domingo, 6 de marzo de 2022

CARLOS PADILLA: ESPECIAL DEL DOMINGO. 06/03/2022. LA GUERRA DE PUTIN

ESPECIAL DEL DOMINGO



LA GUERRA DE PUTIN

«No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti» es considerada una regla de oro, que expresa con acierto el criterio común de los principios de la justicia, es decir que no quieres para ti lo que no quieres para los demás y quiere para ti lo que quieres para los demás,


En procura del contenido del sitio de este trabajo hemos hemos recurrido. a diferentes fuentes que se indican.

LA DOCTRINA GROZNY 
¿EN QUÉ CONSISTE ESTA ESTRATEGIA 
QUE PODRÍA USAR PUTIN EN UCRANIA?

En el algoritmo de Vladimir Putin todo se configura hacia un único objetivo: tener el control, así implique un gran nivel de devastación. El ataque a gran escala de Rusia contra Ucrania es un ejemplo. Los estragos, sin embargo, no son un equivalente si el mandatario llegase a apelar a la doctrina Grozny, estrategia militar que podría ser la antesala de una escena de terror en Europa.

Este método de largo alcance lo patentó el mismo Putin en 1999, en la segunda guerra contra Chechenia, cuando por entonces era primer ministro del gobierno de Boris Yeltsin. La aplicó contra los rebeldes chechenos después de culparlos de una sospechosa cadena de explosiones en apartamentos de Moscú, Volgodonsk y Buynaksk. Con previos peyorativos contra estos supuestos enemigos y bajo la consigna colateral de mermar la atmósfera de independentismo en este territorio, inició una operación militar que marcó un antes y un después.

El meteórico crecimiento de Vladimir Putin alcanzó su punto de ebullición el 26 de marzo del 2000 cuando juramentó como presidente de Rusia. Antes había incursionado de distintas formas en la política, aunque el verdadero empujón fue cuando Boris Yeltsin lo proclamó como primer ministro. Esto sucedió en agosto de 1999.

El exmiembro de la KGB que mostraba una extrema reserva aún no había revelado la antipatía que le tenía a Yeltsin. No solo lo consideraba uno de los que desmanteló la Unión Soviética junto a Gorbachov sino también el que encabezó la derrota de Rusia en la primera guerra ante Chechenia (1994-1996). Fue precisamente este conflicto bélico el que obligó al entonces primer ministro a maquinar una medida más radical, a fin de recuperar el control de esta república ubicada al suroeste.

En esos días se produjeron una serie de explosiones en apartamentos de Moscú, Volgodonsk y Buynaksk. La policía rusa logró capturar a dos supuestos terroristas, pero el gobierno de Putin decidió sospechosamente anular la investigación. A pesar de que no era clara la autoría de los rebeldes chechenos, con frases como “Perseguiremos a los terroristas a todas partes” decidió encaminar la segunda guerra contra este exmiembro de la Unión Soviética.

Después de que el ejército ruso tomara el 26 de agosto de 1999 las fronteras, ingresó oficialmente a ese país el 30 de septiembre del mismo año. En ese intervalo gestó uno de los métodos militares más cruentos de la historia que hasta ahora sigue siendo un paradigma de devastación: la doctrina Grozny. Toda la artillería puso como blanco a la ciudad de Grozni. Fue un bombardeo masivo que además de dejar a 120.000 fallecidos, arrasó con todo este territorio, que quedó mucho más irreconocible de lo que ya estaba —producto de la primera guerra— para la prensa internacional.

LA GUERRA DE PUTIN ES CONTRA MÍ Y CONTRA TI


"Termópilas está ahora en Ucrania, y el heroísmo de Ucrania inspira y unifica", afirma Mircea Cărtărescu el poeta, narrador e intelectual rumano. Está considerado el más importante escritor de ese país de la actualidad.

Ante la estúpida y sangrienta agresión a Ucrania por parte de la Rusia de Putin, Europa se parece hoy a la multitud de ciudades griegas del mundo antiguo que solo la invasión del colosal ejército persa unió y dotó de la conciencia de su unidad en valores e ideales, de la idea de formar un único mundo. Una fuerza desproporcionada y amenazadora, aparentemente invencible, fue la única capaz de hermanar Atenas y Esparta, encarnizadas rivales hasta entonces, uniéndolas bajo el mismo mando, con la misma voluntad de luchar por la libertad. Desde ese momento, en incontables ocasiones a lo largo de los siglos, la guerra entre la esclavitud y la libertad se ha repetido en mundos distintos como un arquetipo eterno de la condición humana.

Pues no se trata en primer lugar de una guerra entre ejércitos en los campos de batalla, sino un perpetuo conflicto interior de cada uno de nosotros.

