miércoles, 21 de julio de 2021

ALFREDO CEPERO: NADIE PODRÁ DETENER ESTE TREN DE LA LIBERTAD

Ya es hora de que los cubanos aceptemos la realidad de nuestra situación, la responsabilidad de nuestros actos y la soledad de nuestra lucha.Sesenta y dos años son una brizna de tiempo en la vida de cualquier pueblo pero son una eternidad en la vida de cualquier ser humano. De hecho ese espacio de tiempo supera las esperanzas de vida de quienes habitan en las dos terceras partes de los países del globo terráqueo. Durante este tiempo los cubanos hemos combatido a la tiranía castrista alzados en las montañas, sumergidos en la clandestinidad e invadiendo el territorio de nuestra patria desde costas lejanas. El saldo macabro ha sido de centenares de muertos, millares de presos y millones de exiliados, tanto políticos como económicos. Así y todo, ya sea por ignorancia o por maldad, muchos nos han acusado de cobardía. Han perdido su tiempo porque nosotros no trabajamos para impresionar a nadie sino para liberar a la patria.

Ahora bien, los dos momentos estelares de nuestra historia reciente han sido el llamado "Maleconazo" de 5 de agosto de 1994 y la protesta multitudinaria del pasado domingo 11 de julio. Dos fechas inmarcesibles en la historia de la rebeldía−solitaria y traicionada−del pueblo cubano contra la tiranía comunista de la familia diabólica de los Castro. Ambas fechas fueron−sobre todo la del domingo 11 de julio−protestas espontánea de un pueblo que no se resigna a vivir en la esclavitud. De un pueblo que, a pesar del tiempo transcurrido, no olvida el significado de la libertad. Una libertad que es el oxígeno de todo cuerpo social. Una libertad que es el "santo y seña" de un pueblo cansado del yugo y de la miseria. Una libertad que ya nadie podrá detener.

La misma libertad universal descrita por la pluma privilegiada de Thomas Jefferson en su Declaración de Independencia. Sobre ella Jefferson dijo que los hombres somos dotados por nuestro Creador de tres derechos inalienables: "La vida, la libertad y las búsqueda de la felicidad". Derechos que no recibimos de los gobernantes sino de Dios y que nos pertenecen a todos porque somos sus hijos no porque seamos ciudadanos de país alguno.

Esta protesta del 11 de julio tuvo su epicentro en el heroico pueblo de San Antonio de los Baños. La misma fue instigada por los militantes del Proyecto Emilia y del Partido Unión por Cuba Libre que salieron a las calles sin otra arma que su amor a Cuba y exigieron la libertad que los tiranos les han negado por más de seis décadas. Una docena de ellos terminaron en las cárceles de la tiranía y, al momentos de escribir estas líneas, no tengo información sobre si alguno ha sido torturado o asesinado.
A nivel nacional, la protesta se extendió por más de cuarenta ciudades y pueblos de la Isla y participaron en ellas millares de hombres y mujeres cuyo nexo principal fue el ansia de libertad. 

No el Covid 19, la crisis del sistema hospitalario o la escasez de alimentos como han dicho el parcializado New York Times, la taimada Casa Blanca y la izquierda fanática que ha secuestrado al Partido Demócrata. La totalidad del Partido Demócrata ha mantenido un silencio sepulcral con respecto a las protestas cubanas porque no quieren expresar el apoyo que profesan a los tiranos y a su ideología comunista para no ser castigados en las parciales de 2022.

De ahí que concluyo con total seguridad que de estos demo-comunistas no podemos esperar otra cosa que hipocresía, traiciones y mentiras porque Biden no es otra cosa que un anciano ladrón manipulado por un solapado y racista Barack Obama. La tiranía se caerá como un árbol cuyo tronco está horadado por la carcoma de sus iniquidades y no por la ayuda de ningún gobierno extranjero. Ya es hora de que los cubanos aceptemos la realidad de nuestra situación, la responsabilidad de nuestros actos y la soledad de nuestra lucha.

Esa responsabilidad no es sólo ganar una guerra que bien podría decidirse a corto plazo sino garantizar una paz que podría ser amenazada por las ambiciones, la avaricia y el oportunismo de quienes aspiren a gobernarnos en nuestra nueva nación. Porque, citando a James Madison: "Si los hombres fueran ángeles no harían falta los gobiernos" Y yo completo la frase con el requisito de que no cualquier gobierno sino "buenos gobiernos". Y es el ciudadano quien se asegura con su voto de que haya gobiernos buenos .
A mayor abundamiento, hay en este momento un peligro que no podemos ignorar. Del lado de allá, los déspotas cubanos confrontan a un pueblo enardecido que podría hacer explosión como una caldera a presión. Del lado de acá, tenemos una versión casi al carbón del pusilánime de Jimmy Carter.

Ya ustedes saben a lo que me refiero. Podríamos confrontar otro Mariel. Y otro Mariel les permitiría ganar el tiempo que no podemos concederle porque ya nos han robado la mayor parte de nuestras vidas.
Por otra parte, siempre he sido reacio a poner fecha exacta a la caída de la tiranía, pero hoy vaticino que los represores tienen el tiempo contado, no en años sino en meses. Digo, y si me equivoco meteré la cabeza en un hoyo, que estos malvados saldrán corriendo antes de que termine el año. Y este proceso podremos acelerarlo tomando medidas que muchos consideran insensibles y drásticas.

La acción en este momento es totalmente clara porque ya estamos en la recta final. Tenemos que poner la libertad por encima de la falsa compasión. Ya es hora de suspender las remesas que mantienen en el poder a un régimen diabólico que se encuentra al borde del abismo. Mostremos una verdadera compasión dándoles el regalo de la libertad a nuestros seres queridos. Pongámosle fin a esta monstruosidad y démosle el empujón final.

Cierro con un mensaje para los malvados. No se hagan ilusiones de que han aplastado a la oposición porque reine la calma en estos momentos. El "genio" se salió de la botella y no habrá nadie que pueda devolverlo a ella. Les auguro un caliente verano que terminará en un otoño pletórico de libertad. Libertad para andar. Libertad para detenernos. Libertad para decir que sí. Libertad para decir que no. Libertad para elogiar. Libertad para criticar. Libertad para entrar. Libertad para salir. Libertad para hacer. Libertad para no hacer. Libertad para ser nosotros mismos sin hacernos sujetos de castigo.

Alfredo M. Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de www.lanuevanacion.com
Cuba - Estados Unidos

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