El Gobierno ha dicho que su intención es iniciar el
nuevo año escolar de manera presencial o semi-presencial. Resultan importantes
todos los esfuerzos e inversiones que se hagan para que esto pueda ser así, y
para que además lo sea de la mejor manera. No hay tiempo que perder. Me parece
realista estimar un inicio al menos semi-presencial, que se puede ir evaluando a
fin de alcanzar la presencialidad lo antes posible.
Porque un tiempo fuera de las aulas como este, desde
marzo de 2020 hasta octubre de 2021, ya es muy prolongado. La experiencia a
distancia ha resultado limitante y difícil, especialmente para el estudiantado
de las escuelas públicas. La oferta pedagógica del Mppe ha resultado escasa y
de mediana o baja calidad: sus programas de televisión, sus guías, los recursos
adicionales ofrecidos… Aun con poco dinero se hubiera podido hacer mucho más.
Por otra parte, no se logró asegurar el acceso a internet y a equipos digitales
apropiados para todo el alumnado o la mayoría de él, y ni siquiera para todos o
la mayor parte de las y los docentes.
En buena medida, los niños, niñas y
adolescentes, junto a sus familias y sus educadores y educadoras, han quedado a
su suerte durante estos complicados tiempos. Ojalá puedan volver pronto a sus
planteles. Y ojalá puedan encontrar allí un ambiente agradable, una dotación
siquiera básica y unos docentes que hayan recibido orientación y apoyo para
recibirlos en estas circunstancias no habituales.
Empezando por los locales escolares, con tristeza
recibimos de modo recurrente noticias sobre desvalijamientos de los mismos por
parte del hampa, que no respeta los espacios de la infancia y más bien
aprovecha la pandemia y la falta de servicio eléctrico para acentuar su dañina
acción.
Entre los casos más recientes está el del liceo bolivariano Cerritos
Blancos, el único plantel de su tipo en el barrio de Barquisimeto del mismo
nombre. La periodista Marla Prato reseña el hecho y explica que no es la
primera vez que los delincuentes incursionan allí, pero que en esta ocasión
terminaron con lo poco que quedaba: computadoras, grifos, puertas protectoras…
hasta pocetas, en una violencia descontrolada. Son 1.230 alumnos perjudicados.
Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
Aurora Lacueva
@AuroraLacueva
@Unoticias
Venezuela
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