Será el año final para
un capítulo de la historia, ¿Será el año de una transición?, ¿Ocurrirá el tan
ansiado cambio?
Como lo he mencionado en
diversos los foros y reuniones a los que he asistido, el 2019 será el año final
para un capítulo de la historia. Ahora bien ¿Será el año de una transición?,
¿Ocurrirá el tan ansiado cambio?. Antes de dar este escenario, es necesario
eliminar de nuestras vidas un mito (uno de tantos) que nos está haciendo
muchísimo daño en la oposición y que es determinante para entender nuestro
futuro porque no nos permite ver la crisis desde otras ópticas y contextos.
Veamos.
Un político en un acto
de contrición sin precedentes, nos explica el momento que vivimos en Venezuela:
“un caos social y psicológico (..) la gente no ve por ninguna parte estrategia,
ni una sola orden clara, ni valores, ni verdadera unidad (por parte de
nosotros). Todo lo que nos rodea es incierto (..) los partidos políticos viven
en desacuerdo entre ellos, se atacan los unos a los otros, cada uno dice algo
diferente y planean cosas distintas. Nadie sabe lo que puede ocurrir”.
¿Está Usted de acuerdo
con ésta afirmación de un político muy prominente?
Mientras esto ocurre, un
influenciador político y profesor universitario reconocido nos explica lo que
caracteriza este instante de nuestras vidas: “es la falta de personajes a la
altura del momento histórico, falta de intelecto destacado, falta de
estrategias claras, hay mediocridad dominante, tácticas de partidos en vez de
consenso nacional, una imagen de miseria y desolación, campo rico para una
cosecha de demagogos (que califica sin tapujos como políticos, cuyo negocio
consiste en vender un barato optimismo a su clientela)” .
Como puede ver no solo
son los políticos, sino los influenciadores y académicos los que hablan de
nuestro presente. ¿Sigue usted de acuerdo? En mi opinión, es imposible no
estarlo.
Mientras esto ocurre en
las academias, las encuestadoras nos revelan que: “más del 50% de los
consultados expresan que los partidos políticos se guían “por los intereses de
sus lideres y no por el bien del país” mientras los partidos se dividen, o sus
miembros pasan de “un bando a otro sin ningún fundamento o razón”, “organizados
de manera incoherente, provenientes de distintas líneas”. Es decir que un día
un líder está en un partido y al siguiente milita en otro. Y el peor concepto
que de ellos tiene la mayoría es: “que
lucen incapaces de representar un futuro gobierno, ni su liderazgo capaz de
emprender una hoja de ruta para alcanzar y sostenerse en el poder”, mientras a
casi todos los acusaban de ser comunistas. En fin que piensan que los partidos
no tienen “legitimidad” para estabilizar al país y “han sido uno de los
eslabones mas débiles en el proceso democrático”.
Hasta aquí ya vemos que
la opinión pública también sospecha un poco de lo mismo que sostienen
políticos, académicos y muchos de nosotros.
Veamos ahora lo que nos
dice un líder calificado como radical, quien coincide con las opiniones
anteriores pero lanza improperios desesperanzadores contra los partidos: “no
saben lo que quieren, uno perturba al otro, no deja que el otro trabaje, sin
embargo se apoyan entre si – “Me parece un burdel y nada más” expresa furioso,
explicando que hay que trabajar sin esos partidos “socialistas”, porque
“funcionaremos mejor que con esos partidos, que pierden el tiempo mordiéndose
unos a otros, recolectando chismes el uno al otro: se acuestan con una, se
acuestan con otra. No me parece que esos partidos hayan hecho mucho, y en todo
ese burdel sólo veo un hecho indiscutible: dicen que quieren algo y hacen lo
contrario. ¿Tengo razón?”
