"Al final de mi evento de salud quiero
agradecer a Dios y a su Madre Santísima mi total recuperación, de igual forma
al eficiente equipo de salud del Hospital Clínico de Maracaibo: médicos,
enfermeros y asistentes, que hicieron todo lo posible por sacarme del problema
grave que tenía. Todo esto con las oraciones que hicieron más expedito el
camino. Gracias, Dios les pague.
Estos
días de reposo me han servido para ver televisión, y vi con asombro toda la
trifulca que se armó por la Ley de Amnistía; escuché a un personaje del
Gobierno afirmar que la Asamblea Nacional padecía de amnesia.
Yo
me pregunté: ¿Sabrán lo que es amnesia? Yo me respondí: la amnesia la tienen
ellos, ya que en la historia reciente tenemos ejemplo de esa práctica. El
expresidente Rafael Caldera recibe un país en guerra, era la época de las
guerrillas, y él se propuso pacificar el país perdonando, olvidando esa mancha
sangrienta de “las guerrillas”, donde murieron muchos jóvenes de un bando y de
los otros, especialmente soldados de la patria cuyo único propósito era la
defensa de la institucionalidad democrática del país.
Fue
un perdón a lo grande: borrón y cuenta nueva. Muchos de los protagonistas de
esos años fueron después servidores de la patria como excelentes ministros en
gobiernos democráticos. Eso fue amnistía.
Pero
de forma más reciente, el Comandante Chávez agrede la institución democrática
en febrero de 1992, con otro coletazo en noviembre. Fueron dos golpes de Estado
con soldados nuestros que no tienen dolientes, y el expresidente Caldera los
perdonó, les borró el delito, haciendo que el Capitán Hugo Chávez fuera elegido
Presidente.
Vuelvo a preguntar: ¿Eso no es amnistía?
Entonces, ¿Por qué se afanan en esa actitud antidemocrática de no aceptar la
amnistía propuesta por la Asamblea? ¿Qué temen? ¿Que salga a la luz el
despilfarro petrolero de estos 17 años de socialismo del siglo XXI promulgado
por el expresidente Chávez, que ha sometido al pueblo venezolano en la
situación más abrumadora de pobreza y abandono?
Él no nos engañó, él prometió anclarnos en el mar de la felicidad cubana, y lo estamos. Sin luz, sin agua, sin salud, sin seguridad, etcétera; y mintiendo con gran algarabía mediática, haciendo de la gran mentira nacional una verdad insostenible ya que es visible, tocable la situación de marginalidad que actualmente vive Venezuela.'
Monseñor
Roberto Luckert
@MonsLuckert
Falcon
– Venezuela
Enviado
a nuestros correos por
Adela
Fabra Martin
adela.fabra@gmail.com
@AdelaFabra
Caracas
- Venezuela
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