IMPUDORES SIGNIFICATIVOS
El proyecto de acuerdo propuesto por los expresidentes Zapatero y Samper
ni siquiera es una trampa sino un texto en el cual se propone abiertamente
aflojar lo que ha sido bandera de lucha por 18 años: la salida del régimen y su
remplazo por un gobierno democrático.
Se adereza la introducción aludiendo a “los espacios de confianza”
creados entre el gobierno y la MUD, para generar “una renovada etapa de
convivencia entre ambas partes”. Tienen la desvergüenza de fundar su llamado en
los dichos del Tribunal Supremo de Justicia, como si no fuese el verdugo al
servicio de Maduro.
El texto tiene varios impudores significativos. Uno de los más notorios
es “reconocer que tanto el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo han sido
electos de forma constitucional, democrática y legítima para cumplir con los
mandatos y períodos determinados por ley”. Es decir, que se pasan por el arco
de triunfo el ejercicio ilegítimo de Maduro, la decisión del 9 de enero en la
cual la Asamblea Nacional lo destituyó y aspira a que la oposición los complazca
aceptándolo sin chistar hasta 2019.
Más adelante el texto insiste en la necesidad de “normalizar el
ejercicio de las funciones institucionales” como si la violación de esas
funciones no viniese directa y permanentemente del régimen de Maduro, sea a
palo limpio o con las interpretaciones del TSJ.
No habla de presos políticos sino de “personas privadas de libertad” y
los clasifican en grupos: enfermos, los que ya “tienen órdenes de
excarcelación”, demoras procesales, medidas cautelares; como se ve, se admite
sin ambages que hay quienes según el propio sistema judicial del régimen
deberían estar libres y no lo están porque no les da la gana.
La tapa del frasco es plantear, sin que se le muevan los músculos de la
vergüenza, que se busque que la AN apruebe “los acuerdos de financiamiento
suscritos por el gobierno nacional”, “el Presupuesto y la Ley de Endeudamiento
de forma tal que se logre normalizar la gestión financiera y el papel
fiscalizador de la Asamblea”, y que se apruebe “un acto jurídico por el que la
Asamblea Nacional se compromete a honrar los compromisos financieros de la
República”. En plata blanca: que la AN legitime todo el escándalo
económico-financiero del régimen.
En ese texto cargado de enredinas y vivezas, ascos y trampillas, no hay
alusión a elecciones presidenciales y solo se aspira a que los opositores
entreguen hasta el taparrabos con el cual los mira Zapatero, emisario con
parche y pata de palo, tripulante de la última carabela de Colón.
Carlos Blanco G.
@carlosblancog
www.tiempodepalabra.com
El Nacional
Caracas - Venezuela
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