Finalmente el 6D transcurrió en paz pese a las amenazas tanto veladas como
explícitas lanzadas desde los mas altos y también los menos altos niveles del
gobierno. La alteración de los resultados –si alguna vez estuvo planteada- no
fue posible ante la abismal diferencia de votos entre los contendientes y la
vigilancia internacional ejercida en medio de toda clase de restricciones. El
evento en definitiva no fue solo una elección parlamentaria sino que se
convirtió en un plebiscito para juzgar la acción y los resultados de una gestión
ya demasiado larga y preñada de desaciertos cuyos efectos y consecuencias no
requieren de sesudos análisis sino que se aprecian en las colas para adquirir
comida.
Entre los venezolanos que votaron por la MUD
imperan distintos sentimientos y reacciones, desde los que creen que llegó el
momento de la revancha hasta los que estiman que lo que conviene es el diálogo.
En las filas del gobierno –a juzgar por las insólitas manifestaciones de
algunos jerarcas- hay quienes piensan que lo que llegó es el momento de la
radicalización. Para ellos la paliza recibida no se llama derrota sino “triunfo
de la contrarrevolución” y para el inefable Nicolás solo se trata de la
victoria momentánea de una guerra económica que sólo existe en su cabecita y/o
en las estrategias de sus asesores electorales . Seguramente también habrán chavistas razonables que entiendan y
absorban lo ocurrido y –como en todas partes- están aquellos que habiendo sido
principales responsables ahora reclaman por los “errores” que ellos mismos
contribuyeron a generar. “Tarde piaste pajarito” Giordani, Navarro, Osorio
& Cía. Solo falta verlos saltar la talanquera.
Lo que sí es evidente es que una rectificación de
rumbo resulta indispensable aunque para ello haya que inventar nombres que la
hagan mas tragable. Aquí no hay posibilidad alguna de solución mientras no
hayan dólares por mas que reconocerlo suene a diablo. Como están las cosas en
el país, en el ámbito petrolero y la situación política mundial no parece que
la “perversa moneda del imperio” pueda llegar sino de la mano del Fondo
Monetario Internacional con algunas ataduras o por vía de inversiones privadas para
impulsar la economía que requerirán que
antes se reconstituya la confianza. No estamos en condiciones de elegir el
salvavidas con el que nos vamos a salvar. O si?
Pero antes de todo eso habrá que ver que quienes
ganaron las bancas en la Asamblea ( y sus jefes o referentes políticos)
entiendan y sean conscientes que el interés de la patria está por encima de las
ambiciones personales o grupales de ellos. Este columnista –curtido ya en el
escepticismo- abriga dudas acerca de tales presagios fundadas ellas en
bastantes desengaños ya vividos como ciudadano de a pie. Si acaso pudiéramos
otorgar un cheque en blanco ello sería por muy poco monto y breve tiempo, con
ojo avizor y pluma presta para la denuncia.
Hemos abogado y celebramos con entusiasmo la
renovación generacional del liderazgo pero con la misma buena voluntad
alertamos a esos valientes jóvenes que
se aprestan a empuñar el timón de los asuntos públicos para que no caigan en la
tentación de creer que se las saben todas y que las canas son una descalificación
para opinar o conducir etc. Bien afirma el dicho de que quien olvida la
historia está condenado a repetirla.
Por último vale la pena reflexionar acerca de lo
que fue y es la MUD. No habrá sido lo ideal pero así y todo logró anudar
alianzas que llevaron a un triunfo de proporciones históricas que para eso se
constituyó. Lamentamos que en nuestras propias filas hubieran y haya aun
quienes pensaban y decían que había negociaciones bajo cuerda entre sus
dirigentes y el gobierno. Si las hubo en definitiva los resultados hablan por
sí solos. Saludamos a todos aquellos que desde un lugar u otro contribuyeron
igual como a la comunidad internacional
oficial o no cuya presión contribuyó en forma decisiva para que un gobierno
abusivo no se atreviera a amañar los resultados. Sin ellos dudamos que la jornada del 6D hubiera podido transcurrir
como lo hizo.
Adolfo P. Salgueiro
apsalgueiro1@gmail.com
@apsalgueiro1
Miranda - Venezuela
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