Cuando la desproporción entre las fuerzas es tan desesperada, surgen las premisas del heroísmo, uno de los rasgos menos frecuentes y más valiosos de la humanidad. El mundo moderno, con su pragmatismo, tiende a negar o a burlarse del espíritu de sacrificio en la vida, de la inspiración en el arte, del idealismo como forma de ser y, sin embargo, no pasa un día ni existe una sola situación humana sin que veamos a nuestros semejantes ofrecer unas extraordinarias muestras de altruismo y de altura de miras. Es el rostro luminoso, la parte lisa de «la madera torcida de la humanidad», de la que hablaba Immanuel Kant. Esa parte lisa existe de verdad, en la vida de cada día, en las cosas pequeñas y en las grandes, pero sobre todo en los momentos cruciales para la humanidad, como es el momento presente. La batalla de las Termópilas parece hoy en día una bella historia, pero fue real y se ha repetido a lo largo de la historia cuando se ha visto que la fuerza bruta de los ejércitos gigantescos puede verse humillada por la voluntad humana de libertad.

Hoy Putin aúna Europa y el mundo entero, en contra de sus intenciones, mucho más que cualquier factor económico, sociológico o cultural. Termópilas está ahora en Ucrania, y el heroísmo de Ucrania inspira y unifica. Hoy, siguiendo el asedio de Kiev, vemos a través del grosor de la historia a unos soldados espartanos que resisten ante un inmenso ejército de esclavos. Porque también el imperio de Putin -que no se identifica con el pueblo ruso, el primero sometido a su yugo- es el de la esclavitud, el del gobierno a través de la fuerza bruta, como en la antigua Unión Soviética de la que él procede y que quiere ver restaurada.

Termópilas cayó, todos y cada uno de sus defensores fueron masacrados, pero sin esa batalla no habrían existido Salamina, Maratón o Platea, donde la voluntad de libertad, el instinto humano más fuerte que el de supervivencia, venció al coloso persa. También Kiev podría caer, y Ucrania podría ser conquistada, pero ya no tiene importancia, porque Zelenski y sus combatientes han entrado definitivamente en el horizonte dorado del mito. En este momento ellos son los héroes de la humanidad ante los que, incluso derrotándolos, el tirano no tiene nada que hacer. Al agrupar al mundo en su contra y al provocar la emocionante resistencia de Ucrania, Putin ya ha perdido la guerra.

La historia no es un libro o un manual, sino la confluencia sucesiva y simultánea de millones de vidas humanas. No está presente tan solo en el pasado, sino en estos mismos instantes. Debe seguir adelante a cualquier precio. La guerra de Putin es, sin embargo, una singularidad jamás vista en la historia, pues es la primera vez que, tras unas batallas convencionales, se perfila un dedo tembloroso que se acerca al botón del Apocalipsis. Un solo hombre, perdido en sus alucinaciones, puede destruir hoy definitivamente el amor, la creatividad, la compasión, la solidaridad, la felicidad, la contemplación, la sonrisa, la maternidad, la curiosidad, la inteligencia y muchos otros aspectos de la maravillosa criatura humana. La guerra de Putin no es ahora contra Ucrania, sino contra cada uno de nosotros.


PUTIN, HERÁCLITO 
Y EL PRINCIPIO DEL FUEGO Y LA GUERRA



Después de la posguerra con Ucrania, Putin se convertirá en un excelente ejemplar para ser estudiado

Quizás el paralelo que pretendo hacer en estas reflexiones de Pentagrama desde la perspectiva de la estructura del pensamiento de Heráclito y Putin, resulten para unos o para otros dilucidaciones y argumentos un tanto extravagantes como fantasiosos.

Heráclito (540-480 a.C) a pesar de vivir en Éfeso una colonia ateniese, expresó un gran desprecio por los principios de la democracia. Era descendiente de reyes, prominente miembro de la aristocracia. Una de sus máximas filosófica más célebre es: “un solo hombre vale por diez mil, si es el mejor”.

Ahora, su tesis fundamental, que parece revivir en Vladímir Putin, es su teoría que como principio establece sobre la Guerra: “La guerra es padre de todas las cosas, de todas es el rey, y a los unos desvela como dioses y a los otros como hombres; a los unos hace esclavos, a los otros libres”. La vida solitaria de Heráclito, descendiente de la aristocracia, pasión por la destrucción, amante del fuego y convencido de la guerra para probar grandeza y poder, les hace seres semejantes en sus estructuras cognitivas y forma de ver la vida a uno y, al otro (Putin-Heráclito).

¿SI ESTO, LA GUERRA DE PUTIN, NO ES EL REGRESO AL SALVAJISMO, LA BARBARIE Y EL CAOS, QUÉ LO SERÁ?

LA BATALLA DE LAS TERMÓPILAS


AMADEUSPIRE

Hoy, con mucha tristeza escribo estas líneas para exponer la indignación que siento por toda la destrucción que ha desencadenado el sátrapa dictador Vladimir Putin al invadir a un pueblo pacífico que en el pasado fue sometido por sus vecinos, obviamente por el imperio ruso y posteriormente por el imperio soviético. En 1991 conquistó su libertad para jamás entregarla al capricho de un esquizofrénico. Es inconcebible como este ser diabólico se ha atrevido a bombardear ciudades cuyos objetivos son zonas residenciales mientras la indigna propaganda del poder ruso se hace eco de la nefasta matriz emitida por el Kremlin de que es una gesta para “desnazificar” y liberar al pueblo ucraniano sometido por el poder central de Kiev.

