LA POLÍTICA ES ASÍ
Amigos lectores, me permito iniciar este escrito con una advertencia.
Voy a intentar tratar algunos aspectos
teóricos sobre el tema de la comunicación política. El propósito es
intentar responder algunas interrogantes que gravitan sobre el accionar político
de los factores democráticos. En particular, espero poder dar respuestas a las
siguientes interrogantes: ¿Por qué se votó, en el pasado, masivamente por la
opción electoral chavista? ¿Qué factores inciden, en la actualidad, para
explicar cierto desenfado y desgano existente en la población votante
opositora? ¿Interpelan apropiadamente, por ejemplo, las fuerzas democráticas a
la población pobre del país?
Estoy consciente de la complejidad del tema que intento abordar. Debo
señalar que esta preocupación es compartida por un grupo de investigadores de
la Universidad de Carabobo. De hecho, recientemente se celebró en esta
institución un conversatorio donde se abordaron los temas que sugieren las
interrogantes que se acaban de formular.
Bien, empecemos con una constatación. Las fuerzas democráticas, en el
pasado, estuvieron en desventaja frente al chavismo. Esta afirmación obedece a
la débil penetración de la estrategia comunicacional del bloque opositor en los
sectores populares. La pregunta surge a boca de jarro. ¿A qué se debió,
entonces, esta debilidad comunicacional? Una respuesta a esta interrogante
pudiera estar ubicado en el carácter desapasionado de la narrativa opositora.
¿Qué significa esta última afirmación? Lo que intentamos resaltar es lo
siguiente. En el plano electoral las fuerzas democráticas se comportaron
racionalmente. Vale decir, esperaban que el deterioro económico alimentara la
propensión al voto opositor. En otras palabras, no era “racional” que los
“oprimidos” votaran por sus “opresores”. Expresado en otros términos, la
población empobrecida debería pasar factura a los responsables de su situación.
Sin embargo no ocurrió así. Los “pobres” votaban mayoritariamente por los
responsables de su pobreza.
En el plano teórico, los estrategas opositores partían de un principio
de acuerdo al cual los electores
autónomamente atienden a razones. Pero esta creencia filosófica, de
raigambre kantiana y continuidad rawlsiana, tenía un inconveniente: guardaba
poca correspondencia con la realidad. En otras palabras, era necesario
emocionar para convencer.
En la actualidad los partidos políticos opositores enfrentan una
situación similar a la que vivieron en su pasado reciente. Se supone que el
creciente deterioro del nivel de vida es suficiente para crear una identidad
opositora. No sería “racional” que la población endosara sus simpatías a los
responsables de su miseria. Desde luego, que esta afirmación es verosímil. Sin
embargo, para hacerla realidad se requiere de la construcción de una narrativa
que llegue a los corazones y mentes de los destinatarios de esta invocación
política. Y, aquí, es donde reside una cierta debilidad en el polo democrático.
Tengo la impresión que los partidos políticos opositores se comportan
como “si el mandado ya está hecho”. Es decir, el deterioro de las condiciones
de vida de la población será suficiente para generar una nueva identidad
política que será capitalizada por la MUD. Esta creencia tiene un doble
inconveniente. Por un lado, sabotea, por así decirlo, la construcción de una
propuesta nueva que emocione a los ciudadanos. Y, por el otro, estimula la
competencia interna de los partidos dentro de la MUD y, en consecuencia, se
socaba la pertinencia política y electoral de esta agrupación política.
Diversos observadores políticos han advertido sobre cierto inmovilismo
que en la actualidad padece esta agrupación política. Señalan que esta “resaca”
se encuentra asociada con la perdida de optimismo y desencanto presente en la
población. Sentimientos producto de la frustración derivada de la no
celebración del referéndum revocatorio.
Es vital revisar la estrategia opositora. Para finalizar una breve
recomendación. No hay que temer en explotar las emociones políticas de los
ciudadanos. Hay que intentar ofrecer a los ciudadanos de este país una “forma
pasional de hacer política”.
La MUD debe “atreverse a sentir”.
La política es así.
Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela
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