Empresas chinas pagaron 176 millones en
sobornos para lograr contratos en Venezuela
El Gran Volumen, un mega
contrato de 20.000 millones de dólares (17.600 de euros) sellado en 2010 entre
Venezuela y China, devino en un nido de corrupción. La construcción de
infraestructuras energéticas en el país sudamericano amagó un fabuloso negocio
de comisiones ilegales. Una investigación de la Justicia de Andorra ha
destapado que el empresario de los seguros venezolano Diego Salazar y sus
colaboradores cobraron 200 millones de dólares (176,5 millones de euros) de
cinco compañías chinas. La red de Salazar escondió su botín en la Banca Privada
d’Andorra (BPA). Un banco que fue cerrado en 2015 por las autoridades de este
pequeño Principado pirenaico por blanqueo de capitales.
Al gigantesco pastel de
obra pública que ofrecía el Gran Volumen solo concurrían empresas chinas.
Firmas que acudían a las licitaciones del Gobierno de Venezuela. El desarrollo
se enmarcó en un plan concebido en 2007. Los dos países firmaron entonces el
acuerdo Fondo de Cooperación Binacional. China otorgaba un préstamo a Venezuela
a través del Banco de Desarrollo de China (BDC) y aportaba las dos terceras
partes. El Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes) fue el encargado de
administrar los fondos. Un gran plan para modernizar Venezuela. Y una suculenta
oportunidad para tipos como Salazar.
Y es que Salazar no era
un empresario más. El ejecutivo de los seguros es primo de Rafael Ramírez, que
fue ministro de Energía y Petróleo del país sudamericano entre 2004 y 2012 y
presidió Petróleos de Venezuela (PDVSA), la mayor compañía pública del país. Y
la jueza andorrana Canòlic Mingorance acaba de desvelar que Salazar contactó
con empresas chinas para facilitarles adjudicaciones a cambio de comisiones
ilegales. Se sirvió del primer secretario de la embajada de Venezuela en Pekín,
Luis Enrique Tenorio. Para ocultar sus beneficios, Tenorio creó una sociedad
panameña, Phomphien Corporation, y abrió una cuenta en la BPA de Andorra.
El circuito
Venezuela-China-Andorra funcionó a la perfección. Highland Assets, la sociedad
tras la que se ocultaba Salazar y un colaborador, firmó un acuerdo con la
compañía china Camc Engineering por el que la asesoraba en la obtención de los
contratos millonarios que licitaba el Ministerio de Petróleo y Energía,
especialmente de PDVSA y Corpoelec, en el marco de la ola de obras que se
ofrecían en el Gran Volumen.
El contrato era
confidencial hasta que cayó en manos de la juez Mingorance. La magistrada ha
empleado el texto para sustentar parte de su acusación y procesar a Salazar por
blanqueo de capitales. El documento establecía que si los chinos conseguían
obras por valor de 176 millones de euros, Highland Assets recibiría un 10 por
ciento neto del volumen de negocio de Camc Engineering. “Se trata de un
contrato de resultados totalmente anormal en el sector de la consultoría, donde
el hecho generador de la contraprestación no es la elaboración de informes ni
la asistencia, sino resultar adjudicatario”, señala un reciente auto de la juez
andorrana.
Tras la firma del
acuerdo, la empresa china comenzó a recibir adjudicaciones. La primera, la
construcción de la planta de generación eléctrica de El Vigía que sacó a
concurso la eléctrica pública venezolana Corpoelec. Y la cuenta andorrana de
Salazar con su sociedad panameña Highland Assets recibió el primer pago de 31
millones de euros como “asesoría integral para la ejecución del proyecto de
construcción de la planta termoeléctrica El Vigía”.
Desde cuentas en la BPA de Andorra se pagaron sobornos a
funcionarios de PDVSA
Por cada obra
adjudicaba, llegaba a la cuenta andorrana un nuevo pago. Un millón de dólares
(882.591 euros) por el proyecto del delta del Orinoco; 400.000 dólares (353.072
euros) por el del río Guarico; 600.000 (529.610 euros) y un millón de dólares
(882.591 euros) por el del rio Orinoco; tres millones (2,6 euros) por los
proyectos de Fábrica, Tiznado, Piritu Becerrra, Delta Orinoco y Guarico. Entre
2011 y 2012, el chorreo de millones no paró. Y sumó 106 millones de dólares
(93,5 de euros)
Al tiempo que las 11
cuentas de Salazar en Andorra engordaban con cifras millonarias, desde las
mismas comenzó el riego de sobornos a altos funcionarios venezolanos. Todo,
ante los ojos de los directivos de la BPA. Los ejecutivos del banco andorrano
no se hicieron preguntas sobre la suculenta actividad del empresario venezolano
al que ayudaron a constituir su red de sociedades panameñas.
