Fue hace algunos seis años cuando escribí un artículo
para La Verdad, donde advertía que el gobierno de calle que pretendía el
chavismo de élite, como carne de cañón, iba a ser una trampa mortal para la
ciudadanía y la seguridad del ciudadano común, en el texto explicaba que:
Los camisas negras de Mussolini, los camisas pardas de
Hitler y la Gestapo eran el instrumento de choque contra las manifestaciones
pacíficas y conspiraciones que se desarrollaban en contra del fascismo de ambos
regímenes totalitarios.
Desde el 2005 hasta finales de su gobierno HRCHF,
decidió crear un determinado número de células de acción, ataque y contraataque
(choque) llamados colectivos, que emulan las actividades de los camisas pardas
y negras de los fascistas nacionalistas de los años 40 europeo, con una
variante castro comunista, para esto Chávez repartió armamento en los cerros
con el pretexto de dizque defendernos de una supuesta invasión norteamericana.
Caso que nunca se produjo. Para entonces ya el famoso El Coqui de la cota 905
actuaba en su barrio controlando a donde se destinarán estas armas. O sea, fue
una parodia Platónica, para haberse de gente que protegiera su régimen. La
estrategia del enemigo del país, creado, inventado o rebuscado.
Tales comandos se constituyen de la escoria de la
sociedad, algo que no tiene que ver con insurrección, ni revolución y menos patriotismo o algo por el
estilo. La pretensión sólo obedece a tener una herramienta violenta que haga el
trabajo sucio, que los cuerpos normales de represión no debía hacer. Los
sucesos de la Cota 905, y de los ataques de los llanos de frontera son el
resultado de estas estrategias que solapan una terrible tiranía.
Esas actividades se manejan por las esferas represoras
de esta clase de gobiernos para callar, atacar y destruir las manifestaciones
pacíficas por parte de la oposición. Su modus operandi es la violencia pura,
siempre apoyada con un discurso demagógico donde impera la mentira, un discurso
constante donde la doctrina es crear un enemigo ficticio para mantener una
posición de mesías o salvador. En este menester, las actividades propias del
Gobierno se retraen a delegarlas a sátrapas - como Bernal en el Táchira- que tienen que cumplir tareas para tratar de
realizar planes que desde su nacimiento son un fracaso por el espíritu de
improvisación que los mismos reflejan y profieren.
Si bien es cierto que ese sector que cumplió una
condena por sus delitos y que se supone está regenerada necesita apoyo del
sector social honesto, honrado y trabajador, también es cierto que ese apoyo
debe ser dirigido por los canales apropiados y con una supervisión definida
como pacífica y constructiva y no con un espíritu servil a una tolda o a un
movimiento específico, y menos fascista, que le da apoyo a sectores con el fin
único de manipularlos para sus objetivos totalitarios y violentos en contra de
un sector pacífico, al cual se les han violados los derechos.
El pueblo debe despertar y reaccionar en contra de esa
clase de actividades. Con ello no se debe interpretar que gallina come huevos,
ni que le trocen el pico, sino mantenerse alerta a la actividad de esa clase de
gente que necesita supervisión, en función de denunciar toda la mala acción que
se les descubra u observe. Entonces, alerta con ese nuevo gobierno de calle
perverso que este gobierno quiere desarrollar ¡por allí es donde viene ese
asunto, mosca! Esto lo advertí y ya tenemos los resultados.
El Coqui y su gente es el resultado de ese
despropósito violento que diseñaron tanto los esbirros del gobierno como los asesores cubanos inspirados en los
sofisticados G2, no para defender patrias, sino para someter al pueblo que
protesta. Últimamente, lo más macabro ha sido la creación de cuerpos de
milicianos integrados por gente de bajos recursos (desposeídos) como los
llamaría Pablo Freire a quienes por su inmensa ignorancia le han sembrado un
patriotismo sin fundamento, inorgánico, abusando o mediante el abuso de la
propaganda y la idea de aliviar su carencia de recursos y del abandono que han
padecido durante los últimos 15 años, ancianos, analfabetos y/o personas de muy
poca capacidad intelectual, a quienes le han enamorado con la idea de hacer
algo por una patria que no han disfrutado ni disfrutarán. El caso es que como
advertí, los han convertido en carne de cañón para los mismos rebeldes que
apoyan al gobierno de Maduro, que supuestamente ahora son disidentes.
Lo triste es que han muerto decenas de estos
milicianos en manos de delincuentes de fronteras que son de la misma índole de
quienes manejan el gobierno, es un teatro infernal en donde las víctimas han
sido la creación de un proyecto diabólico. La estrategia es pagarse y darse el
vuelto.
En Angola lo hacían las patrullas cubanas de
reconocimiento, llegaban a los pueblos como visitantes gubernamentales, se iban
y luego enviaban a otros batallones disfrazados de insurrectos que sometieron a
los pueblos, encarcelaban gente, los que tenían cargos y los ricos,
posteriormente enviaban a los supuestos salvadores del pueblo haciendo disparos
a diestra y a siniestras hacen la parodia de someter a los anteriores
insurrectos y los encarcelaban, .liberaron a los ciudadanos del pueblo, y luego
encadenaban a los supuestos insurrectos para entregarlos a las altas autoridades,
cosa que no se hacía, pues, eran de su mismo comando, en vez los regresaban a
sus cuarteles de selva. El resultado era que los cubanos se apoderaban del
pueblo cuyos habitantes agradecidos por
-supuestamente- haber sido salvados, les
otorgaba el privilegio de mando total. Por lo que ellos mismos se convierten en
sus súbditos.
Así trabajan estos desalmados diabólicos.
Joise Morillo
kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela EEUU
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