Se necesita una
acción política que ponga en evidencia las inconsistencias del programa
económico del nuevo presidente
El hecho de que Macri
no denueste al liberalismo, no significa que vaya a aplicar políticas
liberales. (La Noticia Web)
La toma de posición
frente al gobierno del presidente Mauricio Macri, constituye un provocativo
desafío para los liberales argentinos. La dificultad está situada en el perfil
político de Macri. El presidente argentino, claramente, no es un liberal, pero,
sin embargo, tampoco es un antiliberal. He allí el problema frente al cual el
liberalismo argentino está situado.+
Nítidamente, Macri
cree y reivindica una fuerte presencia del estado en la economía. Lo dicen él y
sus colaboradores directos repetidamente, y lo ha demostrado en su gestión en
la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, no adopta, a partir de esta posición,
una actitud confrontativa con la economía de mercado, la iniciativa empresarial
privada, la libertad de comercio, etc.+
El kirchnerismo
acompañaba su estatismo con invectivas constantes y actitudes amenazantes
contra los símbolos identificatorios del liberalismo económico. Macri no es
mucho menos estatista que los K, pero no adopta una postura ideologizada en
contra del liberalismo. Inclusive, dentro de su metodología abiertamente
dialoguista, podría aceptar a los liberales como interlocutores, con la misma
entidad que le atribuye cualquier otra corriente política.+
Pero el hecho de que
Macri no denueste al liberalismo, no significa que vaya a aplicar políticas
liberales. Esa preferencia macriana por el estatismo es muy relevante, porque
de ella se desprenderán los resultados de su gestión.+
Hay un hecho brutal y
que no se puede desconocer: o se reduce sustancialmente la intervención del
estado en la economía, o es impensable que la economía argentina levante un
vuelo sostenido. En los primeros meses, seguramente, el escenario estará
dominado por la rectificación de las burdísimas irregularidades cometidas por
el gobierno anterior. Pero en poco tiempo más el gobierno encabezado por Macri
deberá darle su propia impronta a su gestión. Y aquí es donde cabe suponer que
aparecerá el problema: con tan elevada presión impositiva, tanta disposición regulatoria,
tantos campos cooptados por el estado, la economía tendrá sobre sí un lastre
muy pesado.+
Sin embargo, dado que
Macri no tiene una actitud de persecución hacia el liberalismo, y que su
conducta es ampliamente dialoguista, sería un gravísimo error metodológico que
los liberales adopten una postura de confrontación desbordada frente al
gobierno. Es necesario entender que los tiempos de los enfrentamientos
políticos enconados han quedado atrás (ya veremos si para siempre).+
¿Cuál es entonces el
factor que puede cargar de valor agregado la acción política del liberalismo en
este contexto? Esencialmente, la idoneidad técnica, la eficacia para ofrecer
soluciones concretas a problemas reales, la superioridad conceptual de sus
enfoques. Y, naturalmente, como consecuencia de todo lo anterior, los
resultados esperables en términos de progreso y bienestar.+
El límite que
cualquier política estatista enfrenta —y Macri no es una excepción, por cierto—
es que sus resultados son inexorablemente muy deficientes. La ventaja
comparativa irrefutable de la economía de mercado radica en que su puesta en
aplicación de manera sostenida deriva en estándares de progreso y bienestar
muchísimo muy superiores a los que produce el intervencionismo estatal.+
Por lo tanto, el
liberalismo tiene un “producto” muy atractivo para ofrecerle a los votantes:
nada menos que progreso, bienestar, elevación de la calidad de vida. El
dirigismo no puede competir en estos campos con el libre mercado.
http://esblog.panampost.com/editor/2015/12/14/el-papel-del-liberalismo-en-la-argentina-de-macrila-toma-de-posicion-frente-al-gobierno-del-presidente-mauricio-macri-constituye-un-provocativo-desafio-para-los-liberales-argentinos-la-dificultad-es/
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