Cuando pensábamos que la MUD había sido consumida por la
actividad legislativa, reapareció de nuevo para anunciarles a los ciudadanos lo
que ellos han denominado “Hoja de Ruta 2016”. Allí queda claramente establecido
que las diferencias entre diversos dirigentes de la MUD fue definitivamente
zanjada con una decisión salomónica y
sencilla: renuncia, enmienda y revocatorio.
Toda decisión política supone un análisis en el que se
establece la eficacia de la decisión o lo que es lo mismo, si una decisión
política no tiene posibilidad de ser llevada adelante se deja de lado, no se
adopta como política porque supone una derrota política y nadie quiere ser
señalado como comandante de derrotas. Es de imaginar que la dirigencia política
de la MUD se paseó minuciosamente por la eficacia de cada una de las políticas
que serán la columna vertebral de la oposición en el 2016.
Así las cosas, será el 31 de diciembre, minutos antes o
después del acostumbrado abrazo de Fin de Año, cuando sabremos cuan eficaz
terminó siendo la “Hoja de Ruta 2016”.
La oposición ha mantenido que su postura frente al país
es la búsqueda de salidas enmarcada en
el texto constitucional, ni atajos, ni sorpresas no constitucionales. Imposible
no compartir tales principios y así debería ser. Quizá la mayor dificultad esté
en la placenta que dio origen a unos poderes sometidos a una voluntad
heterónoma.
El hecho de que los asociados en la MUD hayan tomado una
decisión, no implica que otros, que hemos respaldado desde siempre los
esfuerzos democráticos y unitarios, tengamos una opinión política sobre un
asunto tan importante como el destino del país.
La concentración de poder en manos del oficialismo ha
sido una tragedia para los venezolanos por lo que empeñarse en disminuir su
presencia en ellos es una medida casi que profiláctica que ya ha adelantado la
oposición. Los resultados de las elecciones parlamentarias son un punto de
partida fundamental en ese propósito, sin embargo, no es suficiente poner solo
la atención en la dimensión horizontal del poder, la dimensión vertical del
poder ofrece un alcance mayor y extendido en toda la sociedad que no debe ser
desdeñada.
La oposición extrañamente no incorporó en su “Hoja de
Ruta 2016” buscar extender su influencia en la dimensión vertical del poder
cuando justamente este año están previstas elecciones de gobernadores y
consejos legislativos estadales. El empeño por la salida de Maduro no debe
colocar en un segundo plano la necesidad de la oposición de extender su
influencia regional.
Buscar extender el mandato de gobernadores no es
precisamente muy democrático y, además, resulta profundamente inadecuado
someter a las regiones a ser gobernadas por individuos claramente cuestionados
en el ejercicio de sus funciones.
Leonardo Morales
leonardomorale@gmail.com
@leomoralesP
Caracas - Venezuela
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