La política criolla se encuentra estancada, como es usanza, el régimen continúa su camino cubanoide sin mirar hacia los lados. Tal es el descaro que es Maduro, y no el CNE, quien decide públicamente las parlamentarias del 6D van llueva, truene o relampaguee… Digo, por sí había dudas de la parcialidad de este nuevo ente rector.
Mientras, la oposición orgánica y poblacional (cerca del 90%) se encuentra atada de manos, acorralada por colectivos armados y todo tipo de entes represores que, como certificó tardíamente la ONU, son capaces de cometer atrocidades con tal de proteger y mantener a quienes hoy detentan el poder ilegal e ilegítimamente.
La oposición orgánica encabezada por Guaidó se mira el ombligo, así como el régimen y su “Ley Antibloqueo”, no hace más que refreír estrategias erróneas, ahora convocan a otra consulta desatendiendo la realidad política; el venezolano no acudirá a ningún ejercicio electoral cuando el enemigo es antidemocrático, además, que a estas alturas no hay nada más qué demostrar ni preguntar, sin mencionar los riesgos a la persona humana implica ésta inoficiosa consulta.
El régimen comprendió hace tiempo lo que hace en Venezuela no puede hacerlo solo, en consecuencia, desde hace años, prácticamente desde el inicio, involucró a Cuba, posteriormente a China, Rusia, Irán y demás cepas antidemocráticas. Dos décadas tarde, la oposición pide a la comunidad internacional ayuda, con la diferencia que esta ayuda es solicitada a países democráticos, aferrados al derecho internacional, a engorrosos protocolos… los del chavismo no tienen esas “limitantes”.
Mientras el chavismo a través de la violencia institucionalizada mantiene el férreo control a lo interno de Venezuela, con destellos de luz como la momentánea revocatoria a Guaidó, por parte de la justicia inglesa, del control del oro que permanece en ese país, internacionalmente los opositores cifran esperanzas en Trump, en lo que pueda continuar haciendo en contra de los cabecillas rojos. Bajo su lema “Make América great again” ¿se esconde el “Make Venezuela great again”? nadie lo sabe.
Para mucho es impensable que la única forma de destronar al chavismo, una contundente acción de fuerza, provenga de Estados Unidos y sus aliados, otros creen es factible debido a las circunstancias, a las graves acusaciones que se ciernen sobre los líderes del régimen, pero, sobre todo, por el perfil personal (¿Sicológico?) de Trump, quien rompe todos los moldes de la previsibilidad. Sea como sea, la oposición no debe contar solo con esta opción, pero el chavismo tampoco puede descartarla… estamos en un círculo de incertidumbre viciosa.
Lo cierto es, según nuestra percepción, el régimen mantiene un control interno del país cercano al 70%, mientras que la oposición mantiene cierto dominio internacional; en la región cercano al 80% pero internacionalmente ese porcentaje es mucho menor, repetimos, porque los socios distantes del régimen no se adhieren a ningún tipo de ley, al derecho internacional. Lo que ocurrirá en Venezuela es impredecible, pero inevitable.
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