viernes, 11 de marzo de 2016

LEONARDO MORALES P., LA RUTA DEL PODER

Cuando pensábamos que la MUD había sido consumida por la actividad legislativa, reapareció de nuevo para anunciarles a los ciudadanos lo que ellos han denominado “Hoja de Ruta 2016”. Allí queda claramente establecido que las diferencias entre diversos dirigentes de la MUD fue definitivamente zanjada con una decisión salomónica y  sencilla: renuncia, enmienda y revocatorio.

Toda decisión política supone un análisis en el que se establece la eficacia de la decisión o lo que es lo mismo, si una decisión política no tiene posibilidad de ser llevada adelante se deja de lado, no se adopta como política porque supone una derrota política y nadie quiere ser señalado como comandante de derrotas. Es de imaginar que la dirigencia política de la MUD se paseó minuciosamente por la eficacia de cada una de las políticas que serán la columna vertebral de la oposición en el 2016.
Así las cosas, será el 31 de diciembre, minutos antes o después del acostumbrado abrazo de Fin de Año, cuando sabremos cuan eficaz terminó siendo la “Hoja de Ruta 2016”.
La oposición ha mantenido que su postura frente al país es la búsqueda de salidas  enmarcada en el texto constitucional, ni atajos, ni sorpresas no constitucionales. Imposible no compartir tales principios y así debería ser. Quizá la mayor dificultad esté en la placenta que dio origen a unos poderes sometidos a una voluntad heterónoma.
El hecho de que los asociados en la MUD hayan tomado una decisión, no implica que otros, que hemos respaldado desde siempre los esfuerzos democráticos y unitarios, tengamos una opinión política sobre un asunto tan importante como el destino del país.
La concentración de poder en manos del oficialismo ha sido una tragedia para los venezolanos por lo que empeñarse en disminuir su presencia en ellos es una medida casi que profiláctica que ya ha adelantado la oposición. Los resultados de las elecciones parlamentarias son un punto de partida fundamental en ese propósito, sin embargo, no es suficiente poner solo la atención en la dimensión horizontal del poder, la dimensión vertical del poder ofrece un alcance mayor y extendido en toda la sociedad que no debe ser desdeñada.
La oposición extrañamente no incorporó en su “Hoja de Ruta 2016” buscar extender su influencia en la dimensión vertical del poder cuando justamente este año están previstas elecciones de gobernadores y consejos legislativos estadales. El empeño por la salida de Maduro no debe colocar en un segundo plano la necesidad de la oposición de extender su influencia regional.
Buscar extender el mandato de gobernadores no es precisamente muy democrático y, además, resulta profundamente inadecuado someter a las regiones a ser gobernadas por individuos claramente cuestionados en el ejercicio de sus funciones.
Leonardo Morales
leonardomorale@gmail.com
@leomoralesP  
Caracas - Venezuela

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