INICIATIVAS CASTRENSES
Historiadores venezolanos sostienen que la intervención de los militares
en el ejercicio del poder político ha sido una variable siempre presente en
toda nuestra historia republicana. Esto
como secuela de las guerras nacionales de independencia, cuya máxima expresión
política fue el surgimiento del fenómeno caudillista que se extendió durante
buena parte del siglo XIX. Ante la
inexistencia de una estructura militar institucionalizada sujeta al fiel
cumplimiento de los principios constitucionales, la figura del caudillo,
enaltecida por su devota facción, se erigió como la personificación de la
autoridad, el orden, la justicia y la ley.
Al momento de la creación de los ejércitos nacionales latinoamericanos,
los militares desarrollaron un creciente desprecio por la política y sus
representantes. Según los castrenses, estos personajes eran los responsables
del atraso económico y la inestabilidad política de sus respectivas naciones.
En sectores civiles "conservadores" y entre los militares
"modernizadores" tomó cuerpo la idea que la solución inicial a todos
los problemas de su país, radicaba en la despolitización de la política, creando para ello un sistema administrativo
estable que impusiera orden, obediencia y autoridad para combatir el
"desorden" nacional.
Manuel Caballero escribió: “uno de los aspectos más controversiales en
torno a los sucesos del 45, fue el título de "Revolución" con que los
miembros de AD bautizaron lo que no fue más que un golpe de Estado
cívico-militar, que tuvo como principales cabecillas a Rómulo Betancourt y
Marcos Pérez Jiménez”. La rebelión militar del 24 de noviembre de 1948 fue
justificada ante la opinión pública, como la respuesta institucional de las
Fuerzas Armadas frente a la amenaza del sectarismo político y la agitación
permanente de quienes habían desperdiciado la oportunidad de obrar en beneficio
de la nación entera.
Para finales de la década de los 50, diversos factores anunciaban el fin
del pretorianismo, entre otro, la
corrupción de los militares en el poder, las pugnas por la sucesión
presidencial, el fortalecimiento del sector privado de la economía, la burla de
la consulta electoral en 1957 y las dificultades para superar diferencias personalistas entre los sectores
políticos civiles y civilistas, así como también las favorables condiciones
hemisféricas que anunciaban el fin de los gobiernos militares. Los que
encontraron una solución a la crisis política, el 23 de enero de 1958, fueron castrenses demócratas, preocupados por
el rumbo que llevaba el país, quienes
junto a políticos de larga trayectoria y con
los dídimos bien puestos, lograron rescatar a Venezuela de una oprobiosa
dictadura.
Noel Alvarez
noelalvarez14@gmail.com
“Gente” Generación Independiente
*Coordinador Nacional de IPP - Gente
@alvareznv
@beanavas
Caracas - Venezuela
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