El Presidente propuso
corregir el rentismo y diversificar la economía. Eso es exactamente lo contrario
a lo que se viene haciendo en los últimos 17 años. Acabar con ese modelo es una
excelente idea
Las medidas
anunciadas están lejos de ser perfectas. No resuelve el empobrecimiento que la
crisis económica está produciéndole a los 30 millones de venezolanos.
Tenemos meses
esperando que el gobierno tome decisiones para enfrentar la inflación y el
desabastecimiento de alimentos y medicinas. El miércoles pasado el presidente
Maduro, por primera vez, le entró al tema con alguna profundidad. Algunas
medidas van orientadas por el camino correcto, pero en general atacan las
consecuencias y no las causas y otras son la reiteración de las ya intentadas y
fracasadas.
El Presidente empezó
con el tema alimentario, principal preocupación de los venezolanos junto con el
de los insumos médicos. Reconoció errores y llegó a decir: “La red de
Bicentenario se pudrió”, bravo. Reconocer fallas y perseguir a los responsables
de la corrupción es positivo. El problema es que esta se genera a partir de los
incentivos que produce la distorsión de los precios y el desabastecimiento. Uno
conseguía el cartón de huevos en 900 Bs. en cualquier supermercado hasta que el
gobierno dijo: “A partir de ahora nadie puede vender el cartón a más de 420”.
Desaparecieron los huevos de los establecimientos y ahora lo pagamos en la
calle a 1.400 Bs.
Es increíble la
cantidad de gente que se rebusca con el bachaqueo porque la inflación destruyó
el salario y ganan más comprando cualquier cosa a precio regulado y vendiéndolo
por fuera.
El Presidente dijo
que Mercal y Pdval funcionaron bien por un tiempo y propuso una
restructuración. El problema no es de gerencia, es el modelo. Con los
incentivos que existen así pongas a la beata Teresa de Calcuta, al poco tiempo
la corrupción se la traga.
La única forma de
acabar con la especulación y la corrupción es estimulando al sector privado
para que haya inversión, aumente la producción, haya suficiente para todos y se
acabe la distorsión de precios.
El problema de las
divisas fue otro de los temas abordados. Somos un país patológicamente
dependiente del petróleo. El mal manejo que se hizo de la economía desde el
primer boom petrolero en 1973 y el pésimo manejo del extraordinario boom de los
últimos años nos dejó un país que sólo produce petróleo e importa todo lo
demás. Los gráficos que mostró el presidente son dramáticos. No tenemos divisas
para comprar comida, medicinas, ni materia prima para que la industria
venezolana pueda producir.
El Presidente propuso
corregir el rentismo y diversificar la economía, en este momento grité Bingo.
Eso es exactamente lo contrario a lo que se viene haciendo en los últimos 17
años. Acabar con ese modelo es una excelente idea, pero buena parte de las
medidas que se anunciaron van en otra dirección.
Para reactivar la
industria, dejar de importar las cosas que podemos producir aquí y pasar a
exportar productos, necesitamos dólares porque casi todo lo que se hace en
Venezuela requiere materia prima importada.
Ni con el viejo, ni
con el nuevo sistema cambiario la industria se puede reactivar. Pedir a alguien
que agarre dólares propios y compre materia prima para producir en Venezuela,
con la Ley de Ilícitos Cambiarios y la Ley de Precios Justos, es pedirle que
bote su dinero. Mientras no vayamos a un sistema transparente y confiable de
intercambio de divisas regido por el mercado no va a haber dólares para la
producción nacional. Eso no es neoliberalismo, es sentido común.
El Presidente dijo
que desarrollarán estrategias para atraer inversiones -excelente- y puso el
ejemplo de China, mejor todavía. Ahí está la clave de la recuperación y China
es un buen ejemplo. Ellos hicieron exactamente lo que le pedimos a Maduro: que
abandone los dogmas fracasados y adopte pragmáticamente medidas que pongan a
producir a Venezuela.
China superó la
depresión económica que sufrió por años a partir de las reformas orientadas a
estimular la inversión privada que introdujo Deng Xiaoping. Cuando le
reclamaron que sus políticas no eran comunistas, contesto: No importa si el
gato es negro o blanco, lo que interesa es que case ratones”.
Ya está bueno de
derecha, de izquierda, de revolución, de burguesía y de neoliberalismo. Urgen
medidas concretas, inteligentes y prácticas para que haya inversión, se
reactive la industria, se generen empleos y tomemos el camino del crecimiento
económico.
Pedro Pablo Fernandez
pfernandez@ifedec.com
@PedroPabloFR
Caracas - venezuela
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