NO ESTAMOS A LA VISTA
El hecho quizá más significativo de la semana pasada fue la llegada a la
Presidencia de los Estados Unidos de Donald Trump. Un empresario de difícil y
hasta a veces dudosa trayectoria, sin experiencia en cargos públicos ni
políticos, que viene anunciando cambios extremos.
Por supuesto, tanto los norteamericanos como la comunidad internacional
están a la expectativa. La polarización sobre el tema no tiene precedentes en
la historia reciente de ese país.
Su discurso inaugural dice mucho de lo que puede venir. Populismo,
demagogia, nacionalismo extremo, patriotismo... Todo ello con la utilización de
frases clichés, pre-hechas, "frases cohete", simplonas, radicalonas,
aderezado con ataques a la prensa, a la libertad de expresión, a los hispanos,
y a un largo etcétera.
Un coctelito que, en la historia universal, cuenta con demasiados
fracasos. Ya veremos qué sorpresas le depara al pueblo estadounidense y al
mundo entero.
En el caso venezolano, la incógnita es total.
Por una parte, en alguna oportunidad Trump se ha referido a quienes
todavía mandan en Venezuela de manera fuerte, señalando su inconveniencia. Ha
dicho que un gobierno no puede tener a un pueblo en las condiciones que Maduro
tiene a los venezolanos. Son "incompetentes y disfuncionales", según
miembros de su equipo.
Uno espera que el Departamento de Estado de Trump sea menos
condescendiente de lo que en la práctica fueron individuos como Kerry y
Shannon, quienes directamente los cabronearon, jugando a dejarlos en el poder.
Es verdad que hay varios delincuentes chavistas, algunos con cargos muy
altos en el gobierno, que están en una lista negra elaborada por Obama y su
equipo. Pero esto a veces suena a saludo a la bandera. Porque los venezolanos,
en la práctica, no hemos visto aún el primer resultado concreto y tangible.
Ahora veamos la otra cara de la moneda.
Hay una frase que dice que "los amigos de mis amigos son mis
amigos"... y Trump parece bastante determinado a ser "el mejor nuevo
amigo" de Putin, quien a su vez no oculta su amplia simpatía por Maduro,
quien le ha aportado maravillosos negocios relacionados con petróleo y compra
de armas.
Sumado a esto, el nuevo Secretario de Estado designado por Trump, Rex
Tillerson, viene de ser el Presidente de la Exxon Mobil, un gigante petrolero a
quien Maduro, más allá de su discursito antagónico sobre el
"Imperio", le ha entregado la mayor parte de la Faja del Orinoco.
No sólo eso: la Exxon Mobil está asociada a la petrolera rusa Rosneft en
la exploración de inmensas extensiones en el mundo.
No quiero dejar de señalar que no se trata de pensar que dependamos de
los Estados Unidos o de cualquier otra injerencia extranjera para salir de los
causantes de la catástrofe que vivimos los venezolanos. Sin embargo, sin una
mayor determinación de países claves, será mucho más difícil.
De tal manera que será interesante ver como Donald aborda el tema
venezolano.
Eso, si es que le interesa abordarlo. Porque resulta que hace muy pocos
días, The Washington Post publicó un artículo acerca de los retos que en
materia de política exterior tiene Trump frente a sí.
Allí se mencionan nueve casos concretos: el Estado Islámico, la guerra
en Afganistán, el tema nuclear con Corea del Norte, el conflicto en Ucrania, el
tópico comercial con China, las alianzas con Europa, el acuerdo nuclear con
Iran, el caso de Israel y Palestina, y finalmente la relación con Mexico.
¿Latinoamérica? Nada.
¿Venezuela? Cero.
¿Seguiremos, al igual que con Obama, siendo parte del patio trasero?
Bernard Horande
bhorande@gmail.com
@bhorande
@APlumazoLimpio
Miranda – Venezuela
latinoamérica seguirá siendo de interés anecdótico a nivel mundial, no solo para USA...y la culpa no es de los "otros" como insisten los obsoletos comunistas. El problema sigue siendo nuestro pensamiento atrasado y deprimente del mendigo que espera que le den y no del que se lo gana! esta forma de pensar y actuar es el caldo de cultivo de los gobiernos populistas mesiánicos y militaristas que tenemos en AL y no hay señales de cambio alguno...por ahora.
ResponderEliminarlatinoamérica seguirá siendo de interés anecdótico a nivel mundial, no solo para USA...y la culpa no es de los "otros" como insisten los obsoletos comunistas. El problema sigue siendo nuestro pensamiento atrasado y deprimente del mendigo que espera que le den y no del que se lo gana! esta forma de pensar y actuar es el caldo de cultivo de los gobiernos populistas mesiánicos y militaristas que tenemos en AL y no hay señales de cambio alguno...por ahora.
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