COLOMBIA EN CAPSULAS
Cada pais tiene su propia angustia y su propia esperanza con la llegada
a la Casa Blanca del líder mas inusual que se haya sentado a despachar desde la
oficina oval del palacio presidencial norteamericano.
Con un tono y apariencia y estilo fuera de lo común, este desafiante
hombre de negocios sin duda pondrá su empeño en diferenciarse de su predecesor
en todos y cada uno de los terrenos y es
justamente en este esfuerzo por ser singular y por no desperdiciar la ocasión de
dispararle dardos a Barack Obama, que Colombia se sentirá puesta a un lado por
la nueva administración luego de haber
hecho de Barack Obama una pieza clave de su acercamiento con Cuba y , por ende
de la paz que logró pactar con la guerrilla para su país.
Ese importantísimo tema de la paz neogranadina será un asunto saldado y
sobrepasado para Donald Trump y su equipo, siendo la consecuencia de ello que
el país vecino no pasará a ser sino uno más dentro de la panoplia de la
diversidad latinoamericana. Lo que se llama en ingles un “nonentity”, ni más ni
menos. Es decir, un país irrelevante a pesar de los premios Nobel que ostente
su Jefe de Estado
Por su lado, los líderes colombianos estarán más ocupados en recomponer
su maltrecha economía que en asegurar vínculos estrechos con los gringos de
este nuevo gobierno. Si bien el tema de la paz logró enfocar a Juan Manuel
Santos en los temas que el estimaba trascendentes en lo personal y en lo
nacional, la pérdida de foco que se experimentó por haber quemado todos sus
cartuchos con la gesta de paz sin ocuparse seriamente de la necesidad de
redensificar la economía nacional, la van a estar pagando ahora.
No solo su economía en lo interno es precaria y endeble. En lo
internacional Colombia ha perdido mercados, ha perdido competitividad, ha
perdido la condición de gran exportador que la acompañó por años, antes de
convertirse en una potencia petrolera. Mientras el petróleo recupera el espacio
que ha perdido – si es que ello llegara a ocurrir- un esfuerzo enorme de
recuperación tiene que ser hecho desde suelo neogranadino, al tiempo que la
mirada del norte estará centrada en otras latitudes y en otros derroteros. El
“nombre del juego” en la época que se inicia con esta nueva presidencia
republicana no va a ser el de la cooperación sino el del proteccionismo. Y en
el ínterin, Colombia no se ha preocupado por conseguir y consolidar vínculos
sólidos ni con Europa ni con Asia.
Hay un área oscura en la que Juan
Manuel Santos no contará con una mirada complaciente de parte de los recién
llegados al poder en el norte. Es el campo del narco-negocio, un terreno al que
Colombia ha decidido no combatir de manera terminante sino esconder la basura
bajo la alfombra despachándola a más allá de la frontera del Arauca donde ha
conseguido un buen y seguro refugio. Alli las FARC y las mafias
narcotraficantes están siendo toleradas por Colombia, auspiciados por
elchavismo-madurismo, soportadas por la Cuba castrista y actúan a sus anchas y
con la complicidad activa de muchos militares cercanos al poder venezolano.
Cerrar los ojos ante una contaminación que afecta a la población
norteamericana en su esencia y su salud y que está haciendo causa común con los
radicalismos islámicos y el terrorismo jihadista, no es lo que puede esperarse
que hará el nuevo Presidente de los Estados
Unidos. Y es bueno que Colombia vea esta
realidad con claridad meridiana.
Es muy posible, pues, que entre las prioridades de Washington para
cumplir con la promesa de hacer a “ America grande de nuevo” se encuentre un
apretón de tuerca fuerte para Colombia y
para sus nuevos socios de al lado.
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
El Nacional
Miranda - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario