* Aumenta dependencia de
la población al gobierno de Maduro
* Aumenta la pobreza, la
deserción estudiantil y disminuye la población activa en Venezuela
* La Revolución
Bolivariana sigue aumentando las disparidades socioeconómicas de los ciudadanos
La recesión económica,
la conflictividad política e institucional y la emergencia humanitaria aumentan
las disparidades socioeconómicas entre los venezolanos, por lo que cada vez más
ciudadanos, para poder subsistir, dependan de las políticas populistas del
régimen de Nicolás Maduro.
Al mismo tiempo, aumenta
la precariedad en los servicios públicos, la deserción escolar y la pobreza.
Según los resultados
preliminares de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida en
Venezuela(Encovi) correspondiente al año 2018, casi la mitad de los hogares en
el país padecen pobreza multidimensional [se refiee a múltiples carencias].
Los resultados sugieren
que la pobreza alcanzó a 48% de los hogares, dos puntos porcentuales
adicionales a la medición correspondiente al año 2017. El índice de Pobreza
Multidimensional (IPM) es una clasificación que no solo se enfoca en el
concepto clásico del ingreso monetario, sino que incluye otros elementos
partiendo de la premisa que la pobreza implica enfrentar simultáneamente
múltiples carencias.
Al hablar de pobreza
multidimensional se analiza cómo los ciudadanos quedan rezagados en lo
referente al ingreso, las condiciones de la vivienda, el acceso a los servicios
públicos, educación, empleo y protección social.
Según los resultados del
estudio realizado por las universidades Católica Andrés Bello (UCAB), Central
de Venezuela y Simón Bolívar (USB) en 29% de los hogares de Venezuela falla el
servicio de agua todos los días y en 38% la interrupción del servicio ocurre
varias veces a la semana. En el caso de la electricidad los resultados de
Encovi indican que el servicio eléctrico falla diariamente en 25% de los
hogares, mientras en 27% de los casos se reportan varias interrupciones del
servicio a la semana.
Por otra parte, el ciclo
hiperinflacionario ha provocado que aumente significativamente la dependencia
de los ciudadanos a los distintos planes sociales ejecutados por el gobierno
venezolano.
Hace cuatro años apenas
8% de los hogares en Venezuela dependían de los aportes sociales del gobierno
para subsistir. Según la medición ejecutada para la Encovi 2018 hasta 63% de
los hogares son beneficiados con alguna misión social.
Al discriminar los
principales programas sociales del gobierno venezolano los resultados sugieren
que 16,3 millones de personas reciben las llamadas cajas y bolsas CLAP
(programa de alimentos subsidiados), mientras 1,8 millones de personas son
beneficiarios de los planes Barrio Adentro (programas de salud primaria
subsidiados) y hasta dos millones de ciudadanos son beneficiados con el resto
de planes que incluyen ayudas económicas, sociales o becas. Todos estos
programas sociales son utilizados posteriormente por el gobierno de Maduro para
exigir lealtad política y electoral a los beneficiarios, so pena de ser
excluidos de la lista de asistencia oficial.
Los resultados de la
Encovi se presentaron durante la última semana del mes de noviembre de 2018.
Solo en 2017 la inflación anual fue de 2.735% según las estimaciones de la
firma Ecoanalítica. Para 2018 el Fondo Monetario Internacional proyecta que la
inflación acumulada será de, al menos, 1.000.000%.
Aunque se concluye que
en 63% de los hogares se recibe algún beneficio de las misiones sociales, en el
caso de las cajas y bolsas CLAP la cifra aumenta significativamente.
Las conclusiones
preliminares de la Encovi (los resultados definitivos y ampliados se entregarán
a principios de 2019) indican que en 89% de los hogares en Venezuela se reciben
con alguna periodicidad la caja o bolsa CLAP, mientras al menos uno de sus
integrantes inscritos en el sistema Patria o con acceso al Carnet de la Patria.
Para este grupo de
beneficiarios de los alimentos subsidiados se concluye que en 41% de los
hogares se reciben bolsas y cajas de comida al menos, una vez al mes, mientras
en 15% el aporte es recibido cada dos meses. Por otra parte en el 43% de los
casos no existe una periodicidad clara en la recepción de los alimentos
subsidiados, que pueden llegar cada semana o después de varios meses.
ENCOVI. Pérdida educativa
Desde 2014 los estudios
Encovi vienen revelando la acumulación de la pérdida de la cobertura educativa.
En el año 2014 el 78% de los estudiantes entre 3 y 24 años asistían
regularmente a clases. En 2018, este grupo se redujo a 70%. Si se analiza por
género se detecta un descenso mayor de la cobertura educativa entre las mujeres.
En 2014 el 76% asistía regularmente a clases, cuatro años después este grupo se
reduce a 71%.
Por grupos etarios
quienes menos asisten a una institución educativa se encuentran entre los 18 y
24 años; entre ellos, apenas 35% permanecen en el sistema educativo.
La falta de comida en
los hogares y las fallas en los servicios públicos son los factores que más
están influyendo en la regularidad de la asistencia escolar.
Por otra parte se
detecta una migración significativa de estudiantes desde la educación privada a
la pública. En el año 2016, el 39% de los estudiantes entre 18 y 24 años
cursaban estudios en la educación privada. Dos años después este grupo se
redujo hasta 23%. Descensos similares se observan en el resto de los grupos
etarios. Para 2018 solo 20% de los alumnos entre 2 y 5 años están en el sistema
privado, al igual que 25% de los estudiantes entre 6 y 11 años y 30% de los
alumnos entre 12 y 17 años.
ENCOVI. Aumenta la inactividad
La población
potencialmente activa que contribuye a la producción de bienes y servicios cada
vez es menor. Aunque el Encovi había registrado el crecimiento de este
indicador entre 2014 y 2017, en el último año se registró una disminución
significativa. Apenas 57% de la población potencialmente activa contribuye a la
generación de bienes y servicios.
Esta disminución puede
atribuirse presumiblemente al paso nuevamente a actividades dentro del sector
informal o incluso a la inactividad.
Por otra parte, el nivel
más elevado de desempleo (23%) se registra en el segmento entre 15 y 24
años, cuya tasa es más del doble de la media de toda la población.
Eugenio
G. Martínez
@puzkas
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