LOS
SIGNOS DE LA DECADENCIA
“A mitad del camino
de la vida yo me encontraba en una selva obscura, con la senda derecha ya
perdida.” Dante
Los intentos desesperados del régimen por aparentar que
aquí en este país todo está bien, que todo funciona normalmente, con algunos
apremios en vías de solución, pero, que es el imperio norteamericano el
causante de todos los problemas, valiéndose de sus cachorros en los cinco
continentes y los propios residenciados en este modelo de nación, ya nadie se
lo cree. El mundo entero se ha enterado de la pesada cruz que carga el pueblo
venezolano, pero, los crucificados en definitiva van a ser otros, menos los que
ya están pagando su condena en el noveno círculo del infierno, donde van a
parar los traidores a la patria y a su familia, según Dante.
Los glotones, lujuriosos y ladrones siguen disfrutando sin
mengua las mieles del poder sin reparar que hay un pueblo inmenso que batalla
diariamente para no caer en la miseria a la cual lo empujan esos mismos
depravados carentes de moral. Un pueblo que se esfuerza por mantener sus principios
y valores intactos.
Los signos de la decadencia son ya perceptibles. La agonía
que les produce la proximidad de la pérdida del poder causa un rictus de
amargura, de miedo, de terror, difícil de esconder por los máximos exponentes
de la podredumbre oficial. Sólo la ineficacia y la miopía política de quienes
los adversamos los alivia de espanto cada cierto tiempo, para reaparecer con
mayor crudeza y virulencia cuando observan un reagrupamiento de fuerzas
internas y externas en su contra. Se han convertido en una especie de pigmeos
cuyas sombras se agigantan con la puesta del sol. Cada mañana, al observar su
real estatura, corren a ejecutar cualquier desfachatez.
Atreverse a organizar una exposición con el rimbombante
título de “Venezuela potencia 2017” es una clara expresión de la ridiculez, del
engaño permanente y de la desesperación de un régimen que ha robado mucho y no
tiene algo de importancia por exhibir que no sea pura utilería como si de un
teatro se tratara. Mantienen una hiperactividad inútil y un derroche de
recursos.
En la Venezuela de los apagones, de la inseguridad que campea en todo
el territorio; sin insumos, sin alimentos; con una estructura de transporte
inservible; con internet intermitente; en un país endeudado; con sus ingresos
disminuidos; sin credibilidad y sin una pizca de confianza; con un volcán
político y social en erupción, es una inmoralidad hacer una exposición para
exhibir el cuerpo exánime de un país que solo se le puede ocurrir a mentes muy
perversas y corruptas y a algunos corifeos con fines de lucro personal para
prolongar su dulce y a la vez amarga agonía de tener que volver muy pronto a la
nada.
Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com
@nevillarin
Zulia - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario