Existen demasiados cantos de sirenas y encantadores de
serpientes en la política nacional, afortunadamente, las históricas
abstenciones desde 2017 demuestran que el venezolano en su mayoría sabe donde
está parado, es consciente que nada proveniente del régimen puede influenciar
positivamente su vida, así de sencillo.
Desde el 2000 las instituciones públicas han sido
partidizadas barbáricamente, aún trilla en las retinas y oídos aquel
desafortunado canto en la sala del TSJ de 2015 “¡Uh ah Chávez no se va!”
interpretados por los magistrados del momento, antes, la destitución del Fiscal
General Javier Elechiguerra (quien tenía la razón) advertía el pandemónium
posterior.
En 2021 nada es distinto, el mundo democrático también
ha reaccionado, en respaldo a los venezolanos ha retirado reconocimiento al
régimen chavista e impuesto sanciones, además de otras acciones punitivas ¿Por
qué? Porque en Venezuela se ha vulnerado la constitucionalidad, la democracia,
los procesos electorales son viles actos gubernamentales.
De este modo, basta entrar a cualquier ente público,
saltan por doquier imágenes del líder partidista Hugo Chávez, del Psuv e
incluso, se muestran con siniestro orgullo otras imágenes alusivas a temidos
dictadores como los Castro, entre otros ¿Qué se puede esperar de instituciones
como estas?
El venezolano lo sabe, por tal motivo acude a estas
instancias solo cuando es estrictamente necesario, en el día a día la realidad
se encara frente a frente. Sí se necesita algún servicio público se tiene que
llamar a un “contacto” para que de forma diligente se apersonen, eso sí,
pagando extraoficialmente esa “eficiencia”… es lamentable.
Por eso votar o no votar es exactamente lo mismo, se
gane o pierda un proceso electoral el chavismo termina imponiendo su proyecto,
para muestra un botón: en 2007 los venezolanos dijimos no al Estado comunal,
sin embargo, semanas después del referéndum Chávez lo impuso vía habilitante.
El Estado comunal desde la muerte de Chávez entró en pausa, pero desde que “la
democracia” ya es un grave problema para el chavismo, ahora intentan
redoblarlo, principalmente, porque este Estado prevé mecanismos de elección de
voceros/gobernantes estrictamente partidistas, desde la intimidación en las
comunidades, a imagen y semejanza de Cuba.
No importa qué oposición se auto confeccione el
régimen, el venezolano no acudirá a las urnas electorales porque se desdibujó
el Estado contenido en el gran pacto social, la carta magna, porque se trata de
imponer otro Estado que eternizaría a la Venezuela de hoy, de élites
todopoderosas y ciudadanos oprimidos, empobrecidos, debilitados.
Los venezolanos estamos hoy asumiendo la sobrevivencia
solos, al margen de la (des)institucionalidad, al margen de todos los políticos
quienes se han convertido en la principal piedra de tranca. En este país se
vive del día a día, de las remesas, del rebusque.
Nada de lo que proponga el régimen o su falsa
oposición electorera será aceptado por la inmensa mayoría. Nada de lo que
proponga la oposición legítimamente reconocida será admitido sino prevé un
cambio real. Lamentablemente, los conductores del país jugaron al arrase, al
todo o nada. De este modo, la Venezuela resultante verá su renacer cuando el
caos de hoy ya no tenga salida… es nuestra opinión.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Vienezuela
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Vienezuela
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