QUE CUMPLA CON LA CONSTITUCIÓN
El Banco Central de Venezuela tiene funciones y responsabilidades
claramente establecidas en la Constitución y en las leyes, las cuales le
otorgan muy alta responsabilidad en la situación económica y social del país.
En efecto, el art. 318 de la Constitución indica: “Las competencias
monetarias del Poder Nacional serán ejercidas de manera exclusiva y obligatoria
por el Banco Central de Venezuela. El objetivo fundamental del Banco Central de
Venezuela es lograr la estabilidad de precios y preservar el valor interno y
externo de la unidad monetaria...”. También señala entre sus funciones...
“administrar las reservas internacionales...”.
Por otra parte, el art. 319 indica que el Banco Central de Venezuela...
“rendirá cuenta de sus actuaciones, metas y resultados de sus políticas a la
Asamblea Nacional”. Más adelante, el art. 320 establece: “En el ejercicio de
sus funciones el Banco Central de Venezuela no estará subordinado a directivas
del Poder Ejecutivo y no podrá convalidar o financiar políticas fiscales
deficitarias”.
A su vez, el art. 21 de la Ley del BCV le prohíbe “acordar la
convalidación o financiamiento monetario de políticas fiscales deficitarias”.
En los últimos años esta ley ha sufrido diversas reformas, la última de ellas
por Decreto Ejecutivo con fuerza de ley de fecha 31-12-2015. Ellas han restado
autonomía al instituto emisor, convirtiéndole en una institución sumisa a los
deseos e instrucciones del Poder Ejecutivo. El BCV en los últimos años ha
incumplido reiteradamente sus funciones constitucionales. Ni ha logrado
estabilidad de precios ni ha preservado el valor de nuestra moneda y, además,
ha financiado déficit fiscales. También ha permitido que la administración de
las reservas internacionales esté dispersa en varios organismos públicos,
perdiendo su necesario control.
Hace pocos días el presidente Nicolás Maduro anunció la designación de
un nuevo presidente del BCV. No se sabe si Nelson Merentes renunció o fue
destituido. Se dice que la causa es por haberse agravado sus discrepancias con
el presidente Maduro. Este cambio era de esperarse, en particular después de la
forma absurda como el Ejecutivo dirigió la implantación del nuevo cono monetario,
cuya tarea le correspondía exclusivamente al BCV.
El nuevo presidente del BCV es el economista Ricardo Sanguino, quien ha
sido diputado del PSUV en los últimos 15 años. Como presidente y miembro de la
Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional ha defendido la gestión financiera
del Ejecutivo Nacional y ha sido impulsor de las diversas reformas de la Ley
del Banco Central. Desde su curul parlamentaria varias veces defendió la tesis
oficialista de la existencia de una “guerra económica desestabilizadora”.
En su nuevo cargo institucional, deberá reconocer que la gestión del BCV
ha sido generadora de la grave crisis económica actual. Es necesario modificar
la conducta del instituto para eliminar las causas de la crisis atribuibles al
BCV. Es urgente reactivar la economía nacional, modificar el régimen cambiario,
crear confianza en el sector productivo y así estimular la inversión de
capitales nacionales y extranjeros con el propósito de incrementar la
producción nacional, reducir la inflación, acabar con el desabastecimiento,
generar empleos y racionalizar las importaciones.
Como venezolano, deseo el mayor de los éxitos al nuevo presidente del
BCV, para lo cual le bastará cumplir con los mandatos constitucionales en
cuanto a las funciones del instituto. El dilema se le presentará entre aplicar
su formación profesional de economista o seguir fielmente las políticas
oficialistas que tanto daño están causando al país y a las familias
venezolanas.
José Vicente Rodríguez Aznar
josevicenterodriguez.aznar@gmail.com
@econsinsecretos
Miranda - Venezuela
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