jueves, 9 de junio de 2022

JOISE MORILLO: LO ABSURDO, UNA RAZON BIZARRA. DESDE VENEZUELA-USA

“No todo lo que brilla es oro (...) el color de las cosas depende del cristal con que se mire”

Yo añado: -disculpen el galenismo- principalmente si el cristalino, ocular y la retina de quien observa es de un daltónico.

Algo que, al ser del conocimiento común, bien sea: directo o indirecto y que, al someterse a un estudio o análisis lógico, consensual o crítico, presente una vasta incoherencia con la probabilidad de demostrarse; empíricamente, científicamente o simplemente con un argumento válido y verás, es algo absurdo. O sea, se deslinda de la razón y en contra de lo que se plantea en función del sentido común.

No obstante, la voluntad del espécimen que presenta eso que se determina absurdo, tiene o debe tener, en términos psicológicos una razón, errada o no y, derivada, de una o diferentes condiciones. Bien sean, propias del desquicio o de impronta patológica.

Franz Kafka es el maestro de la crítica de este estado mental observado en la conducta humana, Gregorio Samsa en Metamorfosis (Die Verwandlung) es el ejemplo patético psicopatológico de lo absurdo, no solo por una ausencia de autoestima severa, sino por la combinación de esta con un estado de superconsciencia solapada con una moral narcisista al estilo -valga la comparación- Crimen y Castigo de Fiodor Dostoievski. Sin embargo, el ejemplo se queda corto al escudriñar más adelante la obra y llegar al apéndice de "El Faquir". Es un personaje lúgubre, fanático de la escena que representa el tema de lo absurdo en su máxima expresión, hasta el punto de convertirse en suicida (por inanición) solo por complacer un narcisismo escénico perverso. Mientras, su absurdez se presenta cuando enriquece a un usurero dueño del circo a costa de su deterioro físico y espiritual, un capricho de la vanidad y el deseo de fama.

Esa vanidad también la poseen, en política, aquellos que creyendo que son indispensables y o superdotados por la providencia, arrastran a sus pueblos a la miseria. Tanto social como económicamente convirtiendo su desempeño en una gama de actividades políticas contra sus pueblos que comulgan, indiscutiblemente, con lo absurdo.

Fidel Castro y Hugo Chávez llevaron a sus pueblos por causa de narcisismo dañino y vanidad desbordada del pródigo, respectivamente, al caos. Lo absurdo del caso es que por sendos caprichos de fama y gloria desencadenaron una suerte de teatro siniestro en un escenario de opulencia y confort que ostentaban Cuba y Venezuela antes de que sendos prodigios gubernamentales (políticos) tomaran las riendas de la cosa pública en tales naciones, 1958-1999 respectivamente.

La idea perversa de este absurdo se contempla en el manejo de la ignorancia principalmente de política. Simone de Beauvoir afirmaba que: "para que el opresor triunfe y se mantenga debe haber complicidad con el oprimido". El cubano, despejando la incógnita de cómo mantener el poder se inspira en la ecuación del colonialismo Maquiavélico y la idea de mantener al pueblo contento, aunque le repudie o le produzca nauseas, como le producían los haitianos que mantenían como obreros en las haciendas de su padre, Ángel Castro, no por su color sino por el olor desagradable que desprendían al transpirar (sudar) según sus propias palabras en “La autobiografía de Fidel Castro” (Norberto Fuentes, 2004) Aunado a ello, la propaganda y la estrategia mediante el engaño son las armas mortales de estos megalómanos.

Una de las estrategias del sistema comunista, denominado del S. XXI, con sus doctrinas gramscianas y maquiavélicas, es abordar y presentar una conciencia pacifista que no tienen, al contrario, desencadenan una suerte de conspiración, sabotajes, secuestros y extorsiones de ámbito nacional e internacional que luego imputan a sus opositores. Entre las armas que utilizan como herramienta de guerra política es la propaganda y el desprestigio a los países que mantienen un sistema de economía capitalista, ej.: ¡Hacen hincapié en despreciar las leyes que permiten el porte de armas a la ciudadanía! Pero, no hacen alusión a un análisis estadístico basado en la violencia y el abuso de poder de países con regímenes dictatoriales comunistas solapados en democracia como Venezuela. Critican que en los últimos años en EEUU un país con cerca de 350 millones de habitantes, principalmente 2022, ha habido 18.000 muertes por uso de armas de fuego entre estas 10.000 suicidios derivadas de patologías mentales y masacres por manos de menores. Sin embargo, no hacen alusión que, entre diciembre del 2018 y diciembre del 2019 en Venezuela, un país con poco más de 30 millones de habitantes, se registraron 25.000 muertes violentas principalmente por delincuencia, aun cuando no existe libre porte de armas. O sea, la diferencia porcentual se remonta a 1.620% de violencia mayor en Venezuela que en EEUU. Este análisis estadístico no tiene intención de justificar la violencia en ninguna parte, sino de demostrar el eufemismo "absurdo" que utiliza la propaganda perversa del comunismo.

Es absurdo que líderes pacifistas como: George Washington, Tomas Jefferson, Madisson, Abraham Lincoln, Gandhi, Martin Luther King, anuentes con el uso de las armas para la defensa propia del individuo, se coloque frente a líderes criminales como: Stalin, Mao Tse Dong, Kim Jong il, todos comunistas, que se oponen al uso de armas por la ciudadanía. Estos últimos, son líderes que han adoptado la estrategia de desarmar a sus pueblos para someterlos con más facilidad a la hora de protestar por sus derechos humanos y civiles.

Sorprendentemente un demócrata como Barak Obama también se opone al uso de armas por la ciudadanía civil, eso sin lugar a dudas, debe tener un síndrome entre bastidores psicológicos ¿será amor a la escena?

Estos análisis demuestran que, si hay una razón, aunque perversa en la mente de quienes se someten al repudio de la gente común por sus actos. Es, definitivamente, una razón bizarra, contraria a todo lo que se “supone” debe ser. O sea, una moral perversa con mérito a calificarla de Ética corrompida en el Psicópata, tal que Eróstrato (odio a la humanidad con violencia) de J. Paul Sartre en “El Muro”, incluso, es el odio que concibe el individuo consigo mismo. Es el colmo de lo absurdo.

Joise MORILLO
@kao_joi_lin
Venezuela-USA

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