sábado, 20 de marzo de 2021

JOISE MORILLO, SPACEX VS. MARTE, AVENTURA FILANTRÓPICA.

El hombre se ha adentrado en una etapa novísima extra o SUPRA visceral. No ha bastado el gran impulso de las nuevas tecnologías, ni la inmensa capacidad científica que ha desarrollado hasta nuestros  momentos en el espacio que ocupamos, sino que: más allá de lo político e ideológico donde se ha regodeado entre falacias y aciertos, la humanidad ha desempeñado toda capacidad intelectual para crear una nueva forma de vida. En otras palabras, una nueva civilización, por ende "un hombre nuevo". Y no es precisamente el hombre nuevo del bodrio ideológico de Marx, sino el producto de la inversión capitalista protagonizada por la mano invisible de los héroes de la inventiva y la inversión, de quienes valientemente arriesgan el producto de su esfuerzo en crear riquezas como el caso de Musk, ese hombre nuevo será, no aquí en la Tierra sino en Marte, el marciano.

La idea de colonizar a Marte nace de la inventiva de quienes piensan mantener la especie humana, por encima de las adversidades, tanto conocidas como desconocidas, de este modo se contempla una impronta más que futurista, simultánea e indirectamente filantrópica, cuya ontología se potencia de facto en una nueva esperanza de subsistencia. 
 
De tal forma prevalecerá la máxima darwiniana del más capaz y la postura filosófica de: "O inventamos o erramos" de Simón Rodríguez. No es para menos que se pretenda menoscabar tal esperanza con argumentos sofistas y satanizaciones como el caso de las supuestas calamidades de las emanaciones de polución, sin considerar que es el impacto cronológico de nuestra era. Que -dicho sea de paso- tal argumento negativo se descarta con la reducción inesperada del diámetro del hoyo ártico de la capa de ozono. 
 
El impulso humanitario o filantrópico radica en salvar y mantener la especie humana y con esta las demás especies terráqueas. No obstante de toda interpretación que, seguro habrá detractores y rechazo. Con esta opinión cabe resaltar que: de algo tiene que servir la inquietud de combinar  la ciencia, la tecnología y el dinero, en este modelo no ha bastado  la retórica, ni el discurso, ni la convicción teórica, lo que si ha sobrado es voluntad de hacer cosas grandiosas de la calidad de la aventura de Colón, la diferencia es la inmensidad de conocimientos que se ha utilizado y se utilizará para tal empresa. 
 
Para ello, ya no son las galeras vikingas, ni las calaveras de Colón para transportar los recursos necesarios de colonización sino, inmensa naves espaciales, construidas; no con  dinero de ningún pueblo engañado con un discurso falaz y retórico, sino con capital privado. La Naos, Starship X8, ataviadas para transportar todo el equipo necesario para construir una ciudad y las industrias necesarias para la subsistencia en la superficie de Marte. El proyecto se perfila desde Spacex, de Loan Musk. 
 
Por supuesto ya existen las detracciones contra el proyecto, manifestando  argumentos que enajenan la idea que podría tenerse del mismo, ej. "Invadir Marte es contaminarlo" o "el proyecto Marte de SpaceX es delirante" por supuesto para quienes la inventiva es más que aventura de laboratorio o retóricas a tales argumentos le hacen caso omiso. 
 
El optimismo de Musk no se basa en un ideario utópico donde se conjuguen conductas heterogéneas e improvisaciones y menos imposiciones irrefutables. El optimismo de Musk se basa en el resultado de un cúmulo de investigaciones y planteamientos dialécticos en base al concurso de diferentes áreas del conocimiento científico y tecnológico  en ellos ha privado tanto la intuición como la estética trascendental diseñada con objeto empírico. 

Esto anterior comprueba la capacidad que tiene el poder económico de producir el bien cuando se hace con buenos propósitos, para muchos pensadores la civilización se divide en dos clases, a diferencia de las clases sociales -que son innumerables según los sociólogos. ej Marina Moran- , estas clases de civilizaciones son la común, basada en el uso y utilización de los conocimientos alcanzables al más común, y la de los astronautas de diferentes latitudes. Ahora se ha diseñado un nuevo proyecto de civilización que se deslinda totalmente de lo mitológico de Julio Verne para construir el hombre nuevo la civilización marciana humana.  
 
Mi esperanza es que este proyecto cristalice para bien de la humanidad y no como un nuevo bastión hegemónico. 
 
Por Joise Morillo
kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela EEUU

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