Tras 16 años de este macabro disparate que vivimos, los
anzoatiguenses no perdemos nuestra capacidad de asombro a medida que avanza el tiempo y van
apareciendo sujetos designados en
altos cargos en este “régimen cívico
militar y revolucionario”. Son personajillos de todas las estirpes, de esos que
pululaban y siguen pululando aun
algunos matizados de rojo, que deambulan
como cadáveres insepultos en el escenario político del eje Barcelona,
Lechería y Pto. La Cruz. Revestidos de
cualidades que no tienen, sino una
enorme habilidad y audacia para cambiar
de disfraz político, y van ocupando tal como hoy, así como de repente cargos de ministros en esta etapa revolucionaria-castrista,
socialistas y antiimperialistas.
Son personajillos que en la vieja y
“maluca” IV república eran muy afectos y hasta militantes cortesanos públicos
en “el partido del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo”, Acción Democrática.
Y por supuesto, eran beneficiaros
y se lucraban de negocillos, favores
económicos y prebendas que los gobernantes locales les concedían. Eran
pues, “compañeros” que se
hacían pasar por empresarios de
Anzoátegui, cualidad que nunca tuvieron como tales, solo eran simple mercaderes y contratistas y testaferros a la sombra del poder local.
A diferencia del
estado Monagas en donde si hay, y aún quedan restos de un empresariado organizado, emprendedor y generador de
riqueza. Los de Anzoátegui eran pseudo
empresarios que solo hacían lucrativos negocios favorecidos por los gobernantes de
Anzoátegui, durante aquella tan vituperada, corrupta, imperialista y escarnecida “olvidada IV república
maluca,” repito, pero de la que
si obtuvieron jugosos negocios y prebendas, como el caso de
aquel evento-negocillo anual “Anzoátegui Productivo” por citar nada más que uno, etc. Eran
tiempos de los gobernadores
Álvarez Bajares, Otto Padrón Guevara, Olvidio Gonzales y Dennis Balza. Ohoo!!! Dennis. Gobernantes conocidos por la plebe y la que no es la plebe, ya de ingrata recordación
para muchos, pero para otros, de
añoranzas que no volverán.
Y llego de repente, una crónica anunciada, la
revolución socialista, bolivariana-castrista
y antiimperialista, cosa que
jamás se imaginaron, y, lentamente, esos
audaces personajillos pseudo
empresarios-mercaderes y contrateros beneficiarios de esa “maluca IV república
adeca-copeyeca,” se ocultaron temporal y
hábilmente. Muchos de ellos, quedaron
resentidos porque solo
recibieron migajas de la torta que repartían los gobernadores locales, pero las
recibían. Entonces, llegada la “revolución”
optaron por ponerse fuera de escena por un tiempo y pasar al anonimato, a la vez que
se fueron despojando de ese “dañino”
disfraz adeco, que para el momento era
una raya ser adeco. Y terminaron
con la habilidad que les
caracteriza vendiendo su nueva imagen. Y, al fin, muchos de ellos, como es
el de este caso, terminaron montándose en el ferrocarril de la mega corrupción socialista del régimen cívico
militar, que tanto ansiaban, y terminaron
hipócritamente revolucionarios y socialistas.
Pero el asunto de
este escrito es otro, es comentar lo que me informo desde Venezuela por
teléfono un familiar mío adeco
de la vieja guardia, alto ex jerarca,
que me dijo: “Eduardo, ¿sabes de
las declaraciones del nuevo ministro de
Economía Productiva, Miguel Pérez Abad,
al que ayude tanto, sobre que vamos a exportar 100 mil carros y 4
millones de motos en 5 años, Cuando las ensambladora del país, de
las seis que hay todas están
quebradas. Escucha Eduardo esto: De 70 mil carros que se ensamblaban a
inicios del año 2000 hoy apenas se ensamblan unos 6 mil y tantos? Yo le
respondí otra cosa, le dije: “No, a mí
no me preocupa eso, eso convirtió
en lo que dice la prensa de allá de Venezuela y de aquí de Miami, que lo
califico, de “chiste el socialista” del
ahora “revolucionario y socialista”
ministro Pérez Abad. Lo que me
asombra, es la declaración reciente de nuestro común amigo Pérez Abad
que tantos jugosos beneficios recibió de la “maluca IV”, cuando dijo
que: “Estoy comprometido con la Venezuela potencia y de justicia social
del socialismo productivo”. Diría un cubano: “Óyeme caballero el tipo se las trae, bueno que salió el
pollo”
Y el
Quijote a Sancho Panza: “Cosas
veredes Sancho que harán fablar las piedras” Alea jacta est.
Jose Eduardo Guzman
Perez
guarauno2000@gmail.com
@guzmanperez1
Estados Unidos
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