«Se dice que somos nazis. ¿Cómo puede apoyar el nazismo una nación que entregó ocho millones de vidas para combatirlo? ¿Cómo puedo ser un nazi? Que se lo digan a mi abuelo que estuvo durante toda la guerra en la infantería del ejército soviético y murió como coronel en la Ucrania independiente» dijo el presidente Volodimir Zelensky durante un discurso publicado en su cuenta oficial de Facebook a primeras horas del jueves 24 de febrero.

Putin es un inmoral puesto que su aparato de poder, centrado en su partido Rusia Unida, auspicia a partidos de la oposición con decretadas tendencias nacionalistas y “nativistas” como lo son el Frente Popular de Rusia y Rusia Justa los cuales promueven conservar la herencia cultural que comprensiblemente es loable, pero se centran también en la identidad étnica considerando a los inmigrantes como un grupo problémico, social y culturalmente diferente que degenera los principios y pureza de la sangre rusa. (Tuminez, 1996)

Es increíble leer a ciertos amigos justificar el accionar de un asesino como Putin contra Ucrania; me cuesta entender como la muerte de civiles y la destrucción de la infraestructura de una nación que tiene el inalienable derecho a la autodeterminación, dicho sea de paso, defendida a ultranza por la misma Rusia en el consejo permanente de la ONU, sea exaltado y hasta a veces victimizado. Llama nazi a Ucrania cuando es él el responsable de configurar el grupo Wagner, un ente paramilitar de mercenarios que con la venia del Kremlin apoyaron a los separatistas del Este Ucraniano y están involucrados en masacres en esa zona según la inteligencia ucraniana. Llama nazi a Ucrania y en su territorio reciben entrenamiento paramilitar grupos de extrema derecha de distintas regiones de Europa. Dicha capacitación se lleva a cabo bajo el paraguas protector de la DOSAAF (Sociedad Voluntaria de Cooperación con el Ejército, la Aviación y la Armada), una organización cuya fundación se remonta a los días de la Unión Soviética. La capacitación como tal es proporcionada por un club que aparece bajo dos nombres diferentes: «Rezerv» o «Partizan», la cual lleva a cabo sus actividades en una instalación militar en las afueras de San Petersburgo. Hasta 2018, «Partizan» y sus miembros figuraban en el sitio web de la oficina municipal de San Petersburgo como un grupo de vigilancia en el distrito de Vyborg.

Rusia es un emblema de orden nacionalista imperial. Y al igual que en la década de 1930, su aislacionismo no le impide estar involucrado en la tendencia global populista y anti-establishment. La apuesta del Kremlin por los partidos marginales de derecha ha dado sus frutos cuando se han trasladado a la corriente primigenia. A diferencia de los socialistas de los años treinta, el Kremlin y sus amigos de hoy no son impulsados tanto por la ideología como por el oportunismo y la corrupción. El objetivo principal de Putin no es presentar un modelo político alternativo, sino socavar las bases de las democracias occidentales cuyos modelos presentan una seria amenaza existencial a su poder.

Viví siete años de mi vida en Kiev, muchos de mis amigos, músicos como yo, han tomado las armas para defender a su nación de las garras del poder invasor ruso. La ciudad de mi juventud esta hoy bajo ataque de misiles que destruyen todo a su paso, sin discriminación alguna de objetivo militar o civil, da igual. Putin ha de pagar muy caro lo hecho a Ucrania pues ni su ejército ni sus mercenarios podrán detener la determinación de un pueblo a ser libre. Putin decía hace unos días que Zelensky había huido de Ucrania como un cobarde y todos sus medios de propaganda, RT y Sputnik entre otros, repetían el fake dando por sentada la Operación Militar Especial (así le dicen los rusos y sus burócratas a sus invasiones) error de cálculo. Volodimir Zelensky es todo lo que Putin no es. Mientras el viejo ogro reprime en casa a las populosas manifestaciones de los ciudadanos rusos que se oponen a la guerra el joven y carismático presidente, acompañado por el pueblo ucraniano quien lo eligió como su líder, lucha por su nación no en nombre de una oscura fantasía imperial, sino por la firme convicción –cual espartanos- de que Ucrania es soberana, libre e independiente y eso, eso no es negociable.

SlavaUkaryina!
Franklin Rafael Pire Rojas, (Estado Falcón, Punto Fijo, Venezuela; 10 de marzo) Compositor, pianista, pedagogo y teoretico musical venezolano egresado del Conservatorio Estatal Piotr Ilich Chaikovski en la ciudad de Kiev, Ucrania en 1996 con el grado de MSc. en Bellas Artes

Recopiulacion y diseño
Carlos Padilla
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