viernes, 24 de marzo de 2017

OSWALDO ALVAREZ PAZ - OTRO DOCUMENTO PARA LA HISTORIA

LA IGLESIA CATÓLICA DE NUEVO ASUME LA VOCERÍA

De nuevo la Conferencia Episcopal Venezolana –CEV- se pronuncia sobre uno de los temas más delicados de los últimos años. Me refiero a la noticia dada a conocer el pasado 9 de agosto sobre una fosa común de cadáveres asesinados en la Penitenciaria General de Venezuela, ubicada en San Juan de los Morros, Estado Guárico. Algunos de ellos aparecieron descabezados, es decir, sin cráneo y otros totalmente deteriorados. No es el primer descubrimiento de esta naturaleza, pero quizás sí el más significativo.

Se han denunciado situaciones similares en las cercanías de Barlovento. También en zonas mineras tanto del Estado Bolívar como de Amazonas. Todo ello hay que sumarlo a los crímenes horrendos que a diario estremecen a la opinión pública. Normalmente son vinculados a enfrentamientos entre bandas, ajusticiamiento entre ellas, o a atracos bien pensados y mejor ejecutados por ladrones que dejaron de ser hampa común. Ahora se trata de tentáculos del crimen organizado. Ahora se hace presente entre nosotros el sicariato de factura desconocida entre nosotros hasta hace pocos años.

La Iglesia Católica de nuevo asume la vocería de quienes no tienen voz. Denuncia el hecho y plantea interesantes iniciativas que deberían ser atendidas tanto por el gobierno como por una oposición bastante dividida y, en mucho, alejada de lo que deberían ser sus preocupaciones fundamentales. La CEV se convierte progresivamente en ejemplo y guía para la resistencia democrática. Es pedagógico su apego a los principios fundamentales de la vida en Libertad y Democracia, así como a la Doctrina Social de la Iglesia, tan olvidada hasta por dirigentes copeyanos consumidos por un electoralismo exagerado sin sentido ni oportunidad.

¿Qué sucede realmente? Los dirigentes serios saben de sobra que lo electoral es muy importante en un sistema democrático. Pero no es lo único y ni siquiera lo más importante. Mucho menos en una tiranía socialistoide a la cubana, es decir, comunista. Se impone el uso de todas las fuerzas e instrumentos disponibles para provocar el cambio necesario en el menor tiempo posible. Todos los trucos, trampas y maniobras del régimen han sido y siguen siendo previsibles. Nada de cuanto hacen nos sorprende. Las políticas y anuncios vienen telegrafiados. Quien quiera hacerle el juego al régimen desde la oposición, lo hace por comodidad, cobardía o una complicidad que se descubren en cada declaración y actuaciones sospechosas.

Se lo difícil de encontrar una unidad perfecta entre los sectores democráticos. Es imposible proyectar como único lo que es distinto por naturaleza, producto de la realidad partidista hija de las convicciones democráticas. Pero aquí de lo que se trata es de unificar el objetivo principal y que cada cual transite, con su propia estrategia, hacia el objetivo del cambio, sin perder la brújula.

Oswaldo Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
Desde El Puente
Caracas - Venezuela

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