El
saboteo emprendido por el régimen de Nicolás y sus secuaces, contra las
decisiones emanadas de la Asamblea Nacional (A.N) a través del Tribunal Supremo
de Justicia (T.S.J.), se suman públicamente los jerarcas encargados de
administrar el Consejo Nacional Electoral (C.N.E) en Venezuela.
La
solicitud de un sector de la oposición al C.N.E. para que entregaran las
planillas para la recolección de las firmas de Ley para la convocatoria a
referéndum revocatorio al mandato de Nicolás, tuvo como respuesta la dilación.
Se tomaran tres días hábiles para revisar tal solicitud, que al final se
traducen en dos semanas y algo más.
Casi
al unísono de la respuesta del C.N.E, se presenta cadena nacional presidencial
para anunciar la buena nueva (además del
ya establecido día viernes), de no laborar el lunes 18 de abril, para ayudar a
solventar la crisis energética generada por el insoportable fenómeno del niño.
Se busca tapar la ineficiencia y a su vez alargar el tiempo (3 días hábiles
dijo el C.N.E).
El
tema eléctrico ha traído consigo que el régimen decida cambiar nuevamente el
uso horario venezolano a partir del primero de mayo. Ahora el ahorro de energía
será mayor, porque amanecerá y se trabajará con la luz que nos brinda el rey
sol. Nada de encender equipos, está prohibido. A eso le llaman innovación en la
gerencia socialismo siglo XXI.
El
aumento de la escasez, inseguridad y corrupción, es combatido por el régimen
castro comunista y su títere Nicolás, con armas letales contra los
auspiciadores de la guerra económica, y persuadidos de la inequívoca acción,
deciden profundizar su amor por el crecimiento de la pobreza y la dependencia
de los ciudadanos, a través del control social, por la vía de entrega de bolsas
con alimentos a cambio de firmas para rechazar la Ley de Amnistía. Todos unos
profetas del desastre e ineptitud.
Los
revolucionarios siglo XXI, para dar testimonio al mundo de lo que se anuncia
sobre Venezuela es mentira, rechazan cualquier ayuda humanitaria a favor de los
ciudadanos, e incluso niegan la protección a los niños que padecen cáncer; pero
la realidad los delata y en los hospitales públicos, los niños recién
nacidos son expuestos a contraer el
V.I.H, por falta de insumos.
El
régimen de Nicolás corre tan mala suerte que ex ministros del difunto
presidente, (promotor del caos que se vive en Venezuela), denuncian el robo de
más de sesenta mil millones de dólares del erario público por empresas de
maletín, y que aún en el oficialismo no dan nombres de esas empresas, ni de
persona alguna responsables del defalco a la nación. La impunidad es su mejor
etiqueta.
Para
proteger el saqueo a la nación, el socialismo siglo XXI utiliza a otro de sus
títeres afincado en la Contraloría General de la República (C.G.R), para que
anuncie al país que hay varios Ministros investigados por corrupción (sin decir
quiénes y el por qué). Es el mismo funcionario que hace una semana declaró a
los medios que la A.N no tenía potestad de investigar a las Gobernaciones,
Alcaldías u otra Institución en Venezuela. El descaro no tiene precio.
El
Socialismo Siglo XXI se burla de los trabajadores, niega las firmas de los
contratos colectivos o firma los de su conveniencia; calcula las prestaciones
sociales como les viene en gana; paga los salarios que a ellos les parece.
Buscan siempre a sus fantoches para que les aplaudan. Se sienten protegidos,
seguros de violentar la Ley sin que les pase nada. Son guapos y
revolucionarios.
Se
les olvida que todo tiene un principio y un fin. La Justicia tarda, pero llega,
y más aún a un régimen de parásitos.
Josue
Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
Tachira
- Venezuela
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