miércoles, 20 de abril de 2022

JOISE MORILLO: LA IGNORANCIA Y LA TIRANÍA. DESDE USA

La herencia que tenemos de las culturas greco romanas ha hecho una pluralidad de idiosincrasias enorme, principalmente en la Europa Occidental y las Américas. Para nuestros ancestros griegos quienes no sabían qué es política? Eran estúpidos, ignorantes y en el peor de los casos orates. En este marco de apreciación último, podemos clasificar -aunque se afirmaba que era un genio- a Diógenes de Sinope (el cínico) quizá estoy siendo un poco drástico pero, su comportamiento social dejaba mucho que desear, para mí era un sociópata.

Un pueblo al escoger sus líderes debe conocer el alcance político del candidato que va a elegir en la próxima elección de gobierno. El perfil del candidato debe presentar: además de imagen características probables de idoneidad, un programa político factible y evidentemente, un récord de trabajo social impoluto y objetivo.

Estos puntos claves deben reforzarse con la capacidad del pueblo de cumplir con su responsabilidad social. El ciudadano debe cumplir con sus obligaciones públicas para poder mantener un gobierno eficiente y fuerte en las manos de un candidato escogido por su voluntad y tino. Debe cumplir con normas de higiene y ornato, leyes de tránsito y principalmente pagar sus impuestos, esto compete al ciudadano común, al comerciante y empresario, al profesional y artesano, etc.

El ciudadano debe entender, aprehenden y saber perfectamente que quien maneja el gobierno en colaboración con otros funcionarios de diferentes carteras, ministeriales, y de poderes auxiliares es un empleado más del pueblo o soberano. Este debe tener recursos para poder dar u otorgar el ejecútese al bien o la necesidad que atañe a la ciudadanía, al país. Por ende, cada individuo debe aportar su parte al erario nacional para ayudar a cristalizar cualquier solución y salvar contingencias.

En este sentido el gobernador también debe estar claro, entender, aprehenden y saber que todo recurso que aporte sustancialmente "divisas" -aparte del aporte ciudadano- dinero, al erario nacional es de carácter público y no especie crematística para manejo indiscriminado o sea de sesgo tergiversado o malversado. Omitir o incumplir está imposición constitucional amerita sanciones que van desde abandono involuntario del cargo hasta privación de la libertad (encarcelamiento).

El pueblo que no haga valer esta disposición legal y/o constitucional por ignorancia o apatía, está de alguna forma siendo cómplice de que un individuo no idóneo para ejercer un cargo público, gubernamental, ministerial, etc. Abuse del poder que le ha consagrado el pueblo y se convierta en dictador o tirano.

"Dónde ha opresión siempre hay complicidad de parte de los oprimidos" "Simone Beauvoir"

Volviendo atrás, Diógenes de Sinope creía o se hacía creer que porque su padre era un funcionario público podía comportarse a su antojo (valga el término) o más bien, su existencialismo hacia que adoptara actividades poco consonas con el civismo al punto del anarquismo, decía que: no habían verdaderos hombres porque se sometían a leyes y normas sociales y civilizadas por lo que automáticamente convertían en esclavos de ellas, por ello perdían su libertad.

El individuo que tenga está clase de ideas y que por alguna razón llegué a ser gobernante es: el propio ejemplo del ególatra. El dinero y el poder no transforman al individuo, sino que al obtenerlos, aflora lo que tiene en su subconsciente. Para no presentar esta situacion negativa, el individuo debe haber adquirido en el transcurso de su desenvolvimiento espiritual (conducta), una fuerte madurez de carácter y mucha experiencia en política -por supuesto- aunado a la honestidad y la decencia del ambiente en que se ha levantado desde su infancia. Esta condición involucra un pueblo bien educado.

Este ególatra del que hablamos anteriormente, nace de familias disfuncionales socialmente, dónde la educación tanto íntima como ciudadana ha sido omitida y, ¡no se hable de política! Que, de ella, el término que se suele conocer o concebir es: trabajar para adquirir poder. Por ende, enriquecerse. Estos, son mayormente vanidosos y narcisistas, son los orates que no saben o no desean saber porque creen no necesitar el verdadero objeto de la política. Entonces, cómo lo ignoran, son: potencialmente, el espécimen del tirano.

Otros, los ignorantes de lo bello del bien y del amor platónico, son los malos de la política, aunado a los defectos explicados anteriormente, se acorazan adquiriendo conocimientos de políticas instrumentalistas como las tácticas maquiavélicas o de resentidos como Ulianov o Gramsci y elaboran programas de sometimiento contra sus propios pueblos para atornillarse tal que megalomanos que son, en el poder.

Tales sistemas los representan los déspotas de toda clase: Totalitaristas, Populistas, Autócratas, Fascistas, etc. Los protagonistas ya todos los conocen, ¡pongan sus ejemplos!


Joise Morillo
@kao_joi_lin
Venezuela-USA

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