Llegamos a septiembre. Mes prolijo en efemérides muy interesantes. Habrá de toda especie y categorías. Les sugiero repasarlas. Además del Día Mundial de la Barba que se celebra todos los años el primer sábado de septiembre hasta el día de la Secretaria. Pasando por el celebrativo de la Virgen del Valle y de la de Coromoto, Patrona de Venezuela. La Carta de Jamaica, escrita por Simón Bolívar y pare de contar. Hay una que particularmente me viene al propósito de la crónica de hoy. La del 7 de septiembre de 1814: El Libertador Simón Bolívar escribe El Manifiesto de Carúpano, documento explicando el fracaso de la Segunda República.
Con este documento Bolívar buscaba no solo la libertad sino el apoyo incondicional de su pueblo y de sus amigos. Aparte en su documento le hacía crítica a varias cosas. Como el ejército que a pesar de que algunos venezolanos de ese tiempo hacían lo que podían por él le faltaba mucho orden. En síntesis había muchos problemas en ese tiempo, que no permitieron que la segunda República avanzara y eso en verdad no fue culpa de Bolívar; entonces él quiso que todo quedase por escrito y que se pudiera analizar logística e intelectualmente el escrito. En este manifiesto Bolívar se quejaba de la justicia de los hombres, y abogaba por la justicia divina, expresa que sus ciudadanos venezolanos no estaban preparados para el ejercicio de la Justicia. Por lo tanto, no eran capaces de desarrollar sus propias leyes, lo que significa que no podían entender el verdadero significado de la libertad, la cual se basa en el ejercicio práctico y no solo en palabras. Siendo este el caso, Bolívar debe obligar a sus compatriotas venezolanos a asumir el ejercicio de la libertad, a pesar de su falta de aprecio ante la misma.
A veces pienso que habría que dar un paso atrás y preguntarte si las condiciones que dieron origen al chavismo han sido “superadas”. Me inclino a creer que muchos aspectos de esa simbolización siguen incubados, sin desarrollo: el principal de ellos, el de los medios o condiciones para la acción política, es decir el tema de los partidos.
En los últimos tiempos, la corrupción ligada a la política, en el mundo y nuestro entorno hemisférico, se ha vuelto un asunto de grandes dimensiones y sobre el cual no podemos ser indiferentes. No solo por tratarse de un tema de carácter moral y/o legal, sino también porque sus efectos económico-sociales son, las más de las veces, nefastos.
Venezuela es el espeluznante final de la política moderna. Los ciudadanos de una Nación que alguna vez fue próspera viven en medio de los estragos de la demolición de toda institucionalidad. Ha sido y es tan implacable, que nos están llevando a la destrucción total.
Venezuela no es una idea. Es un lugar real, lleno de personas reales que están pasando por una crisis sin precedentes y, de alguna manera, muy inquietante. Si simboliza algo, es el poder distorsionado de los símbolos. En realidad, el país no ofrece consuelo a quienes a habitamos aquí.
Aquí ya, si vamos como tren bala. Quienes defendemos los preceptos del Republicanismo Liberal estamos obligados a usar todas las herramientas disponibles para una verdadera difusión de nuestra propuesta. Si, con coraje y determinación, patrocinamos nuestras convicciones a capa y espada.
Estoy tentado a terminar aquí con una advertencia, porque Venezuela representa la conclusión de muchos procesos que vemos en el mundo de hoy. Venezuela es el final del marxismo ideológico; la culminación del asalto a la democracia, los tribunales y la prensa que ahora se desarrolla en tantos países; y el límite exterior de la política de polarización. Pero no quiero, como tantos lo han hecho, tratar a Venezuela como un simple símbolo. Es un lugar real, y las dificultades que enfrentamos las personas que vivimos aquí no han terminado, culminado o limitado en absoluto. Independientemente de lo que hagan los de la comunidad internacional en Venezuela y los avances del diálogo en México, el objetivo debe ser ayudar con nuestras consideraciones, a promover un argumento ideológico factible para el cambio, especialmente a medida que la crisis humanitaria y política se profundiza y se extiende.
Estamos alineados para la gran y hermosa obra de reconstrucción de la República con una verdadera y sólida democracia. En ese propósito insistimos en convocar a la participación masiva a las elecciones regionales del próximo 21 de noviembre. Ojala prive la sensatez y nos presentemos con la mayor UNIDAD posible. Lo ideal sería total UNIDAD. Si eso ocurre será un paso muy importante. Ganar el mayor número de alcaldías y gobernaciones. Mostrar el verdadero músculo de una oposición consciente de su responsabilidad ante el país. Si la “Oposición” logra nuclear alrededor de candidatos únicos, y consigue formar un buen equipo para vigilar las elecciones regionales, hallará una oportunidad de oro para la disidencia venezolana y para reivindicarse frente a ésta. Sólo eso exigen los ciudadanos “por ahora”.
Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!
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Coordinador Ejecutivo Nacional
Movimiento Repuiblicano MR
Venezuela
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La actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto. Si tienes una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida.
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