APARTARSE DE DIOS
Friedrich Nietzsche fue
un pensador alemán que nació en 1844 y vivió hasta 1900. Sus trabajos
influyeron de manera inmensa en diversas ramas de la ciencia y, sobre todo, en
la filosofía moderna.
El tipo, además de
dejarse un bigote enorme, le entró a martillazos a la filosofía clásica. Los
griegos habían creado la idea de un hombre con presencia material pero también
con una esencia donde residía la perfección de las ideas. Esto vino a engranar
bien con las religiones y los asuntos espirituales, hasta que Nietzsche, sin
piedad, afirmó que la sociedad se apartaba de Dios y se quedaba con lo humano.
En una de sus obras
cuenta de un loco buscando a Dios a gritos y afirmando que lo habíamos matado
entre todos. “Dios ha muerto” se convirtió en su tarjeta de presentación. Por
otro lado, desarrolló la idea de que el hombre actual es un paso intermedio en
su camino hacia el “superhombre” que hasta, en cierta forma, reemplaza la idea
de Dios.
De pronto se convirtió en
enemigo temible de todas las religiones y por añadidura sus ideas le dieron
oxígeno a los nazis y sus manías de la raza superior. Curiosamente su padre era
un devoto pastor luterano y en su juventud el mismo Friedrich estudió teología
con la intención de serlo.
Nietzsche fue un gran
escritor y casi todos los años publicaba al menos un libro donde trató decenas
de aspectos de lo humano con altísima calidad intelectual. No tuvo buena salud
y en sus últimos años se volvió
completamente loco.
Uno de sus más
interesantes aportes es el planteamiento de la “Voluntad de Poder”. Mantenía
que en el instinto hay una fuerza superior a la de simplemente sobrevivir. Esa
fuerza es un impulso hacia la “supra” vivencia, un deseo de ir más allá de
todos y de todo que además constituye la razón de ser y de existir del
individuo.
Se nos ocurre pensar que
los líderes de oposición venezolanos pudieran estar dándole razón a Nietzsche,
pues la Voluntad de Poder luce real. Después de las empresas privadas las
organizaciones que se registran en mayor número en el mundo son las ONG´s. Esto
ratificaría esa necesidad de destacarnos e ir “más allá de todos” al menos en
algo.
La apreciación de que la
unidad entre opositores se dificulta por asuntos de egoísmo o intereses
particulares podría ser injusta o al menos incompleta pues olvidaría esta
necesidad, metida en los genes, de la supra-vivencia. La dificultad de lograr
los acuerdos sería también consecuencia de este asunto instintivo y normal,
aunque lo maticemos con inteligencia jugando al ángel tolerante y democrático.
Sobreponerse y dominar
por un tiempo a la Voluntad de Poder pareciera ser el camino, aunque eso sea
tan difícil como mantenerse célibe rodeado de las mejores tentaciones.
Bueno, los líderes lo son
porque resuelven. Hasta podrían usar a Nietzsche de excusa por el retraso, pero
no olviden que si le ganan al régimen todos salen en la foto.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
Zulia - Venezuela
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