viernes, 15 de abril de 2022

ENRIQUE PRIETO SILVA:¡VEINTE AÑOS DESPUES! . DESDE VENEZUELA

El 11 de abril del 2002 surgió una esperanza convertida en la marcha más grande conocida en la historia venezolana; dos décadas después de este acontecimiento sigue una herida abierta para los venezolanos, porque nunca pudo valorarse el hecho como un acto colectivo, que absorbió en un pensar común el clímax de lo que prometió ser un inédito hecho histórico que logró la renuncia de Chávez, cuando apenas tenía cuatro años del infausto acontecer del régimen, hecho político que marcó para la historia un no deber ser, un galimatías que además de atolondrado se enraizó en un militarismo rancio, terco y vasallo de la bufonada que llamaron “socialismo del Siglo XXI”. No obstante, estos sucesos de abril de 2002 determinaron la marcha del sistema político en Venezuela, que lamentablemente no tuvo ruta ni llegada presunta, lo que marcó tal vez lo infausto del acontecer histórico.

Hace 20 años, un golpe de Estado derrocó al entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez. El 11 de abril de 2002, el país vivió una jornada de intensas protestas, tan versátiles como diversas y confusas; y aunque los hechos aún no están esclarecidos y las cifras de muertos y heridos difieren, se contabilizan que en esa fecha hubo 19 muertos, todos por heridas de bala. Los manifestantes concentrados para marchar a PDVSA, por orientación de los líderes del momento desviaron la ruta de la marcha a Miraflores, y esa marcha, a pocas cuadras del Palacio de Gobierno fue atacada por pistoleros y francotiradores que dispararon a mansalva, contra los manifestantes, generando la gran tragedia del 11 de Abril.

Son muchas las conjeturas con las que se intenta cerrar la narrativa histórica, pero tal vez nunca se logre conocer la realidad de lo ocurrido, sin embargo hay mucho que contar, ya que desde muchos días antes, era marcada la efervescencia política generada por la insidiosa y falaz acción asumida por un pueblo intranquilo y confundido por la ignorancia gubernamental. A decir de la historiadora venezolana Margarita López Maya, presidenta del Latin American Studies Association, en una entrevista en la BBC, el 11 de abril «sirvió para una polarización política que se está extinguiendo en la población de Venezuela, pero no en las élites de poder… sigue esta polarización porque los actores siguen siendo más o menos los mismos…”. Sin dudas, son los que en campañas llamadas antirrevolucionarias o contra el régimen, desvirtuaron la lucha de la protesta y la transformaron en la solicitud de aplicar la fuerza para cambiar el régimen y luego en el desconocimiento a todo trance de los procesos electorales como fórmula para el cambio; un errado enamoramiento de la abstención por temor al fraude.

Muchos cambios han ocurrido después del 11 de Abril, pero es de lamentar los aciagos días desde abril a agosto de 2002, cuando el país pudo percatarse de la deficiencia del Ministerio Público, del TSJ, de la justicia como un todo y de la burda gama que cubre la “magistratura” de quienes desde que Chávez asumió el poder le acompañaron encompinchados en la Asamblea Nacional, en los tribunales, en el Ministerio Público, en la Defensoría del Pueblo, en la Contraloría General; y en todo el tejido gubernamental y político del Estado. Esa clara tendencia a gobernar, legislar y enjuiciar siempre en contra de la disidencia política, siguiendo como dogma la voluntad de ese personaje que demostró ingenio para el mal, guiado por una aparente frustración personal y familiar; al extremo de descalificar a los demás por no tener bondades para guiar ni siquiera a una familia.

El 11 de abril fue el detonante que dividió a la población venezolana en dos corrientes políticas; marcó el inicio de la militarización de las instituciones y los poderes públicos, sometidos todos a las órdenes del Ejecutivo. Se piensa, a decir de ingeniosos investigadores, que, aunque antes del 11 de abril, en la Fuerza Armada Nacional ya venía manejándose una serie de cambios, fueron los sucesos de ese día, sumados a la influencia externa, los que llevaron a los militares a convertirse en el brazo armado del gobierno chavista; desde entonces. A consecuencia de estos cambios, oficiales de alta jerarquía son incorporados en los más altos cargos del gobierno y poderes del país, así como de las principales industrias del Estado, empresas que hoy día están en precarias condiciones. Bien se ha dicho, «No son personas preparadas para dirigir estas empresas…».

Veinte años después, se dice con sobrada razón, que a pesar de mantenerse vivo el radicalismo, los partidos opositores han vuelto al cauce electoral, y los sectores radicales no tienen absolutamente nada que ofrecer, en tanto que no tienen poder territorial, ni de movilización, ni pueden por si solos revertir las sanciones, que es la principal demanda del gobierno; pensándose también, que a pesar de que la mesa de negociaciones de México puede resultar innecesaria para el régimen, se ve como una oportunidad para la Oposición en el encuentro necesario, viéndolo desde el punto de vista de que las medidas no solo perjudican al régimen, sino que atosigan de necesidades a los venezolanos residentes en el país.

Pero algo hay de positivo en el regreso opositor al cause electoral, que es la vuelta a la sensatez. Entender, que la fuerza, que ha sido la maniobra surgida desde el 11 de Abril no es el medio para la recuperación democrática. Para nosotros, quienes venimos desde hace tiempo criticando la actitud de los pesimistas abstencionistas, de los radicales chavistas originarios y encapsulados que se transforman en cándidos ni ni, y de los partidos radicales opositores, que en terca desarmonía han puesto en peligro la lucha que desde hace tiempo se emprendió en unidad, nos agrada manifestar nuestro goce, cuando percibimos, que no ha sido en vano la dedicación que hemos tenido en la búsqueda del meollo que conduzca a la victoria, y que nos permita visualizar ese sueño venezolano, que tanto hemos añorado y por el que tanto hemos luchado. Deseamos que este deseo se convierta en un llamado a los venezolanos opositores en el exterior, para que entiendan que la lucha de hoy hay que llevarla con una estrategia diferente, que no desprecie oportunidades, ya que el radicalismo gubernamental de hoy es débil y fugaz.

¡Veinte años después, la suerte está echada y la oportunidad es nuestra!

Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela

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