Escuché la propaganda
del gobierno. Una de las nuevas: esa en la que le echan la culpa de la pelazón
que tenemos a los gringos, porque tuvieron el atrevimiento de encontrar formas
de autoabastecerse, para no depender más de nuestro petróleo y, además, –supongo-
tener la menor cantidad de negociaciones con el régimen que lo administra. La
propaganda es una oda –por favor, agréguenle una jota adelante a la palabra
anterior-; en la que, por supuesto, después de oírla, reflexionas: ¡¿habrá
alguien tan iluso en nuestro país como para tragarse semejante cuento?!
Porque
es tremendo cuento de ciencia ficción el que se lanzaron con la campañita, de
la que me permito ofrecérseles mi “traducción” del chavismo al español:
“El barril de
petróleo se lo vendíamos a los gringos a ciento veintipicotes dólares. Esa es
la verdadera moneda fuerte que tanto nos gusta. Los chavistas, estábamos
buchones. Las arcas a reventar. Nosotros nos cogíamos esos reales como si
fueran nuestros y no de toda la nación. Los despilfarramos, los regalamos, no
metimos nada en el fondo de reserva –sino en nuestros “fondos de reservas”
personales. Y mientras estábamos gozando con esa bonanza, dándonos vida de
multimillonarios, los gringos se metieron de cabeza en sus laboratorios,
tratando de inventar maneras de autobastecerse. Lo lograron, con un método,
poco ecológico, por cierto, y nuestro barril de petróleo bajó. Ya no tenemos
esos reales. Y los que nos cogimos, ni locos pensamos devolverlos. ¡Tan malucos
esos gringos que ya no nos compran petróleo! Peor, aún, ahora nosotros le
compramos a ellos”. Fin de mi traducción…
Me cuesta creer que,
todavía, a estas alturas y en estas condiciones, haya venezolanos que piensen
que la culpa es de Obama. Porque, tengo entendido que incluso, los gringos eran
los mejores clientes de Venezuela. Pero, no se la calaron más. Buscaron
opciones. Y dejaron de comprar. Y el precio del barril descendió. No, la culpa
no es de Obama: es de Nicolás y sus secuaces -y antes, de Chávez- que no
ahorraron y saquearon al país, como si la gallina de los huevos de oro fuera
inmortal. ¿Qué hizo Noruega, el tercer país exportador de petróleo del mundo,
cuando las vacas estaban gordas? ¡AHORRÓ! Y mucho. Tanto ahorró que hoy, cuando
las vaquitas están raquíticas, tienen millones y millones y millones de dólares
guardaditos, para seguir garantizándoles a los noruegos la calidad de vida a la
que están acostumbrados. ¡Para eso son las épocas de bonanza! Para resguardar
al país y a sus ciudadanos, si tu economía depende del petróleo y hay una caída
en los precios. Y aunque no hablo ni leo noruego, dudo que esos señores tan
serios, estén echándole la culpa en estos momentos a Obama.
Esta es una práctica
habitual del régimen. Sufren del síndrome del “Yo No Fui”. Para todas sus
metidas de pata, la culpa la tienen otros. Las evidencias sobran. ¿Por qué nos
están racionando el agua? Según el régimen, por El Niño. ¿Cuál es la razón
verdadera? ¡Que en los 17 años que llevan destruyendo al país, no construyeron
ni un solo embalse adicional a los que había en la Cuarta y, por ende, en estos
momentos en los que El Niño anda haciendo travesuras por el planeta, no tenemos
ni botellones de agua de reserva para vaciarlos en La Mariposa! ¿Por qué?
Porque los chavistas que tuvieron la responsabilidad de prever y construir y
planificar -para cuando vinieran estos momentos de sequía provocados por
fenómenos naturales- ¡se cogieron los reales!
¿Otra? Los apagones y
racionamientos eléctricos. Según el gobierno ¿de quién es la culpa? De las
iguanas. Pero, la verdadera causa de la oscurana es que no se construyeron
nuevas plantas de generación, hubo falta de mantenimiento a las líneas de
transmisión y distribución, los transformadores están obsoletos, no hay equipos
para sustituir los viejos, y los reales que en algún momento esta Robolución
destinó para esa materia… ¡se los cogieron!
¿Un ejemplo más? “La
Guerra Económica”. Para Maduro y sus cómplices ¿quién es el culpable de la
escasez? Aquí se han paseado por muchas opciones. Le han echado la culpa a
Lorenzo Mendoza –uno de los que más produce. Han dicho que es el “gorgojo”, una
plaga que ha nacido, crecido y florecido gracias a la Robolución. Han
pretendido responsabilizar a los comerciantes acaparadores. Otros han ido más
lejos, y han tenido el descaro de decir que no hay comida en los mercados
porque ahora los venezolanos comemos más. Incluso Obama, Guyana y Colombia han
salido a relucir como los causantes de la trifulca económica, las colas y la
escasez… ¿Cuál es la verdad? Enumeren conmigo: las expropiaciones, el despilfarro,
la corrupción, Pudreval …
… Mientras manejo,
enciendo la radio. Es la hora del cuñero. Reconozco la voz del locutor y mi
cara se retuerce con una mueca. El gobierno bolivariano se queja de los gringos
malucos que tuvieron la osadía de autoabastecerse de petróleo… Pongo un CD, que
saco sin ver de la guantera de mi carro. Es Pedro Infante quien arranca a
cantar: “Si te vienen a contar cositas malas de mí. Manda a todos a volar, y
diles que yo no fui…Yo te lo juro que yo no fui. Yo te aseguro que yo no fui.
Son puros cuentos de por ahí. Tú me tienes que creer a mí. Yo te aseguro que yo
no fui…” ¡Ahhhh, una buena canción que podría volverse el jingle de esta
Robolución!
José
Domingo Blanco (Mingo)
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1
Caracas
- Venezuela
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