viernes, 5 de febrero de 2016

JESÚS ALBERTO BARRIOS R., TORMENTO NACIONAL, ASÍ LO CREO…

Al recorrer el país  he tenido la oportunidad de conversar con excelentes amigos del sector agroproductivo nacional quienes me han expresado de manera muy contundente que dicho sector no está en capacidad para revertir el desabastecimiento a corto y mediano plazo, debido a que el aparato productivo está enclenque, por no decir destruido. La falta de insumos, las invasiones, la inseguridad, la escasez de repuestos para maquinarias, la vialidad y la política de importaciones, son una verdadera calamidad.

Al observar esta realidad nos preguntamos: ¿Dónde quedó la llamada “seguridad alimentaria” que tanto gritó el gobierno en el discurso “revolucionario” con su Castro-comunismo incorporado? Las empresas están afectadas por la carencia de divisas y materias primas en general. Ahora, luego de un largo período de presión y arrase de la tierra productiva, de las áreas de la agricultura, la ganadería, la industria, marcada por las expropiaciones y cierre de miles de empresas, Maduro trata de reactivar el aparato productivo a punta de discursos y conucos. Cuando es necesario que el ejecutivo se ponga al frente del rescate de la producción nacional y transmita un mensaje que genere confianza y que vaya directo a un programa de sustitución de importaciones, pero esto lo hará otro porque Maduro de eso no sabe y el tiempo se le acabó.

No entiende que el modelo se agotó y los paños calientes ya no dan más. Este gobierno con Maduro a la cabeza, no podrá cambiar los resultados haciendo más de lo mismo en 17 años de mentira. El Estado no puede seguir siendo el amo de todo. Dueño del área de los lácteos y no se consigue leche; Dueño de las torrefactoras de café, insumo que antes exportábamos y hoy importamos. Dueño de la producción de arroz, maneja más del 60% de la capacidad instalada de trillado de arroz, casi desaparecido de los mercados. En pesca y acuicultura, el Estado es dueño de 70% de la capacidad de procesamiento y envasado de atún y sardinas, casi desaparecidas y si se encuentran está carísimo. También de la producción de  maíz blanco, del  azúcar, etc., etc., etc., y para colmo de males expropia Agroisleña, una empresa dedicada al financiamiento de los productores agrícolas, la comercialización de los productos y la venta de insumos para el agro. El gobierno tomó el control a través de un parapeto llamado AgroVenezuela y acabó con los que saben producir. Y al final de la jornada se presenta con un trasnochado “decreto de emergencia” que la Asamblea Nacional rechazó  porque considerar  que su aprobación nos llevaría a un verdadero tormento nacional.

Jesús Alberto Barrios R.,
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob

Carabobo - Venezuela

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