Al fin está muriendo la denominada “cuarta república”, la fatídica petróleodependencia cultivada en el siglo XX que Chávez elevó a la enésima potencia en el XXI bajo eufemismo de “Quinta República”. Con ella también deben morir el presidencialismo, el Estado clientelar/paternalista. Incluso, sí el barril hubiese mantenido precios altos y la corrupción/desidia no hubiesen destrozado a Pdvsa, la nación estuviera atravesando penurias similares a las de hoy porque no hay modelo que soporte el disparatado esquema populista-corrupto, donde la gasolina y los servicios públicos prácticamente son gratis.
La realidad es concluyente, en las filas del chavismo no hay nadie (ni equipo) que pueda hacer reflotar a Venezuela ¡NADIE! Desde los que se llaman chavismo crítico, chavismo democrático, civil o el “chavismo traidor” como Ramírez, Ortega y compañía, son ramas del mismo árbol, artífices del inefable “Plan de la Patria”, exacerbación de los tradicionales males del país los cuales fomentaron otros muchos peores… así como la entrega económica de Venezuela a China.
Dos décadas del más puro y destilado castrismo en Venezuela no se iban en dos días, fue un largo y traumatizante proceso que comenzó (ya lo hemos dicho antes) en 2017 con el ensangrentado, ilegal e ilegitimo intento constituyente, semejante atrocidad hizo el mundo entero fijara atención sobre nuestro país. Acto seguido, todos los procesos electorales consumados bajo el mismo esquema “constituyente” recibieron mismo trato, fueron desconocidos por las naciones y bloques internacionales más importantes del planeta, además, acarrearon sanciones. Desde 2017 el chavismo comenzó a redactar unilateralmente su acta de defunción.
Hoy al chavismo le hace falta todo lo que destruyó, la educación y el trabajo, paradójicamente, le estorba todo lo que construyó, populismo salvaje y, repetimos, la petróleodependencia más monstruosa jamás creada.
Con un dólar paralelo que pulveriza al Bolívar, la hiperinflación es lo único que tiene combustible. El coronavirus paralizó la economía a nivel mundial, quienes envían salvadoras remesas a sus familias en Venezuela reducen los montos o sencillamente no pueden enviarlas. Sí sumamos la ausencia de gasolina en todo el territorio nacional, que impide no solo el transito de personas sino de productos alimenticios, el drama social es una realidad alarmante, que ya está explotando en varias regiones del país.
China ayuda al régimen muy puntualmente, previo pago en remanente petrolero imaginamos. Rusia se esfumó en silencio, así Cuba es la única nación que mantiene apoyo irrestricto al chavismo, pero no puede suministrar absolutamente nada de lo que usted o su familia necesitan, solo puede otorgar ardides al régimen para retener un poder que se les escurre como agua entre las manos… desde hace mucho.
Ahora, en estas condiciones, es nulo lo que Guaidó o su equipo puedan hacer dentro de nuestras fronteras, sin control institucional continuará siendo un presidente virtual.
La política es dinámica, moldeable, así como definitoria, castiga a quienes desperdician oportunidades (de eso sabe bastante el régimen) y premia a quienes en la adversidad diseñan y, sobre todo, ejecutan las estrategias correctas, en los momentos precisos.
Llegó el cambio para Venezuela ¡Llegó!... lo que está no sirve, tranca, es insostenible, por eso cae. Solamente los ciudadanos de este país, con las lecciones aprendidas en estas dos aciagas décadas, son los únicos capaces de hacer servir o no lo que vendrá.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
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