DE LA SOBERANÍA DEL ESTADO A LA SOBERANÍA DEL GOBIERNO
EL PUEBLO SOBERANO
Fue Jean Bodin en el siglo XVI, quien acuñó el término
"soberanía" para la historia política, concebida como el "poder
absoluto y perpetuo de una República". Rousseau se encargará, más tarde,
de separarla de la República y colocarla en los hombros del pueblo, único
soberano posible. Para él, como todos los hombres son libres e iguales, nadie
debería obedecer o ser mandado por un individuo, pues existe una "voluntad
general" que señala lo correcto y verdadero, como expresión de esa
soberanía popular. Quien sea capaz de interpretar esa voluntad general, estaría
interpretando también la voluntad de todos, interpretando al pueblo y en consecuencia,
pudiera agregarse, manejándolo a su antojo.
Esta concepción "roussoniana" que en buena parte influye en la
aparición de la democracia moderna, permitió múltiples abusos, pues en nombre
de la "voluntad general", o sea del pueblo, se asesinó y destruyó
indiscriminadamente; la propia
Revolución Francesa es un buen ejemplo de éllo.
El abate Sieyès, por su parte, postuló que la soberanía radica en la
Nación, concepto que puso de moda; algo así como un sentimiento colectivo que
aglutina a los habitantes de un país y les da entidad, pero no exactamente en
el pueblo. A Sieyès, le mosqueaba seguramente, que la autoridad solamente
tomase en cuenta el sentir mayoritario del pueblo, a veces circunstancial,
objeto de influencias o pasiones desarticuladas.
Durante los catorce años del gobierno
de Chávez, fue harto frecuente oírlo
hablar de soberanía. Frases como "ahora el pueblo si es
soberano", o "hay que rescatar la soberanía", sirvieron como
consignas contra el imperialismo. El
cuento de la Constituyente revestida del poder originario, fue una especie de
baño bautismal que hizo al pueblo soberano de una vez por todas, en el año
2000.
Desde entonces, Chávez felicitaba al pueblo, por dar apoyo a la
soberanía nacional, cada vez que podía. Así,
pidió paz y respeto para la soberanía de los pueblos; para la de Irán, Libia o Egipto. Se preocupó por
la soberanía hipotecada de Colombia, la soberanía violada de Honduras, o nos
recordaba a cada rato que los pueblos de nuestra América habían escogido,
definitivamente, la senda de la soberanía. Pero la cosa no se quedó allí, y la
definición de soberanía dada por Bodin se atomizó y multiplicó en el discurso
populista y retórico del nuevo socialismo del siglo XXI. Así, nació el concepto
de "soberanía alimentaria", y se implementó un plan para alcanzar la
"Plena Soberanía Petrolera". Del mismo modo, surgió la
"soberanía económica y la energética", no importa que el bolívar fuerte hoy en día
sea debilucho, o que se vaya la luz
frecuentemente. Igualmente hizo su aparición
la "soberanía del conocimiento", llegándose incluso a firmar un convenio con
el presidente de Ecuador, Rafael Correa, para
llevar a una "educación soberana" y liberadora, a los pueblos de ambos países.
Nicolás Maduro, el gran imitador de Chávez, siguiendo el guion
establecido, no se ha quedado atrás en esto de la soberanía. Ya a principios
del 2013, siendo presidente de facto, aunque oficialmente aparezca como
Presidente Encargado de la República, ratificó el compromiso del Gobierno
Bolivariano de fortalecer la política soberana en materia de hidrocarburos. En
octubre de ese mismo año, le dio rango de Misión a la Fundación Pueblo
Soberano. En el 2014, la soberanía alimentaria toma forma de Vicepresidencia y
se crea la Corporación Productora, Distribuidora y de Mercadeo de Alimentos
Corpo Pdv-Mercal.
Concentraciones populares
antiimperialistas, así como ejercicios militares en defensa de la soberanía
entre fuerzas armadas y milicias populares se han venido repitiendo en estos
cuatro años de manera reiterada. El último de ellos, denominado Ejercicio de
Acción Integral Antiimperialista Zamora, hace
apenas unos días, sirvió para
mostrar el fusil, con mira telescópica, que según dijo Maduro se
repartirá por miles, en los barrios de Venezuela para la defensa de la patria.
Pero lo que destaca sin lugar a dudas, es la instalación, el pasado martes 10 de enero, del Comando por la Paz y
la Soberanía, conocido como “comando antigolpe”, el cual quedará bajo la
coordinación del Vicepresidente Ejecutivo de la Republica, señor Tareck El
Aissami, formando parte del mismo varios organismos, incluida la
vicepresidencia del PSUV, el Partido de gobierno.
Desde la habilitación de la línea telefónica 0800-SABOTAJE, en septiembre del 2013, a través del Órgano
Superior para la Defensa Popular de la Economía, el gobierno de Maduro no había
puesto en práctica una acción política tan inadmisible y llena de cinismo; pues la creación del Viceministerio
para la Suprema Felicidad Social del pueblo venezolano, también a finales del
2013, no debemos tomarla en cuenta, ya que pertenece a otra categoría de lo
absurdo aún por definir.
En síntesis, que la soberanía del Estado, por obra y gracia de Chávez y
Maduro, pasó a ser la soberanía del gobierno, y la defensa de la patria, la defensa
del chavismo y de su revolución. Por ende, cualquier crítica o simple acción
política como una manifestación callejera por parte de la oposición civil, se
convierte en una forma de inestabilidad antisistema, de sabotaje al régimen, o
lo que es lo mismo, en un atentado contra la soberanía patria, en un golpe de estado.
Con razón, el conocido jurista alemán George Jellinek, llegó a decir que
la soberanía era un concepto polémico, por no decir confuso; y eso que no llegó
a conocer el caso venezolano.
Jose Luis Mendez
Xlmlf1@gmail.com
@Xlmlf
Miranda - Venezuela
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