Haciendo uso de un habitual cinismo, el oficialismo afirma que en Venezuela 2016 no existe crisis
económica sino un desequilibrio entre una escasez de oferta (insuficiencia de
recursos básicos para satisfacer las necesidades de la sociedad) y un exceso de
demanda (el deseo de adquirir un bien es superior a su oferta); como si ello
fuese conceptualmente de interés para una población que está experimentando una
creciente hambruna que nos está empujando hacia una condición de pobre (sin
distinción de estrato social) al no disponer de lo que se considera como
indispensable para subsistir y vivir dignamente hasta desenvolvernos en un
ambiente permanente de penuria ante la carencia; como antesala a una vivencia
paupérrima que de prolongarse en el tiempo nos conducirá a una pauperización, y
en el ínterin, como bien expresan expertos psicólogos, nos estamos neurotizando al experimentar un
alto índice de ansiedad, estrés, angustia,
y una previsión negativa de lo que va a ocurrir en el día a día.
Mientras esta calamidad
se sucede, el Gobierno
“revolucionario” en su acostumbrada externalidad
( ¡Culpable es otro!)
Intenta polar-izar con el sector privado utilizando su “comodín”: guerra
económica de la oligarquía apoyada por los EEUU; como estrategia para desviar
su responsabilidad en la
hambruna que ha
venido generando desde el año 2005 luego de aprobar la
Ley de Tierras
(http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/search?q=cronolog%C3%ADa+de+una+hambruna+anunciada);
hasta perfilar un contexto expropiador intervencionista del tejido productivo
privado cuyos resultados han sido desastrosos en el desenvolvimiento de más del
90% de las empresas privadas que transitaron hacia el modelo económico
socialista venezolano, con palpable caída de la producción nacional (en la
parte que les corresponde) no compensable por el empresariado privado a pesar
del esfuerzo que ejerce para hacer frente a la guerra económica gubernamental
(control de cambio, ausencia de divisas, carencia de materia prima, control y
congelamiento de precios, inspecciones a granel, deuda en dólares, etc) que se
complementa con la práctica de no entregar directamente a las empresas (p.ej.el
Grupo Polar) las divisas requeridas y autorizadas para cancelar los compromisos
internacionales, siendo el Gobierno quien asume directamente la
“responsabilidad” del pago.
Tan nefasta guerra gubernamental contra el sector
privado, se profundiza para los 106 productos básicos regulados luego de las
recientes medidas económicas (¿?) del 17/02/16 anunciadas en total
descontextualización de una definida política económica coherente sostenible y
de largo plazo, aunado al Decreto de Emergencia Económica originalmente
rechazado por la AN pero “resucitado” por el tsj (minúscula intencional) que ha
motivado en el Ejecutivo el deseo, sin rubor ante la ineficiencia demostrada en
la conducción de las empresas expropiadas (¿confiscadas?) y teniendo como
mensajero a un Diputado, de “intervenir
las empresas del sector privado” quien
complementó su sesgada propuesta con “tendríamos que decir al Presidente de la
Republica que con ese Decreto, intervenga la Polar y sincere la producción de
harina de maíz en Venezuela” (las negrillas son nuestras); siendo que en honor
a la verdad dicho Grupo produce en 3 de las 15 plantas procesadoras
existentes casi el 50% del consumo
nacional mientras que el sector público con la mayoría de las plantas a su
disposición y mandato contribuye con un
monto marginal.
Es de resaltar, que no tenemos ningún trato o
comunicación con accionistas de Empresas Polar (que de tenerlo no lo ocultaría)
pero somos defensores a ultranza de la participación del sector privado en la conformación del PIB; que en el caso
específico de ese Grupo (acorde con datos del Reporte de Alimentos 25/01/2016
al 07/02/2016 obtenidos vía Internet por http//empresaspolar.com) que ha recibido unas 2.777 inspecciones
durante el lapso 2008-2015 y unas 38 entre el 25/01/16 y el 07/02/16, produce y
distribuye 46 de los 106 alimentos regulados con 1.941 camiones desde 12
sucursales (para abaratar costos) y atender 39.549 clientes en la línea de harina de maíz, arroz, pastas,
mayonesa, salsa de tomate, margarinas, aceite, atún, jabón de panela,
lavaplatos y detergentes hasta alcanzar un monto de ¡2.560.000 Kg/día! y en lo
que se refiere a la harina de maíz precocida (primer lugar de consumo en la
dieta del venezolano) produce 1.745.000 Kg/día; en un contexto donde el
Gobierno controla la capacidad de producción de hasta un 75% en ciertos tipos
de productos al tiempo de contar con un
conglomerado de entes para la distribución de los alimentos (Pdval para
“importar” y Mercal y Abastos Bicentenario para el detal) , con un riguroso
control sobre la distribución al mayor por intermedio del Sistema Integral de
Control Alimentario (SICA) que para el
año 2013 le permitió al Gobierno señalar
“conocer con precisión el seguimiento diario de alimentos que se
formulan en el país como arroz, azúcar, café, harina, aceites; así como “saber
perfectamente qué, cuánto y quién tiene cada producto dentro del país. Y no
vamos a aceptar ningún esquema de desabastecimiento” , que como en muchas otras
responsabilidades asumidas por el Estado ha reflejado un accionar “bélico”
ineficiente bien sea para intentar
producir (Estado Productor) o bien para aspirar distribuir lo producido por
otros ( Estado Acaparador), al extremo que más del 60% de los productos que se
expenden en los 7.000 puntos de venta Estatales (5,8% del total) provienen del
sector privado que cuenta con unos
114.000 centros de distribución (94,2% del total), aparte de tener el Ejecutivo
pleno conocimiento sobre el origen, destino y cantidad de alimentos enviada a cada región del país lo cual le
facilita, en teoría, enfrentar el acaparamiento, la escasez y la especulación
como, señalan, estrategias oligarcas de guerra económica (¿?)
(http://www.elmundo.com.ve/firmas/jesus-alexis-gonzalez--1-/-guerra-economica---o-burocratismo-ineficiente.aspx
). De igual modo, en marzo de 2015 el Gobierno informó sobre la aprobación de
Bs 1.177 millones y de $ 16 millones para la ampliación y mejoramiento de los
34 establecimientos que conforman la Red de Abastos Bicentenario, las 4 plantas
de harina de maíz, la construcción de 2.400
nuevos PDMercalitos, 4 grandes PDMercal de 1.200 m2 c/u y para la edificación
de 30 Centros de Distribución Comunal; siendo que 11 meses después al momento
del anuncio de las medidas económicas (17/02/16) y cuando el 46,6% de los
productos de la canasta alimentaria no se consiguen (28 de 60) se decidió
acabar con todo el sistema de distribución para dar paso a un único Centro en pro de una colectivización
en camino hacia mayor desabastecimiento, hambre, corrupción y pauperismo
(https://dolartoday.com/socialismo-del-siglo-xxi-colectivizacion-camino-hacia-el-hambre-y-la-muerte/)
Jesús Alexis
González
jagp611@gmail.com
@jesusalexis2020
Economista
Miranda - Venezuela
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