“Votar no es un hecho moral. ¡Es un derecho
inmensamente táctico y ciudadano! L’état de la question es removilizar y
reavalanchar, cuestión que no tiene que ver con la moral sino con estrategia y
gónadas! ¿Si me entienden? diría JJ Rendón…”
Diciembre es y será el recuerdo de tiempos libres en
Caracas para sentarnos a escuchar buena música alrededor del buen coñac que
Papá sólo destapaba en momentos muy especiales. Desde niño crecí tanto
escuchando aguinaldos decembrinos como una larga lista de boleros, tangos y
baladas que encendían una nostalgia mágicamente matizada de júbilo.
¿QUE VEINTE AÑOS NO SON NADA?
Uno de los tangos de Gardel preferidos de papá es
Volver. Su lírica es maravillosa. “Volver…con la frente marchita, las nieves
del tiempo, platearon mi sien. Sentir que es un soplo la vida, que veinte años
no es nada, que es febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te
nombra…” Papá con buen oído y gañote, cantaba con fuerza este tango de Gardel
convencido que 20 años no eran nada porque había sido feliz…Pero después de los
últimos veinte años de revolución, de oscuridad y violencia, 20 años es
demasiado, es una pena la vida y a muchos de mi edad se nos marchita la frente
con un sinsabor de generación perdida. ¿Por qué? ¿Qué nos pasó? ¿Dónde no
paramos o no avanzamos? ¿Cuándo dejamos perder el alma aferrada a la democracia
y a la libertad?
Sin duda gran parte del problema es que hemos matado
nuestra cultura. Al decir del tango no hemos sabido guardar una esperanza
humilde como fortuna del buen corazón. Perdimos el pasado y perdimos la
ilusión. Con Chávez se posaron todas las sombras en los hombros de una
Venezuela ansiosa de sana inclusión. Veinte años más tarde somos lager, nada,
desecho. Arendt dice que el totalitarismo son los horrores del holocausto. La
conversión en cenizas del mundo concentracionario-Dixit Alberto Sucasas-quien
lo define [lager], como la transformación del hombre-sujeto en cuerpo sin alma
ni subjetividad, sin yo, sin inteligencia. “Una sopa que se le mete agua con un
tubo y luego se orina”. Nada más. Eso no ha hecho el régimen. Inútiles y
superfluos. Se ha orinado en nosotros y nos ha convertido en una sopa que se
orina…
IBSEN Y SUS FUNDAMENTALISTAS
Ibsen Martínez es un hombre brillante. Lo traigo a
colación porque en estos días leí su artículo titulado “Maduro y los
Fundamentalistas del Voto” (3/12/18). Al leerlo me sentí aludido. Un ensayo que
demuestra como nos han minimizado y enfrentado entre nosotros…
Dice Ibsen: “Según el fundamentalista del voto, la
política de oposición ha estado últimamente en manos de aficionados, de gente
ingenua e impaciente, imbuida de un inconducente misticismo moral”. Quiero
subrayar la idea de misticismo moral porque ciertamente Ibsen da en el clavo
pero al revés. Es verdad que el moralismo retórico, lirista, fullero y
pantanoso ha engolado la garganta de un sector de la oposición, pero no
precisamente fundamentalista del voto sino fundamentalista de la abstención. Lo
inconducente de la moral pura y Kantiana en la política es muy típico de
novatos. Ibsen trata de reducir la discusión sobre la pertinencia moral de
votar o no votar. Esa no es la discusión. Votar no es un hecho moral. ¡Es un
derecho inmensamente táctico y ciudadano! L’état de la question es removilizar
y re-avalanchar, cuestión que no tiene que ver con la moral sino con
estrategia, táctica y gónadas! ¿Si me entienden? diría JJ Rendón…
Entonces los fundamentalistas de la abstención
fanáticos de la palabra legitimidad, se montan en un tinglado voluntarista,
legalista, semántico, purista, pegajoso y normativo que aburre y bosteza al
pueblo. Esta gaita moralista es la que se distancia de las masas y nos inmoviliza.
Sin duda otra versión de fundamentalismo de la nada que nos hace mas leger,
cenizas…
Puedo consentir a estas alturas del juego que Maduro y
sus cuarenta pillos no salen por votos. Lo del domingo fue un parapeto que ni
llega al grado de simulacro comicial. Puedo aceptar que no hay salida
negociada, ni dialogada o transaccional. Pero aquellos que han hecho de lo
estratégico una oda del abstencionismo, a un pastizal de agresiones y
acusaciones genéricas y disolventes desde un teclado, un video y una poltrona,
les comento que con criticismo iracundo, tuiteo tartufo y confusional más
desgarraduras morales sólo conseguiremos esconder la esperanza, encadenar la
ilusión, borrar el pasado, abofetear la humildad, marchitar la frente y detener
el andar para que las nieves del tiempo plateen nuestras sienes [ambas: pro
voto o abstención] y nos pasen por nuestras narices !veinte años más de orinada
moralista y sinuosidad revolucionaria.
UN DULCE RECUERDO QUE LLORA
El dilema en Venezuela dejó de ser binario. Es multidisciplinario
y multifactorial. Es reorganización interna, removilización social. Es
inspiracional. Es usar el voto como el medio para sacar a la gente de su
letargo y volver a la calle, a la vida política. No votes pero sal a la calle.
Es burlar al gobierno. Es montar una votación paralela, simbólica y echársela
en cara. Es la resistencia inteligente y coordinada con apoyo internacional,
quiebre militar, ayuda humanitaria forzosa, liderazgo de base. Es piedad, es
conmiseración. Nadie es dueño de la verdad. El divisionismo sólo ha dado
licencia para exterminar sistemáticamente un pueblo. De esa tirantes todos
hemos sido responsables…
Tenemos que volver a la política con p mayúscula de
pragmatismo y posibilidad. Volver a lo constructivo. Un volver agregado,
proactivo con el que redimiremos el pasado, reivindicaremos la nostalgia y
veremos el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando nuestro retorno,
el volver de Venezuela…” ¡Salut padre…!
Orlando Viera-Blanco
ovierablanco@vierablanco.com
@ovierablanco
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