Los resultados electorales de las parlamentarias
del pasado 6D marcan otro hito importante en la historia del comportamiento
político de los venezolanos; ratifican el temple e lucha del pueblo, en el
escenario electoral y, por otro lado ratifican también las aspiraciones de
cambio de las grandes mayorías como eje central de la lucha por la
transformación de sus condiciones de vida. Esto es, los 7 millones de
venezolanos que eligieron a Chávez como instrumento para cambiar las oprobiosas
condiciones de vida de aquellos días, hoy volcan esa misma votación en contra
de la gran estafa que significo el régimen chavista y, hacia un sector
importante de la oposición venezolana que, aun cuando o termina de erigirse en
opción clara de gobierno, recibió un contundente mandato popular para frenar la
creciente destrucción de la esperanza y los sueños de millones de
ciudadanos.
Las fuerzas opositoras no pudimos presentarnos
totalmente unificadas para este combate, toda vez que las pretensiones hegemónicas y excluyentes de los cogollos
partidistas de la MUD impidieron que la unidad pudiera conquistar mayores
escaños y, en consecuencia, darle mayores perspectivas de éxito a la gestión
legislativa de la bancada opositora.
Para Bandera Roja el resultado
electoral del 6D tiene varias lecturas. En primer lugar se mantienen intactas las
aspiraciones de cambio de la inmensa mayoría de la población luego de más de
dieciséis años de estafa chavista y, exactamente por las mismas razones que
generaron este nefasto experimento. En segundo lugar, las fuerzas exponentes de
la disidencia opositora continúan aumentando su caudal aun en medio de la más
cruenta polarización impuesta por el nuevo bipartidismo que se le ha impuestoal país entre el PSUV y la MUD.
Hacia lo interno de nuestras
devastadas filas, luego de la artera acción de la fracción divisionista
encabezada por Gabriel Puerta, el mensaje del 6D es más claro y contundente. El
llamado fratricida del Secretario General y
sus dos o tres acompañantes del Comité Político Nacional (la minoría),
no tuvo eco. La tarjeta del Partido recibió 70.000 mil votos, una clara señal
de que Bandera Roja no estaba muerto…tampoco de parranda. Nuestra tarjeta es la
expresión de la disidencia radical. Tanto para nuestra militancia rezagada que
no se despeño en la aventura convocada por la fracción como por el descontento
disidente del nuevo bipartidismo, nuestra tarjeta fue la alternativa frente a la odiosa y artificial
polarización que busca imponerse.
El Comité Político Nacional,
autoridad única reconocida por nuestros estatutos, en ausencia del Comité
Central en plenaria, quiere reconocer la valentía de nuestra militancia que no
se embarcó en la aventura divisionista con Electores Libre, sancionada en el
artículo XX de nuestros estatutos. También debemos reconocer la confianza del
electorado opositor y de la disidencia oficialista que reconocieron en nuestra
tarjeta la consecuencia con los intereses de las grandes mayorías y los
verdaderos intereses de la Patria.
El llamado que hacemos es al
reencuentro de todas las fuerzas democráticas, patrióticas, progresistas y
revolucionarias del país para debatir en nuestro V Congreso Nacional a
realizarse el venidero 16 de enero del 2016, el programa y los caminos para
rescatar a Bandera Roja y construiruna Unidad Superior que conduzca
acertadamente a superar la tragedia que significo el régimen chavista sin
volver al pasado.
¡BANDERA ROJA ES INDESTRUCTIBLE!
¡POR LA UNIDAD SUPERIOR PARA LA
RECONSTRUCCION DE LA PATRIA!
¡VIVA BANDERA ROJA!
Por el Comité Político
Nacional
Pedro Veliz Acuña
Presidente de Bandera Roja
Pedro Veliz Acuña
pedrocveliz@hotmail.com
@pedrocVelizA
Caracas - Venezuela
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