Llegamos a
niveles inconcebibles y seguimos impertérritos tratando de sortear las balas,
los virus y los asaltos a mano armada. Esa tierra de nadie en la que se ha
convertido la cuota 905 representa un símbolo de la corrupción y degradación
extrema en que ha devenido este pedazo de tierra en la que, en tiempos más
afortunados, fundamos nuestras ciudades. Cadáveres de personas atravesadas por
balas tirados en las calles sin que nadie los pueda recoger porque los
organismos pertinentes no tienen autorización de entrar y llevarse a los caídos
de esa (nuestra) guerra. La gente les pasa por al lado, los esquiva hasta que
un carro cualquiera, un particular, los recoge y deposita en un sitio donde los
forenses puedan retirarlos. ¿Quiénes son? ¿Quién los asesinó? Te contestan el
Coqui y su banda, esta es una lucha de mafiosos involucrados al narcotráfico.
Por un lado, los locales y por otros los usurpadores pertenecientes a los
órganos de seguridad del Estado. “Este territorio es nuestro y aquí mandamos
nosotros” contestan los malandros.
Convencidos
y sin titubeos pensamos que la vida y los territorios se arrebatan, es inconcebible
creer que se pueda argumentar con el Coqui o con un agente del CICPC,
imposible. No se puede argumentar con la mayoría de los funcionarios que tengan
un uniforme y se les haya otorgado alguna autoridad. Se acostumbraron a dar
órdenes, no atender razones. O se les entrega “su vacuna” o se resuelve la
situación a tiros. La banda del Coqui decidió resolver la situación a tiros
como veíamos en los westerns. Esa sensación de euforia que provoca el triunfo
del mas fuerte, de un hombre indómito siempre bajo la amenaza de un extraño.
Ciudades sin ley tomadas por un justiciero que representa el bien para los
suyos que aspiran establecerse algún día y vivir en paz, siempre protegidos por
un invencible. Unos eran los buenos y otros eran los malos que se aprovechaban
de los indefensos para hacer su propia vida mas fácil. Así se concibe lo que
está pasando en este territorio sin ley.
Los
bandidos que implementaron la cleptocracia y nos arrebataron el país, cada vez
actúan con mayor desparpajo. Acaso esta acción contra unos de los periódicos de
mayor tradición en la nación El Nacional, no se trata de un arrebato de uno de
los capos mayores que tiene la desfachatez de anunciarle al país como será el
reparto del botín. Provocan la ira y juegan con fuego porque el día que les
aparezca el Coqui nacional saldrán volados a esconderse en sus madrigueras.
Peligrosas acciones permitidas en un país que duerme y se despierta sin ley.
Los westerns además de divertir dejaron lecciones de la justicia en épocas
salvajes. Peligroso porque hay una parte muy turbia en el ser humano que es
atraído por la potencia que produce un arma. Pérez Reverte en una entrevista
resalta como advertencia esta característica oscura humana que ha puesto de
relieve las redes sociales “Hay algo turbio en el ser humano que quiere
destruir lo que no comprende. El impulso de destruir ha crecido con las redes
sociales para acallar a los que no piensan como tú. Pasearte con la tea y las
cerillas en la mano es algo muy actual. Las hogueras atraen mucho a la gente”.
Mientras no
cultivemos los jardines y alimentemos el diálogo, si no aprendemos a argumentar
y respetarnos seguiremos con las armas como medio de persuasión. Arrebatando a
lo jalisco lo que somos incapaces de construir y conservar.
Marina
Ayala
@MarinaAyala10
https://marinandoid.blogspot.com/2021/04/arrebatando-lo-jalisco.html?spref=tw
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