domingo, 5 de abril de 2020

RAUL AMIEL: EL RETORCIDO ARTE DE MENTIR DICIENDO LA VERDAD

No es ético y empeora nuestra democracia. Pero así es como funciona la conciencia humana. Si bien es común en la política, también lo es en la vida cotidiana.

Piensen por un momento en un  vendedor inmobiliario que le dice a un posible comprador que una propiedad impopular ha tenido "muchas consultas" cuando se le preguntó cuántas ofertas reales ha habido. O el vendedor de autos usados qué dice que anda extremadamente bien y le hace escuchar al cliente el ruido del motor, sin revelar que lo rectificaron  la semana anterior. Ambas afirmaciones son ciertas, pero enmascaran la realidad de la propiedad impopular y un automóvil dudoso.

Mentir puede y sirve claramente para un malvado propósito social. Puede ayudar a alguien a pintar una imagen mejor que la verdad, o ayudar a un político a esquivar una pregunta incómoda.

Y a pesar del hecho de que ahora esperamos con frecuencia mentiras de quienes están en el poder, sigue siendo un desafío detectarlos en tiempo real, especialmente si mienten con desdén.  

Cuando la gente en el poder nos miente, arruina nuestra confianza en las instituciones políticas; hace que la población sea muy cínica con respecto a sus motivaciones reales.

Abraham Lincoln, dijo una vez que "ningún hombre tiene la memoria suficiente para ser un mentiroso exitoso".

No es ningún secreto que los políticos a menudo mienten, pero consideren esto: pueden hacerlo simplemente diciendo la verdad. ¿Confuso? Esa confesión se vuelve más clara cuando te das cuenta de que probablemente todos lo hemos hecho.

Engañar al "decir la verdad" es tan generalizado en la vida cotidiana que los  psicólogos han empleado recientemente un nuevo término para describirlo: “Palpitar”. El hecho de que esté tan extendido en la sociedad ahora nos da más información sobre el área gris entre la verdad y la mentira, y tal vez incluso por qué mentimos.

Las personas a menudo ocultan hechos claves para ganar entendimientos, y no creen que hayan hecho mal. La línea entre la verdad y la mentira se está volviendo cada vez más oscura. Incluso con esta palabra para distinguir una forma muy diferente de mentir. Ahora solo se palpita.

“Palpitar es cuando un comunicador dice cosas verdaderas y en el proceso, a sabiendas, lleva al oyente a una conclusión falsa. Tiene el mismo efecto que mentir, pero permite que el comunicador diga cosas verdaderas y, según sugieren algunos de nuestros estudios, siente que no están siendo tan engañosas como los mentirosos", afirma Todd Rogers, un científico del comportamiento de la Harvard Kennedy School que es coautor de un artículo con investigadores de la Harvard Business School y la Wharton School. 

Digno de echarle una ojeadita. Cuando Todd Rogers y sus colegas observaban con qué frecuencia los políticos esquivaban preguntas durante los debates, se dieron cuenta de que algo más estaba sucediendo. Al declarar otro hecho veraz, podrían evitar responder una pregunta. Incluso podrían implicar que algo era verdadero cuando no lo era. Los políticos hacen esto todo el tiempo, dice Rogers,

La verdad no teme preguntas. Es una afirmación que yo me hago todo el tiempo. Estoy firmemente a favor del sentido común, la honestidad común y la decencia común. Esto me hace probablemente inelegible para un cargo público. Pero sigo firme en mi empeño por la verdad. Es la lucha, o mejor dicho, la cruzada que llevo años fomentando para el logro de una nueva dimensión de hacer política. 

La reputación, la confianza y la credibilidad son activos que ninguna organización puede permitirse perder y la forma más segura de perderlos es mentir. Construir confianza es como construir una torre, piedra por piedra. Pero no importa cuán alta o fuerte parezca la torre, si quitas una piedra del fondo, la torre colapsará. Eso es lo que hace la mentira: elimina la piedra angular de la confianza.

La verdad sobrevive en el ser, e incluso las verdades necesarias requieren una explicación de por qué son verdaderas. De hecho, requieren más. Requieren explicación de por qué son necesariamente ciertas. Requieren creadores y hacedores de verdad. Toma tiempo y esfuerzo. Pensamiento profundo y cambios de actitud. Es posible y es real. Y eso no es mentira.

Vivimos un momento de irritación política y endureciendo de las diferencias partidarias. Pero si hay algo en lo que prácticamente todos están de acuerdo, es que las noticias y la información que recibimos están sesgadas. Gran parte de la indignación que inunda las redes sociales, que ocasionalmente se filtra en las columnas de opinión y difunde entrevistas, no es simplemente una reacción a los eventos en sí, sino a la forma en que se informan y enmarcan. No se debe negar la amenaza de desinformación y propaganda.

En política, a veces los hechos si importan. Nos gustaría creer que la mayoría de lo que sabemos es exacto y que si se nos presentan hechos para demostrar que estamos equivocados, aceptaríamos modestamente la verdad y cambiaríamos nuestros puntos de vista en consecuencia.

Tú mereces la verdad. Transformemos la historia que dieron forma a nuestra distorsionada sociedad actual y construyamos una Nación que cambie el rumbo de nuestro devenir.

Los liberales tomamos la palabra. Llegó la hora y más nada. Los liberales si sabemos gobernar. Tenemos con que y vamos con todo. Los ciudadanos lo merecemos. Otra Venezuela es posible.

Estoy ganado en el empeño. Dedicare todo mi esfuerzo y energía a la convocatoria del Conversatorio de los Liberales a efectuarse en la ciudad de Caracas. Ya les anunciaremos el sitio de la reunión y la fecha definitiva. La del 29 de abril ha quedado pospuesta para próxima ocasión. A la fecha presumimos que la cuarentena será alargada. Un providencial “Time Out” para el status. 

Sigamos pendientes a una nueva convocatoria. Hemos apreciado una muy buena aceptación a la propuesta y gran entusiasmo para su realización.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es Mejor!

Raul Amiel
raulamiel@gmail.com 
@raulamiel 

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