La carestía de alimentos, medicinas y servicios básicos ha hecho que gran cantidad de venezolanos sean víctimas de ataques de pánico, depresión y estrés postraumático e incluso muchas de ellas han llegado al suicidio.
Las declaraciones y los informes de muchos psiquiatras y psicólogos venezolanos son preocupantes, al señalar que debido a la crisis social y económica que vive el país, las enfermedades mentales en nuestra población muestran un crecimiento que para el gobierno del llamado socialismo del siglo XXI, es invisible e inexistente.
Frente a este escenario, la psiquiatría en el marco de sus investigaciones, han venido marcando que esta situación que se vive es una de las principales variables que afecta la salud mental de los venezolanos.
A todo esto, hay que agregarles la ausencia notoria medico-asistencial pública que afecta y agrava indudablemente a los estratos sociales más bajos, donde se diagnostican enfermedades como la ansiedad, tristeza, miedo, trastornos del sueño, síntomas cognitivos (dificultad para pensar), conductas agresivas, estrés e incluso hay quienes llegan al suicidio.
EL INFORME DE LA OVV
El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) en la investigación realizada por varias universidades del país entre las cuales se encuentran la UCAT del Táchira, la ULA de Mérida, La UCV de Caracas, La UDO de Cumana, la LUZ de Maracaibo –entre otras- dio a conocer en noviembre del 2019 el presente informe: “En el año 2019 Venezuela ha vivido la mayor crisis social de la historia por la destrucción de la economía, la pérdida de capital humano por la emigración, el deterioro del estado de derecho y el incremento de la desigualdad social. En ese contexto de destrucción institucional, la violencia y la criminalidad han sufrido cambios importantes, pues la criminalidad acompaña los cambios en las sociedades, y procura adaptarse a las oportunidades que le ofrecen el mejoramiento o empeoramiento de las condiciones de vida en esa sociedad (…) En el año 2019, Venezuela se mantiene como uno de los países con mayor número de muertes violentas en la región y en el mundo. Este año cierra con un estimado de al menos 16.506 fallecidos y una tasa de 60,3 muertes violentas por cada cien mil habitantes, muy por encima de cualquiera de los otros países considerados violentos en América Latina”.
El sociólogo Roberto Briceño León, en entrevista concedida a Ludmila Vinogradoff sostiene que en 20 años de gobierno socialista suman un total de 330.000 víctimas fatales.
En su conversación con ABC, alertó sobre la escalada de los suicidios que ha llevado a Venezuela a ocupar el primer lugar en las estadísticas del continente americano.
El sociólogo, quien es Director de la OVV, en la mencionada entrevista sostiene que “antes del chavismo, el suicidio representaba entre 4 y 5 personas por cada 100.000 habitantes. Pese a la bonanza petrolera aumentó entre 8 y 9 suicidios pero a partir del 2015 los suicidios se dispararon a una media de 19 personas. Es decir la tasa se cuadriplicó en los últimos 15 años convirtiéndose en un fenómeno social. /…) En América Latina hay muy pocos suicidios pero Venezuela ocupa el primer lugar de suicidios en el continente americano. Estamos en el nivel de Asia donde hay países que llegan hasta 28 suicidios por cada 100.000 habitantes como Sri Lanka.
Al ser interrogado por la periodista, sobre las causas de esta situación respondió: “En general por depresión. La severa crisis ha empujado a los venezolanos a suicidarse. Unos deciden que se van del país y otros deciden que se van a quitar la vida.
La falta de psicofármacos aumenta la desesperación de los pacientes. Racionan las pastillas a la mitad y cuando se les acaba pierden el tratamiento y quieren quitarse la vida.
Hubo 23.500 homicidios igual a una tasa de 81 por cada 100.000 habitantes. Venezuela también ocupa el primer lugar de homicidios en el mundo.
El régimen censura las cifras y estadísticas sobre la violencia desde el 2003 porque no quiere que se sepa la verdad de la cara fea de la supuesta «revolución bonita», como vende la propaganda chavista a la izquierda latinoamericana.” (https://www.abc.es/internacional/abci-venezuela-esta-tope-suicidios-continente-americano-.)
LA SALUD MENTAL DEL VENEZOLANO
El informe de la OVV, donde se plasma una parte de la realidad acerca de la crisis que se vive en Venezuela, es lo que para muchos psiquiatras venezolanos ha promovido a gran escala las enfermedades mentales, pues el clima de inestabilidad política, social y económica ha conducido a que muchos venezolanos alteren su conducta y donde se nota claramente la crisis e incluso llegan a perder el polo perceptivo, es decir el contacto con la realidad.
Tales apreciaciones, que son producto de investigaciones serias, el gobierno venezolano las trata de ignorar y algunos funcionarios del mismo, afirman que se está tratando de ideologizar la psiquiatría, ignorando e invisibilizando de esta manera una realidad que es inocultable.