Si esto nos lo dice un
político radical, desde otro ángulo más moderado y pragmático nos explican otra
realidad: “hay demasiados partidos pequeños, pero los votantes se decantan
apenas por un puñado. No es fácil, ninguno de los partidos atrae la atención de
los votantes, ni tiene estructura para estar en todas las ciudades y pueblos,
solo los (chavistas) cuentan con los canales de comunicación y cuadros
formados, pero el problema es que la sociedad sospecha de todos. Luego de
décadas de autoritarismo socialista, la inmensa mayoría no quiere saber nada de
los asuntos públicos y siendo honestos, todavía no entienden la conexión que
existe entre sus derechos y deberes”
Es posible que ustedes
amigos lectores, puedan estar de acuerdo con algunas, muchas o incluso todas
las frases que he citado y que en momentos políticos muy complejos han
esgrimido estos políticos, influenciadores y encuestadores sobre nuestro
particular y “único” momento histórico. Para entenderlas es preciso abandonar
por unos minutos ese “pueblito mental”, donde se encuentran ahora cómodamente
alojados muchos venezolanos, para poder entender que las primeras frases
pertenecen a Vaclav Havel[i] en Checoslovaquia justo antes de la caída del
comunismo, las segundas son del historiador Manfred Kossok[ii] quien vivió
cuarenta años del lado comunista de Alemania, en el mismo momento. Las terceras
pertenecen a un grupo de expertos polacos que nos describen la situación de los
partidos de aquella época[iii] las siguientes son del “radical” Lech Walesa[iv]
y las ultimas pertenecen al libro del primer Presidente de Hungría en
democracia Jozsef Antall[v]. El mensaje que quiero dejarles es que a pesar de
que sea difícil de digerir lo que hoy vivimos, cuando un país ha sido
desarticulado, saqueado como nunca antes económicamente y desmembrado en todos sus ámbitos como ha
ocurrido con Venezuela, las situaciones de conflictividad entre los factores políticos y sociales es
mas normal de lo que nosotros creemos. Es lógico pensar y hasta afirmar con fe
ciega que ante lo que vivimos en la actualidad, este caos y el descomunal
desorden, la inestabilidad económica, la incertidumbre sobre el futuro que nos
confunde y llenan nuestras vidas, no será posible llevar adelante una
transición.
Amigos, el caos que
vivimos es profundo y pasarán muchos años para cuantificar realmente en nivel
de destrucción de Venezuela, aunque el daño causado por el chavismo pareciera
irrecuperable y el presente nos lleva a pensar que no vamos hacia ningún lado,
lo que hoy sufrimos no representa el fin, sino el principio. En Polonia por
ejemplo, en 1988 sostenían lo mismo que nosotros con la Mesa de la Unidad hace
algunos años, al comienzo la inmensa mayoría de los encuestados creía que
actuaban con las mejores intenciones, tres años mas tarde solo el 36% de los
encuestados confiaba en ellos y en el año de la transición real, apenas el 5%
apostaba algo. De hecho eso mismo ocurría en toda Europa del Este, donde” “eran
percibidos básicamente como corruptos y charlatanes de carrera, que usaban los
privilegios en beneficio propio”[vi] también la corrupción era endémica, como
aquí, sobre todo entre los socialistas y sus testaferros, quienes eran los
nuevos archimillonarios. Si, también como aquí.
Para no sucumbir ante la
ansiedad, es imperativo comprender que lo que vivimos en la actualidad
representa el mismo “abismo de representatividad” que sufrieron esas sociedades
acostumbradas al despotismo y a una sola voz durante décadas. Sociedades que
han sido incapaces de entender a la libertad y la justicia como un bien sagrado
de la modernidad. Sociedades sin cultura democrática, ineptas ante sus deberes
e ignorantes a la hora de hacer cumplir sus derechos inalienables. Sociedades
sin ciudadanos. Sociedades para las que casa, carro y trabajo representan un
país.
De hecho todo fue un
verdadero caos antes, durante y después del colapso y la transición a las
economías de mercado de esa Europa. En un momento increíble de transformación
se abstuvo un cuarenta por ciento de la población y del universo de los
votantes, apenas poco más del 20% se decantó por Lech Walesa en la primera
votación, su partido y organización llegaron divididos varias veces y peleados,
así como su contrincante era un verdadero desconocido que había salido muy
joven de Polonia y vivido toda su vida en Canadá. De hecho, Walesa perdió sus
segundas elecciones, contra un ex ministro del régimen anterior. En Hungría
apenas el 46% de la población fue a votar en la segunda vuelta y en todas esas
naciones la fragmentación del voto fue absoluta.
