LA INJUSTICIA
Este mes de marzo no lo puedo cerrar sin hacerle mi
reconocimiento sincero a todas las verdaderas luchadoras que son ejemplo de
trabajo y empeño, aquellas que se levantan bien temprano para alistar a sus
pequeños y enrumbarlos a sus centros de estudios, mientras ellas se quedan con
el alma en vilo y rogando a todos los Santos para que sus niños regresen con
vida a sus hogares. Esas mujeres que día a día hacen de tripas corazón y
aguantan horas en largas colas para obtener artículos de la cesta básica, esas mujeres
que aspiran tener paz y vivir en un país mejor, las invito a que no desmayen,
que todos los sacrificios que a diario
hacen es por querer un mejor futuro para todos y serán recompensadas más
temprano que tarde.
Ya pasará esta pesadilla, en donde el gobierno ahora
pretende hacerle creer a nuestro pueblo que los CLAP van a ser la salvación de
esta grave crisis económica, política, social y moral, que por cierto, en lo
que a alimentos se refiere, estos son importados o en su defecto son de los que
les quitan a la fuerza a la empresa privada. En fin, son pocos los productos
que vienen en estas bolsas de esas empresas que el gobierno expropió.
Cajitas además que no es vendida a precio del supuesto
dólar preferencial del cual debería beneficiarse el pueblo, y para rematar para
la adquisición de las mismas no aceptan cesta tickets.
Es increíble que Venezuela recién haya enviado 100 mil
cajas de los CLAP a los hermanos del Perú, cuando aquí la mayoría de los
venezolanos no son beneficiarios, a los pocos que la reciben les llega de
manera irregular y hasta incompleta en muchos casos.
En fin, la tragedia humanitaria venezolana es permanente,
ante un gobierno que continua ignorando la crisis y en vez de ocuparse de
buscarle solución a la “emergencia económica”, se empeña en alargarla y
profundizarla, mediante un decreto ilegal, el cual ha sido extendido hasta en
seis oportunidades, admitiendo a su manera su fracaso en lo que a esta materia
se refiere.
El modelo fracasado de controles en la economía hace que la
gente se pelée hasta por un paquete de pañales.
Y es que de todos los productos regulados, los pañales son
unos de los que mayor margen de ganancia produce a esos hijos de la revolución.
En resumidas cuentas, esto es lo más parecido a los enchufados que reciben
dólares a 10 bolívares, para revenderlos a precio de Dólar Today.
Así es el socialismo destruye los trabajos productivos y
pone a la gente a "trabajar" en tareas absolutamente improductivas,
como perder todo el día para comprar un producto de la canasta básica y luego
revenderlo hasta por 50 veces más de su valor. Estos son los verdaderos logros
de la revolución: la viveza, el soborno, la corrupción, desabastecimiento,
inseguridad y las injusticias.
Omar Avila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010
Diputado a la AN
Miranda - Venezuela
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