jueves, 19 de noviembre de 2015

LUIS GARRIDO, LA TRANSICION VIENE

Todas las miradas van en dirección al 6 de diciembre. Es tal el rechazo contra el gobierno que las parlamentarias tienen un ingrediente esperanzador -más allá del objetivo-  como es la conformación de una nueva Asamblea Nacional que dé la cara por los venezolanos, poniéndole fin a la vergüenza de esa gallera controlada por una mayoría oficialista que solo responde a los mandatos del  régimen.  Este sería el primer paso para restablecer el orden de la reconstrucción de la Venezuela democrática, hoy con su pueblo agobiado  por la   impaciencia,  viviendo en la añoranza del país próspero, digno y justo, actualmente  represado en  su desarrollo por la  revolución corrupta del chavismo.       

La orientación está definida: el 6 de diciembre ganaremos y cobraremos.  Pero no nos ilusionemos con que Nicolás  -en medio de su decepción y fracaso-  tomará el teléfono rojo para felicitar a la dirigencia opositora;  al contrario, se atrincherará en Miraflores elucubrando una asonada aventurera;  su histerismo, puesto  a prueba en las diarias y aburridas alocuciones así lo demuestran.  El sonido de  las piedras arrastradas por la fuerte corriente anuncia que algo diferente va a pasar después del 6 de diciembre. La fórmula de la transición como salida ante la crisis generada por la incompetencia de Maduro va tomando mayor  fuerza con el paso de los días.  No está lejos el diálogo  gobierno-oposición;  desistir de  él causaría  desencanto.  A Nicolás le quedan dos caminos: renunciar o cargar sobre sus espaldas el resultado de la reacción de un pueblo bravo.        
Cuando hablamos en términos victoriosos es porque los venezolanos a golpes y  sufrimientos abrieron  los ojos frente al cambio de vida.  La inseguridad y la muerte están desatadas, arruinaron la economía, hicieron inaccesible -además de lo escaso-  los precios de la comida y las medicinas, la atención  pública hospitalaria es vergonzosa: carecen de eficiencia para aplacar la indignación.
 No podrá ocultar el gobierno que en pocos días se multiplicarán los desengañados, la brillante idea del difunto vivo de designar a su pupilo naufragó; lo que significa que a la mayor brevedad se hace necesario articular equipos para un cambio de modelo económico-político como respuesta a la miseria.  En esta dirección tendremos el gobierno de  transición requerido desde hace tiempo por el país.  El diálogo entre las partes opuestas  es imprescindible, angustiosamente necesario;  será un paso adelante para el reencuentro con la democracia.  
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr

Carabobo - Venezuela

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