En el reluciente y
casi monárquico salón de reuniones se emitió el anuncio esperado. El mandatario
nacional esculpió unas medidas económicas calzadas más a los caprichos
ideológicos que a una solución magistral al estatu quo agobiante del
venezolano, pareciéndose a una bomba atómica sin límites en su expansión.
Ahora resulta que nuestra
economía cuenta con nada más y nada menos que con un complicado sistema
mecánico de 14 motores, los cuales no tienen ni un vatio de potencia para
mantener a flote a la lancha de piedra nacional, pues nuestra anatomía de país
tiene la pesada realidad de sostener la mayor inflación del mundo.
Ese corolario de
motores no posee combustible y sólo encenderá con la ebullición de los
ciudadanos cansados de tanta infamia de cuello y corbata. La insostenible
calidad de vida actual nos recuerda más a una película sobre inframundos que a
una situación lógica en los devenires de toda nación.
Vivimos una crisis
“hecha en socialismo” y mientras nos mentaban a viva voz en vacías alocuciones
televisivas sobre la defensa social, el patriotismo, la lucha contra la burguesía
y el imperialismo, no tiran en la cara la medida más cruda y neoliberal de
nuestra historia, con un compendio de facturas de sacrificios a pagar por el
pueblo, pero con un seguro en dólares para seguir abultando las chequeras de
los corruptos dependientes del Gobierno.
Se olvidaron de las
soluciones elementales y tiran sobre la mesas de las decisiones, el aumento del
precio de la gasolina en 6.185 por ciento, acompañado del incremento del
salario mínimo y la cesta tique, como si se buscase el cierre masivo de las
empresas privadas y darle validez al vaticinio del Fondo Monetario
Internacional, el cual espera una inflación de 750 por cierto para 2016.
Al echarle más
gasolina a una nación inflamable, atestada de falta de medicamentos, colas
desmedidas, desabastecimiento, inflación sin freno y una pérdida abrupta de la
paciencia, pudiera pensar el más ingenuo que lanzaron una granada económica para ser explotada a otros y no a
este Gobierno dantesco, sin verdadera
conciencia por el colectivo.
En ese taimado
cuadernillo de estrategias escrito por el G2 Cubano, pudiera existir un plan
desesperado y mordaz para propiciar un estallido de complicaciones y
desafueros, poco antes de una huida tajante del Presidente, de quien se escuchó
estaría pidiendo un asilo en Colombia a través de Unasur, ante el final
inminente y retornar en medio del caos como una solución viable.
Cómo pudiese
reactivar una nación en desmayo, con más de cinco millones de hectáreas
expropiadas y una industria petrolera quebrada, con atroces deudas sin
solventar. Resolver esta alocada economía jamás se logrará con la continuación
del control de precios para fortalecer la escasez y desalentar la inversión. Se
requiere de inmediato de una unificación cambiaria para fomentar la confianza,
apuntalada con disciplina monetaria y fiscal; no dólares caros para el
ciudadano común y verdes casi regalados para los negocios turbios de los
corruptos mantenidos por el Ejecutivo nacional.
La desazón, congoja y
depresión desprendidas por tan anacrónicos anuncios, podrían ser purgadas con
bebidas sulfurosas, pero Caveface notificó que habrá cerveza hasta finales de
marzo y la caja volvió aumentar, por ello nos tocará enfrentar la lucha por el
rescate de nuestra amada Venezuela completamente sobrios.
José Luis Zambrano Padauy
zambranopadauy@hotmail.com
@Joseluis5571
Zulia - Venezuela
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