En fin que lo mismo que
sucedió con los muy poderosos partidos únicos comunistas, también ocurrirá aquí
y por las mismas razones. Se cumple entonces la vieja máxima atribuida a
Einstein que dice: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener
resultados diferentes”. Por eso, insisto, el otrora poderosísimo movimiento
chavista “originario” ya no existe aunque cuatro gatos insistan en hacerle creer
a Ud. lo contrario. En parte han desaparecido a causa de las purgas políticas a
la mejor manera del comunismo europeo. Fíjese bien: primero fueron purgados los
que pertenecían al entorno de ex ministros originarios. Luego fue purgado,
detenido y exiliado el entorno militar. Posteriormente fueron purgados,
detenidos y exiliados todos los ministros de energía. De manera que el chavismo
hoy, al menos el que ocupó auténticos espacios de poder durante dieciocho años,
de lo único que hablan es de una traición. Actualmente todo el entorno “dudoso”
y el poder lo ejercen hoy completos desconocidos, prácticamente llegados de
últimos a la revolución. De hecho, mientras escribo estas líneas, estamos
presenciando la última gran purga, con impredecibles resultados y los pocos que
aún quedan deben estar sacando cuentas de cuando les llegará su turno.
En paralelo, los chinos
y los rusos exigen un cambio de modelo económico para esa Venezuela donde
tienen grandes inversiones y donde también se les debe mucho dinero. Hay que
destacar que el poco liderazgo actual en control, se niega de forma suicida a
ello y por el contrario pareciera estar preparándose para enfrentar, a su modo,
“el período especial”, basado esencialmente en la dotación y funcionamiento del
aparato funcionarial y la represión. Pero casualmente, ese también fue
exactamente el último período de Europa del Este que duró apenas meses, pues
sencillamente se auto demolió por la implosión del modelo.
Por lo tanto amigos
lectores, les recomiendo comprender que lo que vivimos es lo mismo por lo que
ha pasado todo el mundo que ha sufrido el socialismo. Pueden existir matices,
pero en líneas generales es lo mismo. Las características siempre son las
mismas: crisis económica sin precedentes, “abismo de representatividad”,
inestabilidad política y un caos absoluto que traerá consigo la renovación. El
año 2019 será el año donde reine la anarquía en todos loas ámbitos y de esta
situación nadie va a escapar. Debemos entender que el colapso político es
general, no es solo de uno de los bandos, la crisis de representatividad es
completa y quienes eran otrora poderosísimos partidos políticos, como en
Europa, en semanas podrían quedar reducidos a la nada.
Para Venezuela el 2018
fue el último año de la Revolución. El 2019 no va a ser un año de transición,
sino de caos y colapso del socialismo real absoluto, como el que el mundo vivió
al final del comunismo. Lo único que necesita el país en este momento, así sea
con el último aliento de fuerza que nos quede, es que llamemos a la calma y a
la cordura de todos los sectores involucrados incluyendo a la sociedad, porque
al país lo va a gobernar quien logre representar exactamente esa calma y esa
cordura frente al inmenso caos devorador (y posteriormente renovador) que vamos
a vivir. ¿El reto? El reto es para quienes entiendan la política como un
instrumento para tomar partido por Venezuela, para la restitución de la
República y la construcción de un modelo democrático, pero también para una
sociedad que haya decidido finalmente romper con las cadenas de la opresión y
la esclavitud. En pocas palabras, que los venezolanos decidan ser libres.
[i] Entrevista a Havel
en la radio Rozhlas de Checoslovaquia el 3 de noviembre de 1991 a las 13,15 GMT
en Vaclav Havel: A Political Tragedy in Six Acts, de John Keane, editorial
Bloombsbury, 2012
[ii] Ponencia: La
cuestión Alemana ¿L’enfant terrible de la historia Europea” en Transiciones a
la democracia en Europa y America Latina. FLACSO, 1991, pag. 328
[iii] Ponencia “los
partidos politicos en Polonia, estabilizacion sin legitimidad” del Dr. Artur
Wolek en Del autoritarismo a la democracia: La experiencia polaca.
Andrzej Antoszewsk, et al. Instituto Lech
Wałęsa, 2014
[iv] Entrevista a Lech Walesa: The Man Who
Drives the Kremlin Crazy por Oriana Fallaci para el Washington Post. En
https://www.washingtonpost.com/archive/opinions/1981/03/08/lech-walesa-the-man-who-drives-the-kremlin
crazy/084d05d7-da5d-4871-8330-b2ad0ca0ad34/?utm_term=.dfe905d7a19f
[v] Introduction de Péter Á. Bod: József Antall,
Prime Minister of Hungary, Selected Speeches and Interviews a partir de la
pagina 49 (se puede encontrar de manera gratuita en las redes)
[vi] Sugiero la lectura del libro East Central
European Politics Today: From Chaos to Stability? De Keith Crawford Manchester
University Press, 1996, las referencias están en la pagina 266-267
Thays Peñalver
@thayspenalver
No hay comentarios:
Publicar un comentario