El negocio del Gran
Volumen se repartió entre varias empresas chinas con las que Salazar y su
colaborador Luis Mariano Rodríguez firmaron contratos similares. China
Machinery Engineering Corporation (CMEC) se llevó la construcción de la
estación eléctrica de emergencia del estado de Zulia y recompensó a Salazar con
un pago de 55 millones de dólares (48,5 de euros). Rodríguez percibió 9,5
millones dólares (8,3 de euros). El dinero fue a parar a la cuenta andorrana de
la sociedad holandesa Investments and Consulting.
La firma Sinohydro Corp.
Ltd selló con PDVSA la construcción por 315 millones de la central de La
Cabrera. Cinco días antes, la sociedad panameña de Salazar había firmado un
contrato con Francisco Jiménez Villaroel, gerente de la oficina de PDVSA en
China, para ayudar a las empresas asiáticas a entrar en el mercado venezolano.
La juez resalta que Jiménez carecía entonces de ninguna estructura para prestar
esos supuestos servicios. La empresa china no tardó en transferir 50 millones
de dólares (44,1 de euros) a la cuenta de Salazar y Eudomario Carruyo, entonces
director financiero de PDVSA, recibió en su cuenta de la BPA 7 millones de
dólares (6,1 millones de euros)
El caudal de pagos
millonarios del Gran Volumen no se detuvo. Nuevas comisiones por La Cabrera,
por el proyecto Agrícola Integral Pajuey y Santo Domingo Llano Alto. Y nuevas
empresas chinas que colmaron de millones las cuentas andorranas de Salazar y
sus colaboradores. Como la firma de fabricación de autobuses Yutong Hongkong
Ltd., que le transfirió 11 millones de dólares (9,7 de euros); la petrolera
Shandong Kerui Petroleum, que le envíó 17 millones (15 de euros).
Salazar declaró en 2015
en Andorra ante la juez que ahora ha descubierto sus secretos más ocultos.
Afirmó que eran las autoridades chinas las que tenían “el poder de decidir que
empresas hacían los proyectos”. Sus argumentos no impidieron que fuera
procesado el pasado septiembre junto a otras 27 personasacusadas de expoliar
2.000 millones de euros de PDVSA, la joya de la corona del país
latinoamericano. Entre los encausados figuran Nervis Villalobos, y Javier
Alvarado, exviceministros de Energía de Hugo Chávez.
Pagos millonarios a ejecutivos de la
petrolera estatal venezolana
La investigación de la
juez andorrana Canòlic Mingorance ha destapado los sospechosos pagos que
recibieron algunos de los principales responsables de la compañía pública
Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) y sus filiales. Es el caso de Ramón Arias
Lanz, expresidente de PDVSA Ingeniería y Construcción que tenía una cuenta en
la Banca Privada d’Andorra (BPA) a nombre de la sociedad instrumental White
Snake Properties.
Entre 2011 y 2012, la
cuenta de Arias se nutrió de tres traspasos. Uno de 300.000 dólares (265.545
euros) y dos de cinco millones de dólares cada uno (8,8 de euros). Todos
procedieron de la cuenta de la sociedad High Advisory and Consulting Ltd, de
Luis Mariano Rodríguez, director financiero de Diego Salazar y para los
investigadores su supuesto testaferro.
Luis Abraham Bastidas
Ramírez, primo de Rafael Ramírez Carreño, y gerente del departamento de
logística y servicios generales de la petrolera pública venezolana, abrió su
cuenta en la BPA. Con la ayuda de los gestores del banco, creó una sociedad
panameña, Tellancourt S. A. En la cuenta asociada a la misma recibió dos
transferencias desde la mercantil de Luis Mariano Rodríguez de 600.000 dólares
(531.057 euros) y 2.800.000 dólares (2,4 millones de euros).
Tanto Arias como
Bastidas justificaron sus ingresos con supuestos contratos de asesoramiento con
la sociedad de Rodríguez. Contratos que para los investigadores son ficticios.
Jose Maria Irujo
@josemariairujo
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