Recién ha se reunió la AVERU con una comisión o sub de la AN que
se encarga de los asuntos universitarios, presidida, me dicen, por Enrique
Márquez. En el texto anterior casi con este mismo título, y en decenas de mis estudios sobre la
universidad, hemos demostrado que la universidad venezolana, la autónoma
específicamente, es creadora, gestora, beneficiaria de la su propia crisis, que en plano moral, ético no tiene
equivalente en Venezuela, ni siquiera en
relación ponderada con este régimen donde la ilegalidad e ilegitimidad no tienen
frenos y que muy poco falta para exterminar a Venezuela. Esta afirmación será “radicalmente negada”
por quienes son los dueños del poder en la universidad (los gremios, el gremio
de decanos, autoridades…personalidades del stablisment “académico”…) y al estilo perverso del régimen me acusarán de ser traidor a la
universidad, que doy pábulo al gobierno infame para la intervención, que soy
chavista, tal como acusa el régimen a quien disienta, de apátrida, pitiyanqui
neoliberal y propiciador de la invasión de Obama.
Pues bien,
nada de so soy como tampoco lo es la MUD, la iglesia institucional católica,
intelectuales, humoristas, artistas, y todos quienes adversan a este régimen por todas las
razones, causas. Gobierno maldito, diría
Moisés, según la sentencia de Iahvé a Caín y descendencia, solo defendido,
justificado, por quienes disfrutan, lo detentan, se benefician, engordan sus
cuentas en Andorra, Suiza, también en bancas
de Estados Unidos, Canadá y etc.
donde tengan seguros los cobres para la huida apenas concluya este diluvio de
corrupción, degradación moral,
inseguridad, hambre, miseria, destrucción, odio, terrorismo, … En la universidad también se orean los
bramidos de los decanos vitalicios, de los “académicos” que han hecho de la
funciones de decanos, vices, rectores, la gran carrera política de su
existencia… en fin.. Pero, prevenidos
vamos a las pruebas.
La mas
perversa de las falacias que alienta al
poder en la universidad, “justifica” sus desmanes, fechorías, es el sofisma de
que la universidad es el reflejo de la sociedad. Si es así, y no un sofisma,
deben destruirla, tal como es necesario destruir al régimen, y sustituirlo por
un modelo teórico y una praxis social que fundamente su acción en la ciencia,
en la razón crítica, orientado por la ética. En este macabro juego de determinismo amoral,
inético, hace que “en la universidad un voto vale más que un teorema y un poema
carece de valor”. Esta verdad empírica,
se ha impuesto desde antes de Chávez con
la democracia participativa, protagónica, y con tales desmanes ha
convertido a la universidad en una sociedad de gremios, ajena a los fines
científico y éticos que su particularidad, su historia y la ley de
universidades que le impone descubrir la verdad, orientar al país, ser ejemplo
del deber cumplido, espacio de la
Auctoritas sobre la violencia inescrupulosa del poder.
Esta infame
pero justificadora falacia legaliza la perversión interna de la
universidad, que ha permitido que haya
una inútil creciente y frondosa multitud
inútil de obreros, empleados, con beneficios bien jugosos ante una escuálida
minoría de profesores minusvalidos. Ha establecido que las relaciones con el
régimen de turno sean relaciones entre gremios y el gobierno y ha convertido la
función del consejo universitario y a su rector en los siervos de esas
decisiones y sirvientes de la burocracia.
Naturalmente que esta enfermedad se traga el presupuesto universitario,
porque no es un presupuesto para el desarrollo de la academia, de la ciencia,
del arte, la cultura, infraestructura sino un presupuesto meramente visceral,
estomacal de una masa in crescendo e insaciable. Sin duda que las condiciones
para que se privilegie la creación de conocimiento, el fin supremo de la
universidad, sus actores, sus miembros esenciales, profesores y estudiantes, deben poseer condiciones satisfactorias,
bibliotecas, dotaciones técnicas y financieras para la investigación, sus
salarios directamente proporcionales a su producción según sus capacidades y
los beneficios a estudiantes según sus capacidades y en atención a sus
necesidades, pero es absolutamente imposible que ello ocurra cuando los
“ASALARIADOS•” de la universidad tengan
fines, propósitos diferentes, ajenos a
la comunidad universitaria y en abierta contradicción con los fines de la
universidad.
De esta gigantesca burocracia y
proletariocracia en la universidad los únicos responsables son los rectores,
convertidos en títere de los factores de poder que los sustentan y a quienes
tienen que satisfacer sus apetitos y apetencias según los repartos a que hubo
lugar en los negociados que permitieron su ascenso a eso. Luego, se transforman
en voceros de ese que Lazerfeld llama la
conspiración, propia del poder enfermo, el nazismo, el fidelismo, el chavismo.
El imperialismo, Lorenzo Mendoza, los ricos, los críticos son los únicos
responsables de su irresponsabilidad, de su ineptitud, de sus fracasos. El
gobierno es el responsable de la crisis
de la universidad, el gobierno es Satán,
la universidad la Madre Teresa de Calcuta. Honesta, proba, transparente, -digna.
Ah! Había una vez en Cuicas una dama de 1.83 de alto, medidas ponderadas, casi
de 90/60/90, poseedora de riqueza, de familia noble, culta y hasta tacaba
piano, de pronto quedó embarazada de un enano, que servía la familia,
se decía muy bien dotado para cumplir con los mandatos de Dionisio y de
Eros. Ella desconsolada lloraba, el cura y el obispo fueron a consolarla, que
me sedujo, que me engañó repetía mil veces cada día. Se sabia de memoria la
sentencia de Goebells. Todos celebramos
con sonrisas la vedad de esa dama. Debajo de un considero, el enano lloraba y
lloraba, decía que ella, ella lo engatusó.
No se como
llegó la analogía, pero la universidad tiene que ser bonita como ella pero
sincera como el enano pero sin miedo. Y la universidad en este momento es
ineficiente, ineficaz, muda ante el régimen y por ello su cómplice sin ética y
sin ciencia. Hay en ella profesores ilustres, estudiantes muy buenos… lo se…
son quienes la salvan y dan su vida por ella y son su rostro bello, pero viven
bajo el peso inquisidor de la burocracia, del gremialismo, son limosneros para
conseguir financiamiento, insumos mínimos para su investigación. Ellos son la
universidad, no son el reflejo del país ni de la ella La universidad real es el cabaret de la Realpolitik.
Americo Dario Gollo
Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
Zulia - Venezuela
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