miércoles, 20 de marzo de 2019

ELIDES J. ROJAS L., LAS MEGA COBAS DEL CHAVISMO


En tiempos de revolución bolivariana todo lo que ocurre en Venezuela tiene características de colosal. Todo es mega, enorme, gigantesco. La inflación, la escasez, las crisis, la inseguridad, las guerras con el imperio y fuerzas de la derecha, los sabotajes. Todos sin excepción, son de un tamaño aún no cuantificable por la ciencia ni por los hombres. Esa es la narrativa del chavismo.



Pero, en general, nada es verdad salvo lo que la gente sufre y padece. Lo demás es coba, la justificación es coba, la excusa es coba. Y, ni siquiera vale la pena repetirlo, el culpable de lo que sea siempre es otro. Y esta regla es además inherente, existencial, a los regímenes comunistas. Siempre hay un imperio bestial que los ataca y los hace víctimas por el solo hecho de tratar de mejorar la situación de los pobres y lograr que el socialismo convierta a la tierra en el paraíso. Y en eso andan desde hace décadas, pero con resultados siempre al revés. Arruinando todo lo que tocan y destruyendo naciones completas entre pobreza, opresión, hambre y vidas tristes.

Venezuela, cuando todo el mundo pensaba que se iba a escapar de las garras comunistas, de las mafias que crecen alrededor de este sistema y de la pobreza general que va pegado al funcionamiento mismo del régimen, pues cayó en manos de los Castro, los jefes de Cuba. Bastó un militar alzado, un descontento general mal canalizado y una visión irresponsable del futuro, para que el país terminara comiendo piedras. Como Hungría, Rumanía, Polonia, un pedazo de Alemania, Corea del Norte, solo por mencionar algunas; y, finalmente, la mamá de toda esta camisa de fuerza que fue la URSS y, actualmente, los regímenes que le sucedieron, cuya única razón de ser es apoyar cualquier cosa que perjudique a Estados Unidos, sin importar que en el camino se lleven países completos al despeñadero.

Para sobrevivir en el poder, luego de haber generado pobreza y hambre; siempre, pero siempre, apelan a la mentira fundamental en impresionantes aparatos de propaganda. En Venezuela, los cubanos orientando al chavismo, han dejado al menos cuatro huellas fundamentales de estos mega desastres que han mutado a batallas épicas a punta de hegemonía de medios y mensaje único, a punta de cárcel y represión, a punta de terror, a punta de bloqueo de redes y comunicaciones.

En principio son cuatro guerras con sus respectivas mentiras internas. Veamos.

La guerra mediática. Invento del comandante fallecido. Desde el primer día, luego de que algunos dueños de medios descubrieran que el militar no les pararía ni un átomo a pesar de haberlo apoyado, de haberle dado plata, aviones, carros y apartamentos; el golpista inició una verdadera guerra contra los medios de comunicación. Atacó a los dueños, a los periodistas, a las marcas. Calumnió y mintió. Cerró medios y confiscó emisoras y canales. Al final fue de frente y quebró, con sus políticas a lo poco que quedaba para informar. El objetivo siempre fue muy comunista y muy cubano: hegemonía comunicacional. Pero, como se sabe, en estos tiempos es imposible ese tipo de dominio, aunque en este momento han recurrido hasta el bloqueo de Internet por medio de proveedores del gobierno y otros. Nunca hubo guerra mediática de la derecha o del imperio. Sí ha habido una guerra del régimen contra los medios y cualquiera que informe o denuncie.

Guerra financiera. Otro invento del comandante muerto y sus asesores cubanos para tapar las primeras crisis financieras, quiebra de bancos, casas de bolsa que el mismo régimen provocó entre corrupción y manejos extraños con bonos y el control de cambio. Rasparon a un buen sector del área financiera como quisieron, pero siempre trataron el asunto como una guerra financiera inducida desde el extranjero.

Guerra económica. Esta guerrita es eterna y suprema, igual que el comandante. Se puede decir que comenzó cuando el precio del petróleo dejó de acompañar la robadera y la gastadera de la cúpula revolucionaria. De allí en adelante se acabó la buena vida socialista y paulatinamente dejaron de pagar deudas a todo el mundo. Dejaron de pagar bonos, incumplieron obligaciones, carretearon a los laboratorios internacionales, embarcaron a las líneas aéreas, expropiaron por gusto y perdieron casi todas las demandas. Un quiebra irrebatible y sin chance de salir adelante. Pero para el resabiado chavismo siempre ha sido sabotaje del imperio, de los empresarios y de la derecha. Nunca por su corrupción y menos su incapacidad.

Guerra eléctrica. Tiene más de 10 años. Comenzó también con el comandante fallecido al frente. Nombraron unos altos mandos eléctricos llenos de militares, hicieron tremendos negocios, se robaron un realero desviaron otra montaña de dólares y terminó el país a oscuras. De apagón en apagón. O de alumbrón en alumbrón, como dicen en la amada Cuba de los chavistas. Ahora mismo la crisis eléctrica llega a grado de colapso, pero para los creativos cubanos y sus mascotas criollas se trata de un ataquecibernéticomultifacéticocelulardeorigennuclearalargadistancia. Nada más.

Eso sí. El fracaso del chavismo ya es de orden mundial y, por tanto, las cobas pasan a ser mega coba en cada momento. Ya no alcanza una cobita tipo iguana come cables. No. Hace falta la mamá de las guerras para tapar tamaño fracaso.

Y falta más.

elidesr@gmail.com
Twitter: @ejrl

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