Esta mezcla e inversión de papeles ha
ido produciendo engendros y creando áreas dominadas por pequeños ejércitos
irregulares. El Tren de Aragua es una megabanda que ha adquirido notoriedad
internacional, después de haberse asentado en el centro de la nación. Su
presencia, al parecer, ha sido detectada en Perú y Ecuador. Figuras como el
‘Willy’, y ahora el Koki, se han convertido en vedettes que declaran territorios liberados, asaltan
comandos de la Guaria Nacional y la
Policía Nacional, y alardean de su
capacidad de fuego junto a sus lugartenientes.
Mientras esto ha ocurrido en presencia de todo el mundo, el
país se ha preguntado durante años dónde se encuentra el Estado, dónde los
aparatos de seguridad, dónde las Fuerzas Armadas. La respuesta es evidente:
espiando, hostigando y persiguiendo a la oposición, convertida en la pesadilla
de Hugo Chávez, primero, y de Nicolás Maduro, después.
El lugar de las FAN y la policía
dentro del Estado cambió a partir de los sucesos de abril de 2002.
Probablemente, antes de esos episodios el comandante Chávez ya acariciaba la
idea de deformarlas. Sin embargo, lo cierto es que a partir de esas jornadas,
esas instituciones ya no tuvieron nunca más las funciones de guardianes del
orden democrático, liberal y republicano que habían desempeñado durante los cuarenta
años previos. Fueron desvirtuadas, corrompidas, ideologizadas y fanatizadas con
el propósito de convertirlas en el brazo armado del proceso bolivariano. Chávez, guiado por su eterno mentor Fidel
Castro, se propuso evitar que ambos cuerpos
volviesen a formar parte de una conjura tramada para sacarlo de
Miraflores. Esa línea fue mantenida por Maduro
El envilecimiento las Fuerzas
Armadas estuvo acompañado del fortalecimiento de los grupos paramilitares, los
colectivos, la creación de organismos policiales ceñidos a los dictámenes del
presidente de la República y la indiferencia frente al auge de las pandillas
delictivas. Este complejo movimiento de piezas debía articularse para cumplir
con el propósito de desincentivar la organización popular y las protestas.
Entonces se empoderó a colectivos como La Piedrita y Alexis Vive, se creó la
Fuerza de Acciones Especiales (FAES) y se permitió que zonas populares como los
barrios alrededor de la Cota 905 pasaran a ser feudos del Koki.
En un clima
dominado por el caos, la inseguridad y la violencia, donde el Estado ha cedido
los espacios que le corresponde administrar, resulta demasiado arriesgado
protestar o aspirar a cambiar el orden existente.
El Koki es
hijo legítimo de eso que se llama la ‘revolución bolivariana’, no solo porque
toda su vida ha transcurrido bajo el dominio rojo, sino porque su surgimiento y
consolidación solo puede explicarse por la política de un Estado que decidió
renunciar a sus obligaciones constitucionales. Que se convirtió en Estado
fallido, tanto por su incapacidad
suministrar electricidad, agua, gasolina y vacunas para combatir la Covid-19,
como porque no es capaz de resguardar la vida de los venezolanos.
Solo cuando
el Koki retó al poder y se convirtió en un problema político significativo, fue
que la cúpula gobernante se sintió obligada a actuar para frenarlo. El hombre evidenció no haber entendido que el
régimen le había asignado un territorio y unas funciones que no podía
traspasar.
Esta
interpretación de los hechos jamás será aceptada por la cúpula gobernante. Lo
más fácil para Maduro y su gente es recurrir a la manida tesis de que los
culpables son los sospechosos de siempre: Estados Unidos, Iván Duque y, desde
luego, la oposición, en cuyo centro se
encuentra el partido responsable de todos
los males: Voluntad Popular, con Leopoldo López y Freddy Guevara al
frente.
Ver a Jorge
Rodríguez manipulando los hechos alrededor del Koki de forma descarada, no
sorprende. El cinismo y el uso de neolenguas forman parte consustancial del
estilo del régimen. Al referirse a
ensayos monstruosos como la Operación de Liberación del Pueblo (OLP), dicen que
fueron inspirados por el afán de paz y
amor que los mueve. Saquen ustedes la
cuenta.
Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela
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