lo oprime.
Afortunadamente,
esa prédica del odio no ha sido tan fecunda, ya que ese antivalor no está en
los genes del venezolano, porque como dice Aivanhov “cada uno de nosotros sabe
cuándo manifestar la indulgencia y cuando el rigor porque sobre este equilibrio
está basada la vida en sociedad”.
Que
los radicales del régimen no se equivoquen y quieran seguir con su política de
tierra arrasada ante el inminente derrumbe de su propia existencia. Nosotros no
los odiamos, pero tampoco los queremos; por eso las gloriosas y expresivas
manifestaciones públicas dirigidas a rescatar la democracia y la libertad para
poder vivir en verdadera paz, no la que escuchamos en balbuceos engañosos por
los más resentidos y embusteros dirigentes rebajados por la hipocresía, por
gente que oculta sus intenciones y enmascara sus sentimientos.
La
gran mayoría del pueblo venezolano está claro y decidido; queremos acabar con
el militarismo, el totalitarismo, el radicalismo, el obscurantismo. Queremos
rescatar nuestra alegría; nuestra dignidad y el respeto que nos merecemos en el
concierto mundial de naciones. Creemos firmemente en la esperanza creciente que
se ha despertado en la población y en el espíritu democrático que anima a los
dirigentes políticos en este gran esfuerzo unitario que se plantea como la gran
opción democrática frente al autoritarismo decadente y atrasado en vías de
disolución. Queremos ser el baluarte de la esperanza del hombre.
Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com
@nevillarin
Zulia - Venezuela
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