La
Institución masónica universal, reconoce que a través de la historia, los dos
temas que más han dividido a la Humanidad, son: la política y la religión. Por
esta razón, la Institución procura excluir de sus tenidas la discusión de ambas
cuestiones.
El
origen de dicha prohibición la podemos encontrar en las Constituciones de
Anderson[i], en las cuales se establece “deben evitarse en absoluto las
discusiones sobre religión y política”. Asimismo, dicha proscripción se
establece en Los Antiguos Limites de la Fraternidad que instituyen “no da cabida
a debates de religión ni de política[ii]”.
Efectivamente,
evitar el tratamiento de cuestiones “sectarias”, es decir, de temas que
pretendan destacar los atributos y cualidades de un partido político, un
candidato especifico, de un Ser Supremo, Mesías, o una creencia religiosa por
sobre las demás, es un asunto que introduce las bases de la disgregación o
ruptura del equilibrio fraternal que debe primar en las Logias Masónicas.
En
principio, y valorado de forma aislada, este aserto es justo y necesario para
mantener el equilibrio en la proyección filosófico-doctrinal de la Institución
Masónica; equilibrio que garantiza a la Entidad mantener una postura respetuosa
y equidistante de las distintas opiniones, concepciones y valoraciones que
tienen derecho a sustentar los seres humanos.
No
obstante, también en Los Antiguos Limites de la Fraternidad se establece que
“La iniciación reviste el carácter de masón; más para poseer la plenitud de los
derechos de tal, es menester recibir los tres grados de la Masonería”. Los
juramentos son una constante exigida a los candidatos a Iniciarse en la
Masonería, así como quienes ascienden a
los restantes grados masónicos.
En
los juramentos antes mencionados, los masones se comprometen a cumplir
fielmente sus obligaciones para con sus semejantes, para con su patria y para
con la humanidad.
Es
inadmisible que personas llamadas “libre pensadores” puedan quedar cautivos de
un concepto tan estrecho como es el de “excluir el tratamiento políticos”. ¿Por
qué? Porque cuando algo o alguien transgrede el contenido de los principios
doctrinales institucionales tales como el “contaminar la libertad” con llamados
al odio racial, étnico, económico o social; los masones en particular y la
Institución Masónica en general, se encuentran obligados a oponerse a tal
pretensión.
Precisamente,
este es el caso que se presenta en la contienda electoral por la nominación
presidencial para las elecciones a efectuarse en Noviembre de 2016 en los EEUU.
Dos
ejemplos de ello, lo son los aspirantes Donald Trump, por los Republicanos; y
el Demócrata Bernie Sanders. Tanto las propuestas del uno, como la del otro, se
apartan de las tradiciones y principios democráticos subsistentes en este gran
país desde su instauración como Republica.
Es necesario señalar que los masones tuvieron una intervención trascendental en la instauración de los EUA como nación, y en la adopción de los principios constitucionales que han hecho de los EEUU el gran país que hoy es.
Para
los masones, el dilema se encuentra en enfrentar dogmas contra realidades.
En
el próximo artículo daremos continuidad a este trascendente tema.
Gustavo
Pardo
masonhabana78@yahoo.es
@GustavoPardo18
Estados
Unidos
Excelente y apropiado articulo. Te felicito. Un fuerte abrazo cubano. Héctor Lemagne Sandó:.
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