Al respecto el médico psiquiatra Luis Madrid, en declaraciones dadas a la colega periodista Adriana Nuñez Rabascall señalaba que el venezolano promedio está experimentando sentimientos de desesperanza, ante las carencias económicas.
“La primera causa es el desempleo y la situación económica del país. Eso produce situación de incertidumbre, desesperanza, ansiedad. La gente deja de dormir. Ver tus hijos llorar porque no tienen qué comer. Ver tus hijos mal vestidos. No puedes enviarlos al colegio (…) Que tu familia se fragmentó”, expone Madrid.
El especialista alerta que la población con trastornos mentales es la más propensa a tomar la decisión de quitarse la vida, pues los tratamientos antisicóticos y antidepresivos escasean en Venezuela. De 12 fármacos comúnmente recetados para atender esta condición, sólo tres están disponibles.
“Comienzan a bajar las dosis y a estirar la cajita de pastillas, y los fármacos no funcionan de esa manera. Al bajar las dosis, es una de las causas por las que la gente empieza a pensar ideas de suicidio”, explica el doctor.
El psiquiatra también puso el resaltador en las personas mayores de 65 años que, a su juicio, experimentan sensación de abandono, por la emigración de sus parientes”.
EL DAÑO ANTROPOLOGICO
Esa misma crisis social, económica y política causa lo que se ha denominado por algunos investigadores sociales daño antropológico.
En un artículo de opinión publicado en la página de internet que lleva por título “ECOS” escrito por Nora indica lo siguiente: “Se habla de daño antropológico cuando la persona deja de sentir aprecio por su propia vida, cuando pierde la conciencia de sí misma obrera de su destino y se abandona a los dictámenes con que la someten fuerzas de dominación obligándola a hacer y pensar de una manera dirigida. Más aún, cuando se la obliga a dejar de pensar. Un individuo acostumbrado a concebir su vida de esta manera poco margen tiene para discernir acerca de dónde está la línea divisoria entre lo que él es (o desearía ser) y lo que es obligado a ser. No es consciente de su poder de decisión, de su poder de resistencia, o más aún de su potencial como agente de cambio”. (https://www.elpais.com.uy/opinion/ecos/dano-antropologico.html).
A esta conceptualización de lo que es el daño antropológico producto de la crisis que vivimos, hay que agregarle el proceso migratorio que se está dando en Venezuela, producto de una conducta que es fruto de la desesperación donde se mezcla en la persona que emigra, la ansiedad con la esperanza perdiendo incluso la pertenencia de patria, la pertenencia de familia y su proyecto de vida, para tratar de “mejorar” las condiciones materiales de existencia social y económica.
LAS ESTADÍSTICAS DEL CENDAS
La situación económica del país se torna cada vez más preocupante. El CENDAS (Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores) acerca de esta realidad indico que un trabajador necesita 10.16 dólares diarios para cubrir la cesta alimentaria familiar, pero gana 3 dólares mensuales. Esto significa un desequilibrio económico, que trastoca las ya menguadas condiciones de vida.
La cesta alimentaria por el mes el mes de diciembre la desastrosa cifra de 15.252.586,08 bolívares, sufriendo un aumento de 4.864.952,70 bolívares, equivalentes a 305,05 dólares; es decir, que un trabajador necesitó de 101.7 salarios mínimos (150 mil), para adquirir la canasta familiar para 5 miembros.
Para la inmensa mayoría de venezolanos se están viviendo situaciones muy duras, momentos que realmente son dolorosos e inquietan, porque un padre de familia que gane en bolívares lo equivalente a 3 dólares mensuales, no está en condiciones de responder a las demandas de su entorno familiar.
LA CLASE POLÍTICA VENEZOLANA
Es indudable que ante semejante cuadro, en la mayoría de los venezolanos hay dolor, rabia, frustraciones y hasta odios, que por el momento se guarda en el silencio, ante una clase política -sin excepción- que se encuentra en una lucha por el poder y que sólo le importa las cuotas que en el mismo se reparten en los festines electoreros y donde se utiliza a la población llenándola de esperanzas y sueños, esperanzas y sueños que la llamada democracia nunca las ha plasmado.
Esa democracia, que se ha definido como una forma de organización del Estado, en la cual las medidas colectivas son acogidas por el pueblo mediante mecanismos de cooperación directa o indirecta, para concederle legitimidad a sus representantes y que además es una forma de convivencia social, en la que los ciudadanos son libres e iguales y las relaciones sociales de existencia se establecen conforme a mecanismos contractuales, ni en el ayer ni en el presente se han manifestado en éste país llamado Venezuela.
Nuestra “democracia” en el ayer y en el presente es como la definía Fabricio Ojeda, quien fuera Presidente de la Junta Patriótica que dio al traste con la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, en ese 23 de enero de 1958. “ya el pueblo venezolano está decepcionado de una democracia que no llega, pero a nombre de la cual se le maltrata, se le persigue y se le engaña.”
Enrique Contreras Ramírez
unasimpleopinion7@gmail.com
@enriqcontrerasr
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