miércoles, 9 de marzo de 2022

JOISE MORILLO:BURBUJA SURREALISTA

La tranquilidad ciudadana de países de Latinoamérica y de otras latitudes ha sido sacudida por la actividad del llamado socialismo. Actualmente, del siglo XXI. Según Nietzsche, respecto a la política en “Más allá del bien y del mal” (pueblos y patrias), se ha aguijoneado. Considerando esta premisa, se debe entender que: ¡las naciones, pueblos y patrias con regímenes propiamente democráticos no deben dejarse embaucar por medios líderes "demagogos” que, al tomar las riendas del Gobierno, solo quieren eternizarse en el poder! En este sentido, el filósofo advierte que estos gobernantes alteran la tranquilidad de sus pueblos sembrando una idea de nacionalismo y patriotismo y que: “no son grandes sino, locos, locos con poder”. Locos con deseos de poder del malo que explica en “Así hablaba Zaratustra”.

Las evidencias son claras, por ejemplo, Fidel Castro (Cuba) y Kim Jong il (Corea del Norte), aunque en su haber hubo una media impronta bélica llegaron al poder con una especie de “serendipia” luego fundaron sus respectivas dinastías que emulan en gran medida al feudalismo y, que han mantenido por décadas a sus pueblos esclavizados y sumidos en una burbuja surrealista. Sumergidos en una burbuja cuya realidad está –en pleno siglo XXI– totalmente alejada mediante la desinformación de la verdad del mundo externo y de la oportunidad de ser mejores o peores según su elección.

Igualmente fueron Stalin y sus sucesores en Rusia, y Mao Tse Dong en China, quienes en nombre de la utopía comunista –disculpa Tomás Moro – mantuvieron a sus países en la peor de las miserias durante más de 70 años. Con gobiernos de poderes legislativo y judicial secuestrados, mediante la represión y el trabajo obligado desarrollaron una carrera armamentista con falanges militarizadas y ejércitos, no para defender a la patria o nación, sino en contra de la disidencia y opositores al régimen, incluso de gentes de su partido. O sea, crean gobiernos fuertes en nombre de los pobres para obtener su apoyo, mantenerlos pobres mientras ellos mantienen el poder y se vuelven ricos. Son dictadores, totalitarios y tiranos (déspotas).

Son líderes déspotas, siniestros, de izquierda o derecha, pero seguidores de la saga marxista-leninista o socialismos (democráticos) populistas basados en manejar las masas anárquicas orteguianas que bautizan proletariado y que enamoran con el adjetivo de “soberano” –los tontos útiles- con un modelo que patentiza el hambre, el terror mediático con la propaganda alienante y subversiva, cuyo producto genera victimismo y hambre colectiva que afirman es causada por otros, para luego paliarle con miserias de provisiones; JAP, CLAP, Libretas de Racionamientos y otros especímenes de la misma índole. Persiguen toda disidencia por pequeña o insignificante que sea, aunado a controles de toda especie, de servicios públicos, del agua potable, la electricidad, el combustible, de cambios monetarios y del movimiento ciudadano.

Esta burbuja surrealista es construida mediante la elaboración y promoción de estrategias geopolíticas diseñadas y creadas en laboratorios especializados en atrapar y secuestrar las mentes, las neuronas de las gentes según Hilda Molina (Neuro cirujana, ex miembro del partido comunista y amiga del Fidel Castro de Cuba). Abordan pueblos de bajo poder adquisitivo y elevado analfabetismo, barrios de clases más necesitadas, barrios marginales en ciudades, escuelas, institutos de clase media y universidades donde siembran su bacilo subversivo victimizante estilo gramsciano. Actualmente, sus herramientas en Latinoamérica son: “El Foro de Sao paulo” y El grupo de Puebla” aunado al proselitismo con propaganda victimizante en aras de fortalecer el lavado de cerebro o adoctrinamiento de pueblos con la anuencia y omisión de gobiernos desprevenidos e ignorantes totalmente del espíritu de la política. Por ende, incapaces de evitar el peligro latente en sus entrañas.

Cuando adquieren el poder, el discurso del gobernante socialista está ligado a patrones grotescos como: ridiculizar y criminalizar a la oposición; denuncian un enemigo poderoso platónico, que si no existe lo inventan, dizque aliado a los opositores o los disidentes. Con propaganda anti oposición desmoralizan y acusan a quienes se le oponen de traidores a la patria que ellos mismo han destruido. Además, entrenan líderes mercenarios –brisitas bolivarianas- que envían a otras naciones para saquear y destruir instalaciones públicas y privadas como protestas para boicotear y conspirar en contra de estos gobiernos democráticos pero desprevenidos, anexando su discurso victimizante.

Esta paz y tranquilidad esporádica, intermitente y parcializada de la Europa oriental se ha perturbado con la guerra protagonizada por la actividad psicópata y hegemónica del espíritu imperialista –irónicamente el socialismo desprecia- de Vladimir Putin contra Ucrania.

En una entrevista que hizo Steve Rosemberg (corresponsal de la BBC en Rusia) a un ciudadano ruso de apellido Shetova, este último dijo lo siguiente:

"Estas personas en el Kremlin -Putin, sus secuaces y acólitos- saben que esta idea de restaurar el imperio soviético es imposible. Pero tienen otra idea: ser los tipos duros, ser los productores de desconfianza, ser los grandes aguafiestas del mundo, ser la pesadilla para los países vecinos y para otros que se le oponen. Esta es la nueva idea para ellos de superpoder e imperio"

Su espíritu monarca no murió con los Romanov, quedó latente en las mentes déspotas del mundo cosaco bolchevique representado actualmente por el antiguo agente de la policía secreta de Alemania Oriental, la Stasi, Vladimir Putin.

Joise MORILLO
Kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela-USA

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