Según expertos, un
importante porcentaje de la ciudadanía evidencia síndromes de ansiedad,
neurosis, desorientación, actitudes esquizoides y sicóticas. Varias
investigaciones como de costumbre descubren lo que ya se sabe. El gobierno
desquicia a la población con su incompetencia para enfrentar el proceso
hiperinflacionario y la subsecuente descomposición de la sociedad. La propiedad
ansiolítica de esta omisión, abulia o como se quiera llamar, se agrava porque
se sabe que el padecimiento de la inflación es el equivalente de la bilharzia o
la gastroenteritis, dos males erradicados, anacrónicos y hasta penosos para el
país donde aparecen.
Los investigadores del
futuro no podrán comprender cómo un país tan extraordinariamente dotado, pudo
prácticamente autodestruirse como un mensaje de Misión imposible. Tardó solo
veinte años, mientras la URSS y las naciones del bloque soviético soportaron
más de setenta. El guano atesorado, la calabrina tesórea venida de Sabaneta, y
quien tuvo la epifanía del pajarito, pueden pasar a la historia como ejemplo de
una probabilidad cero que ocurrió.
Otra fuente de
inestabilidad mental se produce así: hubo fuerzas que en una primera etapa se
dedicaron a convencer de que toda participación en instancias institucionales y
procesos políticos, las elecciones, era espuria. Después de una cadena de
pisotones, juanetes maltratados, caídas y uñas enterradas, y terminar bebiendo
barro en 2005, comenzó el proceso contrario. Por diez años, el discurso
dominante consistió en las maravillas de la vía pacífica, democrática,
constitucional, electoral, negociada, primariada, consensuada, amortiguada,
respetuosa, etc., etc.
Pepe Grillo
“Los dioses castigan a los hombres al hacer
realidad sus sueños”. Como producto de pedirle rapidez al genio de la lámpara,
luego de ganar en 2015, sin mediar palabra, quienes tenían una década diciendo
lo contrario, comenzaron a desacreditar lo que habían dicho y hecho, la
conciencia de gradualidad creada en la ciudadanía que permitió acorralar al
gobierno. Todo el mundo andaba apurado por sacar a Maduro lo antes posible y la
diferencia estaba en “el método”. Pero apareció el grillo jurídico-tuitero, un
sabio abogado mercantil.
Pero también
constitucionalista, experto electoral, asesor político, polemista sobre táctica
y hasta economista, se autohabilitó a dedicación exclusiva para argumentar por
qué trancones, paros, referéndum popular, 350, nos conducirían directamente al
poder. De vez en cuando aparece de nuevo con sus consejos y sobre el triunfo
estudiantil democrático en la Universidad de Carabobo, ahora abstencionista
irredento, trata de demostrar casi que era mejor que perdieran para que él no
quedara de nuevo en evidencia.
Así a la gente que venía
formándose en defensa de una opinión racional en las redes y otros medios,
violentamente le cambiaron todo y la dejaron girando en el mismo sitio,
colgados sin capacidad de procesamiento, como mariposas alrededor de un
bombillo. Nadie les explicó nada, porque algunos dirigentes guardaron silencio
o simplemente enloquecieron, abrazaron lo que odiaban y rechazaron lo que hasta
ese momento habían defendido. Era patética la deriva de esos blogueros
desorientados, como nos tocó verlos, desmintiendo lo que habían hecho y
maldiciéndose a sí mismos al maldecir a quienes hasta ayer defendían junto con
ellos la misma causa.
Morrocoy volteado
Pretendían tapar con
agresividad su voltereta y su desorientación. Pero apenas año y tanto después,
a finales de 2018, desde fuera modifican violentamente la línea de acción y
quienes venían explotando el dudoso mérito de ser irreductibles, se vuelven a cambiar,
y de repente descubren que no habrá intervención armada, tampoco golpe de
Estado democrático previamente mojado en agua bendita ni ninguna otra fantasía,
sino negociaciones. Quienes dirigen la política venezolana, los líderes de los
grandes centros de poder, determinaron que había que volver al diálogo y vemos
como saltaron por el aro hasta los más incoercibles felinos.
Solo despotrican los
fuera de juego, la retaguardia de la retaguardia y estarán ahí hasta que
alguien tenga la amabilidad de explicarles que la línea es otra, recogerlos y
ponerlos sobre las patitas, como se hace con un morrocoy volteado. Hablaron
Estados Unidos, el Grupo de Lima, Europa, Rusia y todo el mundo para repetir lo
que cualquiera sabía que dirían: que la vía es pacífica, democrática,
constitucional, pactada. Ojalá los operadores que sobrevengan no se empeñen en
poner condiciones absurdas ni pretender que la negociación sea para instalar la
democracia noruega.
Deberíamos tener claro
que un eventual y ya desatanizado ciclo de transacciones, daría la posibilidad
de comenzar un cambio político (no repetiré la pavosa palabra transición y más
bien me agarraré la oreja izquierda). Si se estudian las más importantes
experiencias anteriores, sabremos que solo se debe y se puede aspirar a
comenzar un proceso y no debe haber condiciones previas porque suelen ser
subterfugios para impedir su inicio. Para cualquier arranque suenan
problemáticas las mesas de negociación y hay que valerse de asesoría técnica
del más alto nivel, como la que ofrecen algunos importantes centros académicos
del mundo.
Carlos Raúl Hernández
@CarlosRaulHer
No hay comentarios:
Publicar un comentario